Entre los cambios anunciados por el Gobierno español que se
incluirán en el borrador de la nueva ley de Tráfico, desde el Consejo General de
la Psicología consideramos muy relevante el refuerzo de la concienciación en la
fase de obtención del permiso de conducir.
La etapa de formación para obtener el permiso de conducir es un
momento significativo y una excelente oportunidad para trabajar en la
concienciación de hábitos de conducción responsables para una mejora de la
seguridad vial, previamente a que tales hábitos inadecuados se instauren. La
concienciación permitirá abordar con todos los nuevos conductores y conductoras
al tratar desde el inicio las actitudes idóneas y conductas respetuosas, cívicas
y responsables.
Estos cursos de concienciación deben ir más allá de cubrir unas
clases teóricas e incidir no solo en prohibiciones y obligaciones, sino también
abordar los principios de actuación. Desde el Consejo General de la Psicología
entendemos que el perfil profesional idóneo es el de los psicólogos y
psicólogas, como profesionales del comportamiento, ya que cuenta con las
competencias adecuadas para recoger y readaptar las necesidades actitudinales de
cada futuro conductor o conductoras.
De acuerdo con las cifras de fallecidos en accidentes de tráfico
en 2017, la franja de edad en la que más aumentó, un 37 %, fue entre jóvenes de
25 y 34 años, lo que evidencia la importancia de invertir en concienciación en
edades más tempranas.
Además, también celebramos la decisión anunciada por el ejecutivo
español de la obligatoriedad de asistir a clases presenciales en las
autoescuelas, ya que a través de la resolución de tests online no es posible
trabajar la reflexión sobre las normas y su asunción.
La participación de profesionales de la psicología en esta etapa
formativa favorecerá la explicación motivada de todos los conceptos psicológicos
presentes en la conducción, como el estrés, la fatiga, el sueño, la depresión,
problemas de atención, trastornos de salud mental, etc. El modelo actual, en el
que esta explicación se realiza por profesionales ajenos a la psicología,
resulta insuficiente al carecer de la formación en este ámbito para argumentar y
motivar adecuadamente dichos conceptos. |