A consecuencia de las medidas y políticas de salud pública puestas en marcha por las autoridades, para evitar la infección por coronavirus SARS-CoV-2 -cuya propagación ha sido extremadamente rápida a nivel mundial-, tales como la declaración de una situación de alarma sanitaria y el confinamiento de la ciudadanía en sus domicilios, la población se ha visto afectada de forma significativa en su bienestar psicológico y en su calidad de vida. Las consecuencias que esta pandemia y el confinamiento tendrá en la salud mental de la población será un tema por evaluar en el futuro próximo y, aunque la mayoría de las personas no sufrirán trastornos mentales a causa de ello, ya la literatura informa de efectos psicológicos negativos derivados del confinamiento en epidemias anteriores, que incluyen principalmente síntomas de estrés postraumático, confusión y miedo. La crisis sanitaria provocada por el COVID-19 genera una emergencia en cáncer que afecta directamente a la población con esta enfermedad. |
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Con esta introducción, la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) presenta su nuevo informe sobre Diagnóstico del impacto emocional experimentado por las personas afectadas por cáncer durante la crisis del COVID-19, a través del cual se analiza el impacto psicológico y social que el coronavirus ha producido en las personas afectadas por cáncer, así como los factores de riesgo asociados. En palabras de la AECC, conocer la magnitud de dicho impacto, permitirá identificar el tipo de intervenciones psicológicas que hay que diseñar para ayudar a la población oncológica, qué medidas y cómo han de realizarse dichas intervenciones, etc. El informe es fruto de un estudio llevado a cabo en pleno confinamiento, a través de un cuestionario online realizado entre el 16 y el 25 de abril de 2020, respondido por una muestra de 2.293 personas diagnosticadas de cáncer (en distintas fases y momentos de la enfermedad). A continuación, recogemos las principales conclusiones del estudio: La situación de confinamiento ha provocado ansiedad y depresión en el 34,3% de la población con cáncer. El grado de preocupación por la pandemia es alto, siendo superior en los/as pacientes diagnosticados en comparación con la población general (67% frente al 58,9%). Estos datos ponen de manifiesto la necesidad de desarrollar estrategias de detección e intervención psicológica específicas orientadas a paliar dicha problemática, con especial relevancia en aquellas dirigidas a minimizar el miedo al contagio. De acuerdo con el informe, se detecta que la problemática psicológica aumenta cuando los pacientes se sienten muy preocupados. Según el estudio, las principales variables asociadas con la misma -y que deben tenerse en cuenta durante el proceso de desconfinamiento- son las siguientes:
Tal y como señala el informe, la mayoría de las investigaciones realizadas sobre pandemias previas evidencian que los efectos psicológicos se producen durante el periodo de confinamiento y se mantienen varios meses tras su finalización. Por ello, subraya la importancia de realizar una segunda parte del estudio, dirigida a conocer la presencia de estrés postraumático y variables asociadas en los pacientes de cáncer tras el confinamiento. Se puede acceder directamente al informe a través del siguiente enlace: |
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