EFICACIA DE UN PROGRAMA DE INTERVENCIÓN MANUALIZADO PARA LA POTENCIACIÓN DE LAS FORTALEZAS Y LOS RECURSOS PSICOLÓGICOS

Los resultados aportados por diferentes investigadores sobre los beneficios de estos recursos psicológicos han abierto una vía para el desarrollo de intervenciones psicológicas que intenten fomentar o entrenar a las personas en las más diversas fortalezas o recursos psicológicos, como una alternativa para la promoción del bienestar y de la salud. Ejemplos de este tipo de intervenciones fueron descritas por Fordyce (1977, 1983, 1995), que desarrolló un programa para aumentar la felicidad. Seligman, Steen, Park y Peterson (2005), por su parte, se propusieron estudiar el efecto de unos ejercicios «terapéuticos» que fomentaban el uso de las fortalezas psicológicas, y que se dispensaban vía Internet, para aumentar la felicidad.

En la línea de las investigaciones anteriores de promoción y potenciación de los recursos psicológicos para el incremento del bienestar y la salud, se delineó una investigación para la creación y desarrollo, validación interjueces del contenido (Amorós, Remor, y Carrobles, 2005) y estudio de la eficacia de un programa manualizado (Amorós y Remor, 2006) de intervención grupal para la potenciación de las fortalezas y los recursos psicológicos dirigido a adultos, realizado semanalmente durante un periodo de 10 semanas con una duración de 90 minutos, en diferentes grupos de participantes (personas sanas y personas con esclerosis múltiple).

El programa se centra en la enseñanza de las habilidades que favorecen la identificación, el aprendizaje y la potenciación de unos recursos psicológicos, específicos como la comunicación asertiva, empatía, optimismo, afrontamiento positivo, perdón y gratitud, vitalidad y entusiasmo.

El programa integra diez sesiones con los siguientes contenidos: a) conocer qué son los recursos psicológicos; b) tomar conciencia de la importancia de los recursos psicológicos; c) conocer la relación entre el uso de los recursos psicológicos, la salud y el bienestar subjetivo; d) diferenciar los estilos de comunicación personales: agresivo, tímido y asertivo; e) desarrollar estrategias de afrontamiento optimista de los problemas; f) identificar las claves para el desarrollo del entusiasmo y la vitalidad; g) tomar conciencia de la importancia de la capacidad de perdonar; h) conocer las diferencias entre los pensamientos positivos y negativos y el efecto que pueden tener sobre la salud y el bienestar subjetivo; i) conocer la importancia de dar y de recibir elogios; j) conocer y evaluar los logros personales y las capacidades para conseguirlos; y k) adquirir y/o mejorar la capacidad de relajación.

Para conocer el efecto de cada una de las sesiones sobre el estado de ánimo, se evaluaba en cada sesión, al inicio y al final de la misma, el nivel de estado de ánimo de cada uno de los participantes, mediante una escala visual analógica. Se midieron sus recursos psicológicos al inicio del programa, al final del mismo y en el seguimiento, para ver el efecto de la intervención. Como medidas de resultado también se incluyeron indicadores de estrés, malestar físico y síntomas somáticos, indicadores de salud mental y satisfacción con la vida.

La intervención se aplicó a tres muestras diferentes siguiendo una metodología cuasi-experimental. La primera muestra se constituyó por estudiantes universitarios madrileños. La segunda muestra, con adultos españoles con esclerosis múltiple, y la tercera con estudiantes universitarios salvadoreños (Centro-América). Los detalles del diseño y procedimiento con cada muestra se describen en el estudio original publicado en Anales de Psicología (Remor, Amorós-Gómez & Carrobles, 2010).

Los resultados obtenidos varían de acuerdo a las características de cada grupo muestral, no obstante, el efecto con el estado de ánimo de cada sesión del programa fue unánime para todas las muestras. Por otra parte, se logró la potenciación de los recursos psicológicos, de entre los cuales cabe destacar el aumento del optimismo, del sentido del humor, de la capacidad de solución de problemas y del autocontrol. Así mismo, el programa logró la disminución del estrés percibido, de la depresión, de los síntomas somáticos y de las quejas subjetivas de malestar físico.

Los resultados avalan la eficacia del programa manualizado y permiten recomendar la aplicación del programa en contextos donde se quiera incrementar los recursos psicológicos.

Las líneas futuras de investigación sobre el programa de intervención suponen la replicación de los resultados en nuevas muestras tanto de individuos saludables como enfermos (aspecto que estamos desarrollando en este momento), el estudio de los mediadores determinantes del cambio en los recursos psicológicos y en los indicadores de salud física y mental, así como la publicación del manual de intervención.

Remor, E., Amorós-Gómez, M. y Carrobles, J.A. (2010). Eficacia de un programa manualizado de intervención en grupo para la potenciación de las fortalezas y recursos psicológicos. Anales de Psicología, 26, 1, 49-57.