La Fundación Española para la promoción y el desarrollo
científico y profesional de la Psicología (PSICOFUNDACIÓN) ha presentado en el
Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, los resultados
preliminares del ensayo clínico PsicAP (Psicología en Atención Primaria), cuyo
objetivo es comparar el tratamiento psicológico frente al habitual de
Atención Primaria en el abordaje de los trastornos mentales comunes o
alteraciones emocionales, como la ansiedad, estrés, depresión y somatizaciones
que presentan casi la mitad de los pacientes.
En este ensayo participan más de 200 investigadores, entre
médicos y psicólogos, que han evaluado a cerca de 1.200 pacientes de 28
Centros de Salud de Atención Primaria de 10 Comunidades Autónomas.
Los resultados preliminares, que han sido presentados por el
catedrático en Psicología e investigador principal del ensayo Clínico PsicAP,
Antonio Cano Vindel, demuestran claramente la eficacia del tratamiento
psicológico sobre el tratamiento habitual. De los 323 pacientes que han
concluido el tratamiento, y una evaluación completa, las diferencias entre
tratamientos muestran los siguientes datos:
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Reducción de síntomas: para
los trastornos de ansiedad, la intervención psicológica es tres veces más eficaz
que el tratamiento habitual. En el caso de la depresión, la eficacia es cuatro
veces mayor.
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Recuperación de los casos:
para los trastornos de ansiedad y depresión, con el tratamiento psicológico se
consigue recuperar en torno a un 70% de los pacientes (67% en casos de ansiedad
y 72% en caso de depresión), 3 veces más que con el tratamiento habitual de
Atención Primaria (27,4% y 24,2%, respectivamente).
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El tratamiento psicológico ha conseguido la disminución del consumo de psicofármacos y la
hiperfrecuentación a las consultas de Atención Primaria.
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En España, más de dos tercios de las personas con problemas
emocionales, de estrés, ansiedad, depresión o somatizaciones acuden a su Centro
de Salud de Atención Primaria, donde el 49,2% de los pacientes presenta síntomas
compatibles con el diagnóstico de un trastorno de este tipo. El médico de
familia sufre un exceso de demanda, en parte por la hiperfrecuentación de los
pacientes con problemas emocionales (19 veces más visitas que las personas sin
este tipo de problemas), lo que le lleva a no poder dedicar a sus pacientes más
de 5 minutos de consulta, así como a prescribir en exceso psicofármacos, que
reducen temporalmente los síntomas de ansiedad, hiperactivación fisiológica,
insomnio, depresión o dolor, pero no resuelven a la larga los problemas de base,
derivados del estrés psicosocial, que requieren información y entrenamiento
psicológico en habilidades de manejo de las emociones.
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Aunque la evidencia científica muestra que el tratamiento de
elección para estos problemas son las técnicas psicológicas, que son eficaces y
eficientes, en nuestro país un 39% de personas con diagnóstico de trastorno de
ansiedad en los últimos 12 meses no ha recibido tratamiento alguno y sólo el
0,9% ha recibido un tratamiento psicológico sin fármacos. En cambio, España
es el segundo país con mayor consumo de tranquilizantes en el mundo, a pesar de
que las guías de práctica clínica, que resumen la evidencia científica,
desaconsejan su uso, por la falta de eficacia y su poder para generar adicción.
El consumo de benzodiacepinas en nuestro país, sigue
aumentando año tras año, siendo en el año 2014, 2,7 veces superior a la
media de los países de la OCDE, a pesar de las advertencias de riesgo de sufrir
accidentes de circulación, caídas de señoras mayores con rotura de cadera, o su
asociación con demencia. Así, en el año 2014, casi el 10% de las conductoras
maduras, con unos 50 años, dieron positivo a psicofármacos en los controles de
drogas de la guardia civil en carretera, lo que contrasta con el perfil de
reconocida prudencia para este perfil de conductora. Además, un porcentaje
significativo de los muertos en accidente de circulación, en concreto el 10,7%
de conductores y el 20,2% de peatones, habían consumido estos fármacos
psicoactivos, según los resultados de las autopsias.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística, INE, en la
última Encuesta Europea de Salud, publicada en 2015, el 18,9% de los españoles
con 15 o más años había consumido en las dos últimas semanas psicofármacos de
tipo tranquilizante, relajante o somnífero; y el 8,4% había consumido
antidepresivos o estimulantes. El consumo es aproximadamente el doble en mujeres
que en hombres, aumenta con la edad y disminuye con el nivel cultural.
Este abordaje de los problemas emocionales ocasiona un gran
impacto a nivel clínico, debido a la cronicidad y comorbilidad del proceso, así
como a la discapacidad asociada. Pero también supone un gran impacto a nivel
social, por el alto coste económico, directo e indirecto. Los costes
económicos de la depresión, la ansiedad y las somatizaciones en España en el
año 2010 alcanzaron los 23.000 millones de euros, el 2,2% de PIB, más de la
mitad de los costes anuales por salud mental. La depresión en 2010 fue la cuarta
causa en España que contribuyó más al aumento de los años vividos con
discapacidad, aumentando un 35% desde 1990.
Los resultados obtenidos en el ensayo PsicAP son acordes con la
revisión de la literatura científica previamente llevada a cabo y validan
claramente la intervención psicológica para la atención de alteraciones
emocionales en Atención Primaria. Por todo ello, sería necesario implementar
este tratamiento en el primer escalón de acceso al sistema sanitario público,
para hacerlo realmente accesible a la población.
Esto es lo que han hecho otros países como Reino Unido, que ha
puesto en marcha la “Mejora del Acceso al Tratamiento Psicológico” (IAPT), con
alta eficacia. Hoy en día, se plantea ampliar dicha atención psicológica
a los problemas emocionales que se dan en la etapa infanto-juvenil, así como
a pacientes mayores crónicos con ansiedad y depresión, con un argumento basado
en la evidencia: “duplicar el número de personas tratadas con técnicas
psicológicas costaría cero”. Con ese rótulo se alude a que el coste del
tratamiento psicológico para cien personas con trastornos de ansiedad o
depresión, en edad laboral, se amortiza en menos de 25 meses, rompiéndose así la
tendencia a que el problema se haga crónico y genere nuevos trastornos y más
gastos. Por otro lado, se refiere a que el coste de tratar a una persona mayor
con enfermedad crónica y depresión se amortiza en tan sólo 8 meses, lo que
ahorraría unas 2.000 libras (2.340 euros), cada año, de costes atribuidos a la
depresión en pacientes crónicos.
Acerca de PSICOFUNDACIÓN
La Fundación Española para la Promoción y el Desarrollo
Científico y Profesional de la Psicología (Psicofundación), tiene el fin de
favorecer el desarrollo de la Psicología, científica y profesional, potenciando
sus actuaciones y presencia en todos los ámbitos de la sociedad, mediante el
diseño y el desarrollo de programas científicos, proyectos de investigación,
elaboración de normas y procesos de trabajo homologables, potenciar la formación
continua de los profesionales de este campo y estimular el desarrollo de
iniciativas innovadoras, entre otros. |