PERSONALIDAD Y TOLERANCIA AL DOLOR: ALGUNAS APLICACIONES

14 Feb 2006

Jesús Mª Carrillo, profesor en la Facultad de Psicología, Universidad Complutense de Madrid, especializado en el área de Personalidad, ha dirigido recientemente un Proyecto de Investigación Complutense (PR3/ 04-12380):» Dolor y Personalidad: La influencia de componentes psicológicos en la experiencia álgica» en el que se relacionan algunos aspectos de la personalidad con tolerancia al dolor. Parte de este trabajo se ha publicado en Clínica y Salud, 2005, vol. 16, nº 13 con el título de Personalidad y Tolerancia al Dolor. Este trabajo ha sido fruto de una colaboración interdisciplinar y una labor de equipo integrado también por Susana Collado, Dra. en Medicina y profesora en Ciencias de la Salud en la Universidad Alfonso X El Sabio y en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, y por Nieves Rojo, profesora de la Facultad de Psicología, en la Universidad Complutense de Madrid, especializada en el área de Personalidad. A continuación ofrecemos un breve resumen del artículo citado y publicado en Clínica y Salud.

Jesús Mª Carrillo – Universidad Complutense de Madrid; Susana Collado – Universidad Alfonso X El Sabio; y Nieves Rojo – Universidad Complutense de Madrid

El dolor tiene implicaciones para la salud y el bienestar de las personas y, además, un gran impacto económico y social. El dolor crónico puede afectar en torno al 30% de las personas en países industrializados. Elliot, Smith, Penny, Smith, y Chambers (1999), en un trabajo realizado en el Reino Unido con una muestra de 1.817 sujetos, calcularon una prevalencia de dolor crónico de un 50%.

Dado el impacto personal, social, laboral y económico del dolor, su prevención, tratamiento e investigación debería constituir un objetivo de primer orden para las disciplinas de ciencias de la salud. Una aproximación inicial en la investigación del dolor se orientó hacia el estudio de sus mecanismos fisiológicos. A esta perspectiva se la ha denominado biomédica (Carrillo, Hernández, Staats, y Staats, 2002).

Jesús Carrillo

Sin embargo, estudios recientes han considerado insuficiente esta perspectiva biomédica y han tenido en cuenta las implicaciones de componentes psicológicos; esta orientación se denomina biosocial, en la que se señala la necesidad de un planteamiento integrador y multidimensional (Avia, 1980; Carrillo, Collado, Rojo, y Staats, 2003; Carrillo, Hernández, y Collado, 2002; Collado, Pérez y Carrillo, 2004; Cruzado y Labrador, 1988; Ruiz y Avia, 1987; Staats, Heckmat y Staats, 1966, 1998, entre otros.

Esta perspectiva biosocial está teniendo cada día una mayor relevancia el estudio de componentes emocionales y de personalidad. En nuestro trabajo estudiamos la relación de algunas variables de personalidad como Neuroticismo y Psicoticismo, con la tolerancia al dolor experimental inducido mediante agua fría (cold pressor test –CPT), según el procedimiento presentado por Grimm and Kanfer (1976), Staats, Heckmat y Staats (1998) y Carrillo, Collado, y Rojo (2005). (Fig.1).

La tolerancia al dolor experimental se formuló mediante las siguientes variables: Umbral del dolor (tiempo en segundos desde la introducción de la mano en el agua hasta el primer informe de dolor), Mantenimiento del dolor (duración en segundos de la inmersión de la mano desde la aparición del umbral hasta su retirada) y Tolerancia al dolor (duración total en segundos de la inmersión de la mano desde su introducción hasta su retirada).

Figura 1

Los resultados mostraron que existen pautas de correlación estadísticamente significativas entre las variables de personalidad elegidas y las variables criterio de dolor experimental. A medida que los participantes muestran mayor control emocional y una mayor estabilidad emocional su tolerancia al dolor es mayor, y, a medida que los participantes tienen un mayor Psicoticismo, la tolerancia al dolor también es mayor. Mientras que Psicoticismo se asocia con Tolerancia al dolor positivamente (mayor tolerancia al dolor), Neuroticismo lo hace de manera negativa (menor tolerancia al dolor).

En nuestro estudio, de las variables de psicoticismo utilizadas, parece que es la de naturaleza fundamentalmente «paranoide»– Psicoticismo-, a la que en el contexto de una población normal se prefiere denominar «dureza» («hardness»), la que se configura como predictora de Tolerancia positiva al dolor experimental.

Los dos factores de tolerancia –positiva y negativa-, respecto a componentes psicológicos –emocionales y de personalidad-, parecen confluir, pues, en un perfil de control y estabilidad emocional y al mismo tiempo de dureza para explicar una parte de la tolerancia al dolor experimentalmente inducido mediante la técnica CTP.

Desde un punto de vista aplicado el CPT como técnica para producir dolor experimentalmente es un análogo muy eficiente y sencillo para la investigación de procedimientos de atenuación y control del dolor experimental en el laboratorio.

En el contexto de esta investigación una de las posibles aplicaciones de los resultados obtenidos podría ser la elaboración de pruebas para evaluar la tolerancia al dolor que podrían ser de interés para desarrollar estrategias específicas para paliar el dolor (dosificación de la analgesia, implementación de estrategias de afrontamiento al dolor más acordes con la personalidad del sujeto, etc.).

Dado que hay evidencias de que la experiencia dolorosa está modulada por factores de personalidad, otra línea de aplicación de estos resultados es su vinculación con procedimientos de intervención para paliar la experiencia álgica. Por ejemplo, estudios como los de Hilgard y Hilgard (1975) demostraron la eficacia de la analgesia hipnótica para disminuir e incluso llegar a eliminar este tipo de dolor experimental. Las técnicas que han tenido éxito en la reducción del dolor experimental están siendo replicadas en el campo clínico y pueden ser ya utilizados por médicos y fisioterapeutas, entre otros profesionales sanitarios. Autores como Barber (1977) han puesto ya de manifiesto la eficacia en el ámbito clínico de técnicas específicas de hipnosis. Algunos miembros de nuestro equipo en el libro Motricidad. Fundamentos y Aplicaciones (Collado, Pérez, Carrillo, 2004), desarrollan en diversos capítulos técnicas de relajación e hipnosis clínica y experimental de utilidad para la implantación de programas de intervención en el tratamiento del dolor.

Posteriormente los tratamientos eficaces podrían trasladarse al ámbito clínico en pruebas con pacientes en dolor crónico y agudo y en pruebas diagnósticas dolorosas, como la extracción de médula ósea en niños y adultos con cáncer. La aplicación de las técnicas de hipnosis en un análogo del dolor –mediante el CPT- están demostrando su eficacia en su reducción contrastada con otras formas de tratamiento; también han comenzado a demostrar su eficacia en el tratamiento del dolor clínico, tanto agudo como crónico.

Habría que empezar a considerar, pues, como señalan Patterson y Mark (2003) la necesidad de un estudio estructurado e integral de los procedimientos de hipnosis en el tratamiento clínico del dolor, plan en el que el CPT y la incorporación de las investigaciones sobre la relación personalidad-dolor pueden jugar un papel central en el estudio del dolor experimental para trasladar posteriormente sus resultados al dolor clínico.

La investigación experimental del dolor mediante del CPT puede llevarse también a otros dominios de gran interés, tales como tolerancia al dolor en deportes de elite –por ejemplo para ejercitarse con más dureza o durante más tiempo- o en profesiones en que es también muy relevante el desarrollo de esa tolerancia y control del dolor, entendida en este caso como resistencia física y mental.

 Referencias Bibliográficas

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http://www.uax.es/publicaciones/archivos/CCSREV05_004.pdf

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Hilgard, E.R., y Hilgard J.R. (1975). Hypnosis in the relief of pain. Los Altos, CA:
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