PENSANDO SOBRE EL FUTURO A LO LARGO DEL CICLO VITAL

10 Ago 2006

Juan Francisco Díaz Morales

Universidad Complutense de Madrid

Recientemente, en la revista Anales de Psicología, se ha publicado un estudio empírico sobre las diferencias de edad en la perspectiva temporal futura («Perspectiva temporal futura y ciclo vital«). El principal objetivo del trabajo era describir cómo adolescentes, jóvenes universitarios, adultos de mediana edad y adultos mayores pensaban sobre el futuro.

 

El estudio se enmarca dentro de la perspectiva cognitivo-motivacional de la personalidad, desde la que se asume un papel destacado de las metas y objetivos que se plantea la persona a la hora de autorregular su comportamiento.

A lo largo de la vida, las personas se enfrentan a una gran variedad de desafíos, situaciones y problemas. Los adolescentes tienen que tomar decisiones sobre su futura educación y tipo de estudios; posteriormente, durante la adultez, toman el relevo las cuestiones relacionadas con el trabajo, la construcción de una familia o la adquisición de una vivienda; en fin, durante la vejez predominan las metas relacionas con los hijos y la salud.

Para resolver con éxito las diferentes transiciones vitales, la persona necesita estar motivada hacia el futuro (plantearse metas), ser consciente de sus propios intereses y valores, tener información sobre las oportunidades que depara el futuro, ser capaz de construir planes y disponer de estrategias para evaluar su grado de cumplimento. La perspectiva temporal futura juega un papel importante a la hora de lidiar con estas transiciones vitales. En este sentido, Nurmi (1989) propone la teoría de la auto-dirección del ciclo vital, que se concreta en un modelo de perspectiva temporal de tres componentes (motivación, planificación y evaluación), con un fuerte sustento teórico y una amplia vertiente aplicada.

Perspectiva temporal futura

 

Una de las características más sobresalientes del ser humano es la capacidad de pensar y desplegar todo un conjunto de acciones en relación con los acontecimientos futuros. Los motivos, intereses y metas, por definición, están orientados hacia el futuro. Son entendidos como acontecimientos que pasarán en un futuro o como objetivos que se piensan realizar.

El conocimiento de estas expectativas juega un papel relevante en el desarrollo de la motivación de la persona a actuar en una determinada dirección. Conociendo los tipos de metas que la persona persigue en sus interacciones sociales, podremos comprender su personalidad y la conducta social que lleva a cabo. Esta forma de abordar el estudio del comportamiento humano, basado en el pensamiento y las acciones futuras, es especialmente relevante a lo largo del ciclo vital.

A qué distancia temporal sitúa cada persona sus principales metas, es una característica que varía según el periodo de la vida anticipado, en el que es probable que se realicen. La distancia temporal asignada a las metas vitales es la principal característica que define la perspectiva temporal futura, junto con otras propiedades de las metas como su densidad, valencia afectiva, grado de coherencia o continuidad.

La medida de la perspectiva temporal futura

Una de las propuestas que ofrece un modelo conceptual coherente de la perspectiva temporal futura lo constituye la teoría de la auto-dirección del ciclo vital propuesta por Nurmi (1993), quien a partir de la integración de nociones y conceptos relacionados con la orientación futura, propone una teoría de la perspectiva temporal futura de la que deriva una medida operativa. El marco teórico es construido sobre la base de las teorías de la acción, los elementos de la psicología cognitiva y el enfoque del ciclo vital.

El modelo teórico consta de tres componentes: motivación, planificación y evaluación prospectiva. El primer componente, motivación, equivale a la extensión temporal futura («¿Qué edad cree que tendrá cuando su objetivo se realice?»). La idea subyacente es que los motivos, intereses y metas que enumera la persona están orientados al futuro, de modo que la mayor o menor distancia temporal futura constituiría el elemento clave de la conducta motivada o dirigida a metas. Configurarían el sistema motivacional de la persona, compuesto por valores, motivos e intereses y desempeñaría un papel decisivo en la regulación de la conducta.

El segundo componente del modelo es la planificación. Ésta consistiría en las tres fases propuestas por las teorías de la acción y la psicología cognitiva: búsqueda de metas, construcción de planes y realización de éstos. De modo que este componente se basaría en el conocimiento de las posibles metas futuras y el contexto vital en el que se realizarían, lo que permitiría posteriormente construir un plan, proyecto o estrategia para realizar la meta en el contexto elegido. Sin embargo, la naturaleza a largo plazo de las metas, hace que sea difícil analizar la secuencia temporal de estos tres procesos. Por ello, este componente informaría más que del proceso de planificación, del estado de la planificación en el momento presente. Así, la cantidad de conocimiento sobre las metas y contextos futuros («¿Cuáles son los principales factores que pueden influir en la realización de su objetivo?»), la complejidad del plan construido para lograrlas («¿Puede indicar de qué forma va a realizar su objetivo en lo sucesivo?») y el nivel de realización presente («¿Si ha hecho alguna cosa para realizar su objetivo, puede indicar cuál o cuáles?»), constituirían el componente planificación.

Por último, el tercer componente, evaluación prospectiva, se basa en el modo de adaptación al entorno, el grado de autoeficacia y la afectividad asignada al futuro. De este modo, el componente incluye la evaluación del grado de control primario que el sujeto percibe sobre la realización de sus metas («¿Puede indicar en qué medida la realización de su objetivo depende de las circunstancias o de Vd. mismo?), la probabilidad de realización futura («¿Cuál es la probabilidad de que su objetivo se realice?») y la afectividad asignada al futuro (¿Cómo se siente respecto al futuro?»).

 

Diferencias a lo largo del ciclo vital

Aunque el modelo en tres componentes de Nurmi ha sido contrastado en población adolescente y adulta, pocos trabajos han utilizado el modelo a lo largo del ciclo vital. ¿Qué cambios se producen a lo largo del ciclo vital?, ¿Qué tipo de metas predominan?, ¿Cuáles son más frecuentes según el sexo?, ¿Disminuye la distancia temporal?

Los resultados obtenidos indican que las metas más frecuentes fueron las relacionadas con el trabajo, la educación, el yo, la diversión, los hijos y las posesiones; mientras que los temores más frecuentes estaban relacionados con la salud, el trabajo, la familia y los estudios. El número de metas relacionadas con la educación disminuía con la edad, mientras que las metas relacionadas con los hijos y la salud se incrementaban. Entre los temores, predominaban los relacionados con la salud, a medida que aumentaba la edad.

Considerando las diferencias entre los cuatro grupos de edad (adolescentes, universitarios, adultos y mayores) aparece un patrón en forma de U invertida, con un máximo en el grupo universitario, en el número medio de metas y temores, distancia temporal a la que se plantean las metas y el nivel de conocimiento sobre las mismas. En cambio, otras dimensiones, como el número de planes y el número de cosas ya realizadas, se incrementan con la edad; mientras que el grado de control primario disminuye paulatinamente.

Tanto el número como la distancia temporal a la que se espera conseguir las metas, es menor en el grupo de personas mayores. Desde la teoría de la selectividad socioemocional (Cartesen, Isaacowitz y Charles, 1999), se ha demostrado que la percepción del tiempo como finito es el factor responsable de la selección de metas y objetivos futuros cargados de una connotación emocional (por ejemplo, salud e hijos), mientras que cuando la percepción del tiempo es abierta, las metas que predominan son las relacionadas con la adquisición de conocimiento (por ejemplo, educación) y establecimiento de nuevas relaciones interpersonales.

 

Por otra parte, la afectividad respecto al futuro se mantiene en niveles semejantes entre los cuatro grupos de edad, mientras que el grado de control disminuye. Estos resultados indican que, a pesar de la disminución del número y distancia temporal de las metas, los diferentes grupos de edad perciben del mismo modo el futuro como algo placentero, y la disminución del control con la edad puede ser una de las estrategias que permite a las personas mayores mantener su nivel de bienestar psicológico.

Por último, el estudio constata interesantes relaciones entre las dimensiones de la perspectiva temporal y la edad, según el contenido de metas y temores, cuando se analizan para varones y mujeres. Son las mujeres las que obtienen una distancia temporal más corta con la edad en las metas de trabajo, yo y posesiones. Con la edad, enumeran menos factores relacionados con el conocimiento sobre las metas del trabajo (sobre las que también tienen más planes), y por el contrario, tienen más conocimiento de los temores relacionados con el trabajo (sobre los que perciben un mayor nivel de realización). Además, la disminución del control primario con la edad en las metas del yo, diversión, hijos y posesiones, es mayor para las mujeres. Por último, la mayor probabilidad de realización futura en los temores para las mujeres mencionada anteriormente, se produce tanto en los temores relacionados con la salud como con el trabajo.

En resumen, estos datos indican que la representación cognitiva del intervalo temporal necesario para la realización de las metas es diferente a lo largo del ciclo vital, cuando es la propia persona quien estima la extensión temporal en la que se realizarán sus metas. Las diferencias en la valoración de las metas y temores a lo largo del ciclo vital se deben a diferencias en el desarrollo y cumplimiento de tareas normativas, que por otra parte, aún son diferentes para varones y mujeres.

Referencias

Carstensen, L.L., Isaacowitz, D.M. y Charles, S.T. (1999). Taking time seriously: A theory of socioemotional selectivity. American Psychologist, 54(3), 165-181.

Nurmi, J.E. (1989). Planning, motivation, and evaluation in orientation to the future : A latent structure analysis. Scandinavian Journal of Psychology, 30, 64-71.

Nurmi, J.E. (1993). La perspective future dans le contexte du développement au cours de la vie. Revue Québécoise de Psychologie, 14(2), 77-97.

Sobre el autor:

Juan Francisco Díaz Morales es Doctor en Psicología y Profesor del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos II (Psicología Diferencial y del Trabajo). Miembro del grupo de investigación Estilos Psicológicos, Genero y Salud (940066), desarrolla su actividad investigadora en dos líneas de investigación: (1) diferencias individuales, temporalidad y cronopsicología y (2) estilos psicológicos, género y salud.

 

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