El papel del ejercicio físico como atenuador del estrés, según la APA

7 Mar 2018

El ejercicio puede mejorar la salud mental, ayudando al cerebro a lidiar mejor con el estrés. Así lo afirma la Asociación Americana de Psicología (APA-American Psychological Association) en un artículo publicado en su página Web, a través del cual aborda los beneficios de la actividad física sobre la salud mental y, más específicamente, sobre el estrés, repasando la evidencia actual sobre los efectos del ejercicio en la neuroquímica del estrés.

Tal y como señala la APA, si bien la evidencia preliminar sugiere que aquellas personas físicamente activas presentan menores tasas de ansiedad y depresión que quienes llevan una vida sedentaria, son pocos estudios se han centrado en hallar las causas de esta posible relación. A este respecto, algunas investigaciones se están centrando en los posibles vínculos entre el ejercicio y las sustancias químicas cerebrales asociadas con el estrés, la ansiedad y la depresión, con el fin de determinar los beneficios del ejercicio sobre la salud mental.

La premisa de que el ejercicio físico nos ayuda a sentirnos mejor porque estimula la producción de endorfinas, constituye una teoría popular ampliamente conocida. En esta línea, las investigaciones apuntan a la norepinefrina, una hormona cuya producción se estimula a partir del ejercicio, incrementando su concentración en las regiones cerebrales implicadas en la respuesta del cuerpo frente al estrés.

En palabras de la Asociación, la norepinefrina es particularmente interesante para los investigadores, porque el 50% del suministro al cerebro se produce en el locus coeruleus (locus cerúleo), un área del cerebro que conecta la mayoría de las regiones cerebrales comprometidas con las respuestas emocionales y de estrés. El locus coeruleus está involucrado en muchos de los efectos simpáticos durante el estrés debido al incremento en la producción de norepinefrina. Se considera que esta hormona juega un papel importante en la modulación de la acción de otros neurotransmisores más comunes, que juegan un papel directo en la respuesta al estrés.

No obstante, según indica la APA, algunos psicólogos consideran que la relación entre el ejercicio y el estrés no es tan sólo “una simple cuestión de que más norepinefrina equivale a menos estrés y ansiedad y, consecuentemente, menor depresión”; por el contrario: postulan que la actividad física evita la aparición de depresión y ansiedad, al mejorar la capacidad del cuerpo para responder al estrés.

En este sentido, a nivel biológico, el ejercicio parece ofrecer al cuerpo la posibilidad de manejar el estrés, obligando a los sistemas fisiológicos corporales que están involucrados en la respuesta al estrés “a comunicarse mucho más de lo habitual”: el sistema cardiovascular se comunica con el sistema renal, que, a su vez, se comunica con el sistema muscular. Por ende, todos ellos están controlados por los Sistemas Nerviosos Central y Simpático, que también se comunican entre sí. Esta línea de planteamiento pone de relieve que el entrenamiento del «sistema de comunicación del cuerpo» puede ser el verdadero valor del ejercicio, “cuanto más sedentarios seamos, menos eficiente será nuestro cuerpo para responder al estrés”.

Fuente: American Psychological Association

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