Atendiendo a la intención del Primer Ministro Británico de presentar un Plan de inversión a largo plazo para el Sistema Nacional de Salud, las organizaciones firmantes señalan la trascendencia de conceder a la salud mental el lugar de importancia que merece dentro de la agenda política, exponiendo para ello los siguientes principios:
1. En la próxima década debe contemplarse una paridad de estima real en la atención a la salud mental
Esto significará que, durante los próximos diez años, muchas más personas que viven con un problema de salud mental tendrán acceso a tratamiento y atención de alta calidad.
2. La salud mental debe tenerse en cuenta a lo largo del Plan a largo plazo del Sistema Nacional de Salud
Además de una inversión significativa en los servicios de salud mental, existen otras prioridades en el plan que desempeñarán un papel clave para mejorar el apoyo a las personas con problemas de salud mental y abordar los factores que pueden originarlos o agravarlos. Esto incluye áreas prioritarias como prevención, Atención Primaria, salud infanto-juvenil y apoyo a personas con múltiples problemáticas a largo plazo.
3. La mejora en el apoyo a la salud mental no se centra solo en el Sistema Nacional de Salud
El Plan a largo plazo del SNS debe ir acompañado de una estrategia similar a largo plazo entre los Gobiernos, con el fin de abordar de manera eficaz los determinantes sociales más amplios de la mala salud mental y permitirnos a todos disfrutar de vidas mentalmente sanas a lo largo de todo nuestro ciclo vital. Esto debe incluir el compromiso de invertir en iniciativas públicas de salud mental y atención social, suponiendo cambios en la educación, la seguridad social, la justicia penal y otros servicios públicos para un mejor apoyo a la salud mental durante toda la vida.
4. Se necesita apoyo «holístico» para ayudar a las personas de todas las edades a manejar su salud física y mental
Esto debería incluir un mejor apoyo para las personas que acuden a los sistemas de atención social y de salud y a otros servicios vitales, como la vivienda y las ayudas, así como un mejor uso de los sectores voluntarios y comunitarios para reducir las desigualdades y la exclusión. También debe otorgarse un papel más importante en la coproducción de servicios, que están diseñados en colaboración con las personas que los utilizan.
5. Se necesitan directrices ambiciosas y estándares de tiempo de espera para garantizar que las personas con problemas de salud mental reciban el tratamiento adecuado en el momento adecuado
Esto debe ir acompañado de datos mejorados para garantizar la responsabilidad.
6. Se debe impulsar la información psicológica entre el personal laboral de todo el SNS, dado que es vital de cara a ofrecer, en toda atención sanitaria, un verdadero enfoque holístico y centrado integralmente en la persona
Este personal laboral debería poder favorecer la salud mental de las personas siempre que necesiten ayuda, cualquiera que sea la parte del Sistema con la que estén en contacto, y también debe incluirse el apoyo necesario para la salud y el bienestar del mismo personal que desarrolla su labor dentro del SNS.
7. Deben abordarse los niveles desproporcionadamente bajos de inversión destinada a la investigación en salud mental
Necesitamos un mayor enfoque en la investigación para construir la base de evidencia sobre tratamientos existentes, medidas de prevención eficaces, detección de problemas de salud mental y desarrollo de nuevos tratamientos.