EL ESTADO DEL CONTRATO PSICOLÓGICO Y SU RELACIÓN CON LA SALUD PSICOLÓGICA DE LOS EMPLEADOS

22 May 2006

El último número de la revista Psicothema recoge un estudio que explora la relación entre el estado del contrato psicológico y las actitudes y comportamientos de los empleados.

Con este trabajo, los autores han querido contribuir a la investigación realizada hasta el momento en torno al contrato psicológico como explicación de actitudes y comportamientos de los empleados en las empresas, ampliando la investigación a otras variables vinculadas con la salud de los empleados. El concepto se había relacionado, hasta el momento, con las actitudes y los comportamientos de los empleados de manera general y no tanto con la salud de los mismos.

 

Siguiendo a Guest, estos investigadores definen el contrato psicológico como «la percepción de ambas partes en la relación de empleo, organización e individuo, de las personas y obligaciones recíprocas que conlleva esta relación». Esta definición pone énfasis en el contenido del contrato realizado por empleado y empleador, dentro de la relación laboral.

No obstante, siguiendo la crítica de Guest a los trabajos realizados previamente sobre esta temática, y que se basan en el contenido del contrato psicológico, los autores proponen también utilizar el estado del contrato psicológico, como constructo más idóneo para dar cuenta de los comportamientos y actitudes de empleados.

Mientras que el contenido del contrato se define, según este grupo de investigación, como el conjunto de promesas y obligaciones recíprocas que forma parte del contrato psicológico; el estado del contrato psicológico se refiere a si las promesas y obligaciones han sido cumplidas, si son justas y a las implicaciones para la confianza percibida por los empelados. En resumen, este concepto está ligado al grado en el que los trabajadores perciben que la organización ha cumplido sus promesas y compromisos, ofreciendo un trato justo y generando confianza.

 

Siguiendo el modelo propuesto por Guest del contrato psicológico, y recogido por los autores del estudio, el estado del mismo proporciona un fuerte componente explicativo para dar cuenta de las consecuencias de las actitudes y comportamientos, considerándose como un antecedente claro de variables tales como, por ejemplo, la satisfacción laboral.

En este sentido, el constructo iría más allá que la mera descripción del contenido del contrato psicológico a la hora de explicar los comportamientos en la empresa.

Tal y como se refleja en la investigación, el estado del contrato psicológico contempla tres variables fundamentales: la entrega o cumplimiento del trato, la confianza y la justicia percibidas. Aunque estos tres factores se han incluido en anteriores trabajos, la mayoría de ellos se han centrado en el cumplimiento como principal elemento explicativo.

Los autores de este trabajo, entre otras cuestiones, han querido abordar dos aspectos: en primer lugar, puesto que una de las principales críticas que tradicionalmente se ha hecho al modelo del contrato psicológico, es que se centra en la mera descripción del contenido, sin profundizar en el valor explicativo del concepto, en este trabajo, y en consonancia con los hallazgos de Guest, han tratado de confirmar si el estado del contrato podría tener mayor carga explicativa que la mera descripción del contenido de dicho contrato; en segundo lugar, dado que en los estudios previos se ha puesto mayor énfasis en el valor predictivo de uno de los componentes del estado del contrato psicológico, el cumplimiento, dejando de lado elementos, como la percepción de justicia y confianza de los empleados, pretendieron analizar, así mismo, hasta qué punto las otras dos variables, la confianza y la justicia percibidas, tienen poder explicativo.

Para este estudio, donde de manera especial se quería analizar el estado del contrato psicológico en relación con variables de salud, se tomaron tres indicadores de salud psicológica: la satisfacción con la vida, el bienestar psicológico (indicadores generales) y el conflicto trabajo-familia (como indicador más concreto). Estas tres variables se midieron con varios instrumentos, que se aplicaron a un total de 385 empleados de cinco empresas, pertenecientes todas al sector servicio.

Los resultados indicaron una correlación positiva y significativa entre el estado del contrato psicológico, el cumplimiento y la justicia percibida por los empleados con la satisfacción con la vida y el bienestar psicológico de los mismos; mientras las tres primeras variables se relacionaron de manera negativa y significativa con el conflicto trabajo-familia.

Según los autores, efectivamente, puede concluirse que el estado del contrato psicológico contribuye a explicar mayor parte de estas tres variables de salud psicológica. De esta manera, cuanto mayor es el estado del contrato psicológico, mayor es la satisfacción con la vida y el bienestar psicológico, y menor el conflicto trabajo-familia.

A la luz de estas conclusiones, se hace patente la necesidad de considerar no sólo el contenido del contrato psicológico a la hora de predecir las actitudes y comportamientos de los empleados, sino también el estado del mismo, si se quiere predecir la salud psicológica de los empleados.

Las implicaciones de este trabajo van en la dirección de aportar y complementar los modelos teóricos existentes y, según los investigadores, se da un paso más allá para superar una de las limitaciones que tradicionalmente se ha atribuido al concepto de contrato psicológico, al pecar de ser excesivamente descriptivo, y con poca capacidad predictiva.

Así mismo, en la vertiente práctica, las indicaciones apuntan a que tanto directivos como gerentes de las empresas tengan en cuenta las promesas y compromisos que hacen a sus trabajadores de manera explícita o implícita, las percepciones que los empelados pueden tener acerca de lo justa que está siendo la organización con ellos y si pueden confiar en las promesas realizadas en un futuro. Todas estas variables muestran relación con el estado de salud psicológica de los empleados

 

El artículo completo puede encontrarse en la revista Psicothema: Gracia, Francisco Javier; Silla, Inmaculada; Peiró, José María; Fortes-Ferreira, Lina (2006). El estado del contrato psicológico y su relación con la salud psicológica de los empleados. Psicothema, Vol. 8, Nº 2, pp. 256-262.

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