Salud Mental para todos: un objetivo global

21 Dic 2018

La carga de los trastornos mentales a nivel mundial es enorme, con una cifra estimada de mil millones de personas afectadas por trastornos mentales o por uso de sustancias en todo el mundo. Las violaciones de los Derechos Humanos siguen siendo comunes entre las personas con trastorno mental, que son estigmatizadas con frecuencia, llegando incluso a sufrir abusos, siendo institucionalizados de forma involuntaria.

Así lo advierte un artículo publicado en la revista The Lancet, a través del cual se pone de relieve la importancia de considerar la salud mental como una prioridad global, un objetivo que, pese a que en los últimos años ha adquirido un mayor impulso, aún hoy día queda mucho por recorrer para alcanzarlo.

A este respecto, el texto señala la poca evidencia existente en torno a la reducción en la brecha de tratamiento, siendo elevado el porcentaje de personas con problemas de salud mental o abuso de sustancias que no buscan tratamiento.

En otros casos, cuando las personas buscan tratamiento, suelen ser de baja calidad. Como ejemplo, en el caso de los trastornos depresivos, solo una de cada cinco personas pertenecientes a países de ingresos altos y solo una de cada 27 personas en países de ingresos bajos y medios, reciben un tratamiento mínimamente adecuado. En este punto, los autores lamentan que el gasto gubernamental en salud mental y ayuda para el desarrollo de la salud mental en muchos de los países de bajos ingresos sea “sorprendentemente escaso”.

El artículo recuerda que ya en 2007, The Lancet inició un movimiento por la salud mental global, publicando una serie de documentos sobre salud mental global, a través de los cuales se ponía de manifiesto que la creciente carga de los trastornos mentales a nivel mundial, y se emitía una llamada urgente a la acción para ampliar los servicios orientados a las personas que viven con problemas de salud mental y cerrar una importante brecha de tratamiento, especialmente en los países de bajos y medios ingresos.

Una década después, una nueva Comisión Lancet ha reevaluado la agenda global de salud mental en el contexto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, aprovechando la oportunidad que ofrecen los mismos para establecer futuras líneas de acción. De este modo, la Comisión Lancet sobre salud mental global y desarrollo sostenible propone que la agenda global de salud mental se amplíe, desde un enfoque hacia la merma de la brecha de tratamiento hasta la mejora de la salud mental de poblaciones enteras y la reducción de la contribución de los trastornos mentales a la carga global de la enfermedad, abordando las carencias en la prevención y la calidad de la atención.

Para lograr el objetivo de mejorar la salud mental para todos, la Comisión sugiere cuatro innovaciones. En primer lugar, atendiendo a la existencia de pruebas sólidas sobre la eficacia de las terapias psicológicas y sociales en el tratamiento de los trastornos de salud mental, y teniendo en cuenta el escaso acceso a profesionales debidamente cualificados en muchos países, propone como base para la atención de la salud mental, la implementación de servicios basados en la comunidad, con intervenciones psicológicas y sociales implementadas por profesionales de la salud. Segundo, manifiesta que las tecnologías digitales deben aprovecharse para ayudar a difundir información sobre trastornos mentales comunes, formando y sensibilizando a la sociedad en torno a los mismos, para facilitar el diagnóstico a través de herramientas de evaluación digital, llevar a cabo tratamientos de apoyo a través de programas de autogestión online, etc. En tercer lugar, la atención basada en la comunidad y en el servicio hospitalario debe coordinarse para lograr un modelo de atención equilibrado y personalizado para cada configuración de recursos. Por último, indica que deben implementarse intervenciones basadas en la comunidad orientadas a la reducción del estigma y la discriminación de los problemas de salud mental, con el fin de fomentar la búsqueda de ayuda y la demanda de la atención necesaria.

El artículo subraya la relevancia de la detección temprana de los problemas de salud mental y de la identificación de los factores de riesgo, recordando que la mayoría de los trastornos mentales diagnosticados en adultos se originan en la infancia, siendo los problemas de salud mental y por uso de sustancias las principales causas de discapacidad entre adolescentes y jóvenes.

En esta línea, los autores proponen la implementación, durante la adolescencia, de intervenciones de aprendizaje socioemocional para promover el bienestar social y emocional y para reducir las conductas de riesgo, junto con programas de habilidades sociales y educativas destinadas a reducir el consumo de drogas y alcohol.

Asimismo, dado que el suicidio es la segunda causa de muerte entre los jóvenes en todo el mundo, recomiendan la implementación de intervenciones que promuevan el afrontamiento y la resiliencia. Deplorando que los servicios de salud mental para niños y jóvenes “han sido descuidados durante mucho tiempo”, considera esencial el acceso al tratamiento y al apoyo durante esta etapa crucial.

El artículo concluye recordando el Derecho de toda persona a la salud mental, y que una buena salud mental puede facilitar el desarrollo sostenible, mejorar la salud general y conducir a un mundo más justo. Para ello, insiste en la trascendencia de esforzarnos por priorizar las experiencias y necesidades de los individuos, y en la necesidad de llevar a cabo una acción urgente para implementar las recomendaciones de la Comisión Lancet, y así alcanzar los objetivos de salud mental, junto con muchos otros objetivos de los ODS.

Fuente: Frankish, H., Boyce, N., y Horton, R. (2018). Mental health for all: a global goal. The Lancet. Published online: https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(18)32271-2/fulltext  

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