La evidencia económica es fundamental para invertir en salud mental, según un nuevo informe

10 May 2019

“La atención a la Salud Mental en el contexto de Atención Primaria es un ejemplo útil de economía compleja”.

Así lo afirma el nuevo Grupo de Trabajo de Economía de la Salud Mental (Mental Health Economics Collaborative) -conformado por el Centro para la Salud Mental, la Red de Salud Mental de la Confederación del SNS británico y la Unidad de Investigación de Servicios Sociales y Personales de la London School of Economics-, en su primer informe titulado Economic theories relevant to public service provision (teorías económicas relevantes para la provisión de servicios públicos).

Este nuevo Grupo de Trabajo pretende impulsar la identificación y difusión de enfoques innovadores para brindar servicios de salud mental eficaces y de alta calidad, destacando la importancia tanto de conocer las medidas económicas exitosas, como de saber dirigir la inversión a donde se pueda “aliviar” la presión en el Sistema.

Tal y como afirman en su informe, el análisis económico se está convirtiendo en una parte esencial de la puesta en marcha de los servicios de salud (especialmente en época de austeridad), y manifiestan que, utilizada de forma correcta, “la evidencia económica puede ayudar a lograr mejores políticas y servicios para las personas con salud mental”.

A este respecto, el documento aborda las teorías económicas más utilizadas en relación con la puesta en marcha y reforma de servicios públicos, describiendo los modelos básicos en los que se basa un “análisis económico” y el modo en que se pueden aplicar en la toma de decisiones sobre políticas públicas y comisiones de servicios. En cada capítulo se explica una teoría económica distinta, vinculándola con el ámbito donde se aplicaría en la práctica, para determinar las decisiones de gasto.

Como bien señalan los autores del informe, si bien la economía es una herramienta conocida y útil para facilitar la toma de decisiones, también es fundamental entender el marco teórico que la sustenta para medir su alcance y sus limitaciones.

El documento finaliza recogiendo una serie de conclusiones, entre ellas, las siguientes:

– Es sensato, desde una perspectiva económica, relacionar cómo funcionan los servicios y su coste.

– Se puede ahorrar de muchas maneras, y es clave detectar el momento en que el ahorro puede llegar a transformarse en inversión.

– Un análisis a nivel nacional de los patrones de uso de los diferentes servicios (y la interrelación entre los mismos), ayudaría a los Gobiernos y legisladores a conocer las macrodemandas y el suministro, lo que podría conducir a una mejor prestación de servicios.

– De igual modo, comprender y evaluar las preferencias de los pacientes mejoraría la puesta en marcha de los servicios de atención.

Se puede acceder al informe (en inglés) desde la página Web del Centro para la Salud Mental o bien directamente a través del siguiente enlace:

Economic theories relevant to public service provision 

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