Flexibilidad psicológica y conexión social: algunos ingredientes para el manejo del estrés en profesionales de salud mental

5 Oct 2020

Carmen Ortiz-Fune1, Jonathan W. Kanter2 y María F. Arias3

1Servicio de Psiquiatría y Salud Mental, Complejo Asistencial de Zamora, Spain

2University of Washington, Seattle, WA, USA

3Universidad de Sevilla, Spain

Los profesionales sanitarios en general y, en particular, quienes trabajan en el ámbito de la salud mental están expuestos a un elevado nivel de estrés en su entorno laboral. Una de las fuentes de estrés más destacable para estos profesionales es el contacto continuado con el sufrimiento de otros seres humanos (ya sea este sufrimiento físico o psicológico). Más concretamente, en su quehacer diario los profesionales de salud mental (psicólogos, psiquiatras, enfermeros, terapeutas ocupacionales, etc.) contactan con relatos e historias difíciles sobre las experiencias de sus pacientes. Adicionalmente, dos tareas fundamentales en este contexto son el ponerse en el lugar de los usuarios y responder sensiblemente a sus necesidades, conductas pueden evocar en este tipo de profesionales sensación de vulnerabilidad. Por otro lado, dado que el trabajo en este campo de es, generalmente, de carácter multidisciplinar, se requiere de la coordinación entre muchos profesionales. En este sentido, la calidad del clima organizacional y otros aspectos asociados a las relaciones interpersonales también pueden ser un factor que genere estrés en los profesionales y repercuta en la calidad de la atención a los pacientes.

Fuente: www.pexels.com Artista:
cottonbro Fecha descarga: 27/07/2020

El desgaste emocional continuado (agotamiento emocional) a menudo aparece de la mano de otras consecuencias físicas y conductuales. Las consecuencias conductuales suelen traducirse en respuestas evitativas ante el propio malestar (por ejemplo, la sensación de vulnerabilidad) lo que puede conllevar un distanciamiento físico y emocional hacia los usuarios y otros compañeros (despersonalización). Aunque momentáneamente este distanciamiento tenga como consecuencia una disminución de emociones negativas, tales como la vulnerabilidad, ansiedad o angustia, a medio o largo plazo puede comprometer la eficacia en el trabajo, el bienestar de los profesionales y la evolución de los propios pacientes (Ortiz-Fune, 2018). Una experiencia de agotamiento emocional continuado, junto con un comportamiento de distanciamiento emocional respecto a los otros, también suelen acarrear la percepción de ausencia de logro personal en el entorno laboral. Precisamente agotamiento emocional, despersonalización y percepción de usencia de logro constituyen las dimensiones definitorias del burnout (Maslach, Schaufeli y Leiter, 2001).

Por otro lado, el entrenamiento en la capacidad de flexibilidad psicológica—habilidad para comportarse conforme a los propios valores, incluso en presencia de emociones poco agradables (Hayes, Strosahl y Wilson, 2009)—ha mostrado ser útil para ayudar a los profesionales de salud mental a manejar los elevados niveles de estrés y vulnerabilidad que experimentan en su trabajo sin necesidad de distanciarse de otros seres humanos ni de su propia experiencia. Además, favorecer en estos profesionales la conexión social y la intimidad, entrenando habilidades como la capacidad para identificar las emociones, pensamientos y necesidades propias y de los demás, la valentía para llevar a cabo conductas que implican sentir vulnerabilidad (como expresar las emociones y hacer autorrevelaciones), así como la capacidad para responder sensiblemente a las necesidades de los otros–incluyendo la expresión de afecto y provisión de seguridad(Maitland et al., 2017) podrían cumplir un rol destacado en el trabajo a llevar a cabo en el ámbito de salud mental.

En el estudio de Ortiz-Fune, Kanter y Arias (2020) profesionales españoles de salud mental completaron de forma anónima y voluntaria diferentes cuestionarios para evaluar los factores acabados de mencionar. Los resultados mostraron que, en general, los profesionales que presentan mayor percepción de logro personal, menos agotamiento emocional y menos conductas de distanciamiento son aquellos con mayor capacidad de flexibilidad psicológica. En cuanto a las habilidades de conexión social e intimidad, aunque el papel de la consciencia de uno mismo y de los demás no está claro, parece que la disposición para emitir conductas que implican vulnerabilidad y la capacidad de respuesta hacia las necesidades de los otros se asocian a mayor percepción de logro y menos conductas de distanciamiento.

Estos datos son relevantes ya que los modelos tradicionales de intervención para el estrés en el ámbito laboral se han centrado en reducir el agotamiento emocional y no han sido muy eficaces para abordar la conducta despersonalizada y la baja percepción de logro. Desde un modelo de análisis contextual-funcional trabajar para alcanzar un cambio conductual (entrenar en flexibilidad psicológica y habilidades de conexión social) generaría un impacto positivo en la gestión del estrés y otras emociones adversas, podría ayudar a los profesionales a ser (y sentirse) más eficaces en su trabajo y esto, a su vez, tendría un impacto positivo en la evolución de los pacientes. Estos modelos asumen que parte del agotamiento emocional, así como la experimentación de emociones como la vulnerabilidad son inevitables dado el contacto con el sufrimiento de otros.

No obstante, múltiples factores influyen en la experimentación de estrés en el entorno laboral (factores organizacionales y circunstanciales) siendo por tanto necesario realizar análisis y desarrollar estrategias de mejora a diferentes niveles, con el fin de favorecer el bienestar y la eficacia de los profesionales en el ámbito de la salud mental.

El artículo completo puede encontrarse en la revista Clínica y Salud:

Ortiz-Fune, C., Kanter, J. W., & Arias, M. F. (2020). Burnout in Mental Health Professionals: The Roles of Psychological Flexibility, Awareness, Courage, and Love. Clinical and Health, 31(2), 85-90.

Referencias:

Hayes, S. C., Strosahl, K. D., & Wilson, K. G. (2009). Acceptance and commitment therapy. Lugar de Edición: American Psychological Association.

Maitland, D. W., Kanter, J. W., Manbeck, K. E., & Kuczynski, A. M. (2017). Relationship science informed clinically relevant behaviors in Functional Analytic Psychotherapy: The Awareness, Courage, and Love Model. Journal of Contextual Behavioral Science, 6(4), 347-359.

Maslach, C., Schaufeli, W. B., & Leiter, M. P. (2001). Job burnout. Annual Review of Psychology, 52, 397-422.

Ortiz-Fune, C. (2018). Burnout como inflexibilidad psicológica en profesionales sanitarios: revisión y nuevas propuestas de intervención desde una perspectiva contextual-funcional. Apuntes de Psicología, 36 (3), 135-143.

 Carmen Ortiz Fune, Psicóloga Clínica, Máster en Terapias Contextuales y candidata a Doctora por la Universidad de Sevilla. Estudia el Burnout en profesionales sanitarios desde una perspectiva Contextual-Funcional. Actualmente, trabaja en el Complejo Asistencial Universitario de Salamanca, donde entre otras funciones, atiende a profesionales sanitarios afectados por la COVID-19.

Jonathan W. Kanter, Doctor, director del Centro Para el Estudio de la Conexión Social y Profesor Asociado en el Departamento de Psicología de la Universidad de Washington. Investiga sobre cómo mejorar el bienestar relacional, los mecanismos terapéuticos para mejorar la conexión social y disminuir el racismo. Ha publicado más de 100 trabajos sobre estos temas y es miembro de la ACBS.

María Francisca Arias, Profesora Titular del Departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Sevilla.  Sus áreas de especialización versan sobre la psicología del aprendizaje y el análisis de la conducta, ámbitos en los que desempeña tanto su actividad docente como investigadora. Actualmente involucrada en la investigación básica y aplicada sobre la regulación emocional de la conducta y el aprendizaje.

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