Los reclusos presentan un riesgo 5 veces superior que la población general de padecer un trastorno mental. Esta en una de las conclusiones del estudio Informe de prevalencia de trastornos mentales en centros penitenciarios españoles (PRECA), presentado recientemente por la Fundación Manantial y Obra Social Caja Madrid. Se trata del primer estudio en proporcionar datos epidemiológicos de salud mental representativos de la población reclusa española y el más amplio realizado hasta la fecha.
Tras evaluar a 707 reclusos pertenecientes a centros penitenciarios de Madrid, Cataluña y Aragón, los resultados del estudio PRECA muestran que 4 de cada 10 reclusos presentaban un trastorno mental en el momento de la evaluación. Dentro de este grupo, los trastornos mentales más frecuentes fueron el trastorno por uso de sustancias, principalmente alcohol y cocaína, (76,2%), el trastorno de ansiedad (45,3%), los trastornos del estado de ánimo (41%) y el trastorno psicótico (10,7%). Además de la elevada incidencia de trastornos mentales en la población reclusa española (5 veces más alta que la población general), los autores del informe subrayan la alta comorbilidad entre trastornos mentales y consumo de sustancias. |
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Otros resultados de interés ponen en evidencia que:
- El 60% de los reclusos había tenido contacto previo con el sistema judicial (arrestos o juicios previos) y el 54% de los presos eran reincidentes.
- El 80% de los reclusos de centros penitenciarios españoles había padecido a lo largo de su vida un trastorno mental y/o problemas de abuso de sustancias.
- Existe una sobrerrepresentación de población extranjera internada en las cárceles españolas. Este grupo se caracteriza por ausencia de residencia legal, desempleo y dificultad de acceso a los servicios sociales, circunstancias que suponen un factor de riesgo añadido de exclusión social y de aparición de trastornos mentales.
Teniendo en cuenta estos resultados, los autores del estudio PRECA recomiendan que los servicios de salud penitenciaria implementen programas integrales y específicos para el abordaje de los trastornos mentales y el consumo de sustancias. En este sentido, «las autoridades de los centros penitenciarios deben saber cuántos internos padecen algún trastorno mental en un momento determinado para proporcionar un cuidado adecuado a esta población» y, de esta manera, prevenir el riesgo de reincidencia.
Los datos del estudio PRECA invitan a la reflexión, ya que la alta prevalencia de enfermedad mental en la población reclusa española (sobre todo, previa a la entrada en prisión) pone en evidencia, no sólo la dificultad de los centros penitenciarios para dar una respuesta adecuada a este problema (y conseguir la reinserción de los presos), sino las deficiencias del sistema sanitario público en lo que se refiere a la detección e intervención temprana de los problemas de salud mental y abuso de sustancias en jóvenes (lo que evitaría que un elevado porcentaje de este colectivo en riesgo acabe en la marginalidad y cometa algún delito). A la luz de los datos, parece que las cárceles españolas han pasado a convertirse en los nuevos centros psiquiátricos del siglo XXI.
Se puede descargar el informe completo, pinchando en el siguiente enlace:
Informe de prevalencia de trastornos mentales en centros penitenciarios españoles (PRECA)