Análisis de las diferencias en conductas, motivaciones y actitudes hacia el sexting entre jóvenes
09 May 2025

El sexting es un fenómeno que ha transformado las interacciones sexuales entre personas. Se observa un incremento en las conductas de sexting, tales como responder a mensajes de este tipo y publicar contenido sexual en redes sociales. Se detecta también un aumento en la mayoría de las motivaciones evaluadas para realizar este tipo de práctica, así como actitudes más favorables hacia el sexting en el contexto de una relación romántica, junto con una menor percepción de riesgo y una mayor normalización de esta conducta.

Estas son algunas de las conclusiones recogidas en un estudio publicado en la revista Psicothema y llevado a cabo por los/as psicólogos/as investigadores/as Carlos García-Montoliu y Rafael Ballester-Arnal, de la Universitat Jaume I de Castellón, y Olga Fernández-García, Verónica Estruch-García y María Dolores Gil-Llario, de la Universitat de València.

Tal y como señalan los autores, el uso generalizado de teléfonos inteligentes e Internet ha permitido y normalizado la creación y difusión de contenido sexual. Esta normalización se puede observar en los datos de prevalencia del sexting que, si bien parecen haberse estabilizado en general, en los últimos años, pueden variar y depender en gran medida del tipo de práctica evaluada.

El sexting se define aquí como «el envío, la recepción o el reenvío de mensajes de texto, fotografías o vídeos sexualmente explícitos, generalmente mediante dispositivos electrónicos, donde las personas pueden participar de forma activa o pasiva».

Foto: freepik. Diseño: freepik. Fecha: 30/04/25

En España, las cifras de prevalencia de sexting oscilan entre el 13,5% y el 61%. Pese a las discrepancias detectadas entre los distintos estudios realizados en nuestro país (debido, tal vez, a las diferentes características sociodemográficas y contextuales de la muestra y a la distinta metodología empleada), todos parecen indicar que la prevalencia del sexting aumenta con la edad, que recibir sexting es más frecuente que enviarlo, y que el sexting es más frecuente cuando involucra a la pareja.

Según recogen, la literatura científica ha identificado características clave de las personas con mayor probabilidad de practicar sexting, entre ellas, ser hombre, adulto o adolescente, pertenecer a una minoría sexual, tener una relación romántica o pertenecer a una familia desestructurada, entre otras.

Asimismo, recuerdan que la subjetividad de los/as participantes podría sesgar los datos de prevalencia, dado que existen diferencias interpersonales en la creencia de lo que constituye un comportamiento de sexting; por ejemplo, algunas personas no consideran que el envío de contenido sexual a través de mensajes de texto sea sexting.

El sexting puede tener tanto beneficios como desventajas para quienes lo practican, dependiendo de si es consensuado o no

A este respecto, los autores señalan que el sexting es «un fenómeno diverso y complejo», cuya evaluación objetiva puede verse dificultada por «la falta de consenso en la comunidad científica y la limitada comprensión social de su conceptualización». No obstante, a pesar de las discrepancias detectadas en su conceptualización y prevalencia, sí parece haber consenso con relación a sus consecuencias. En este sentido, el sexting puede tener tanto beneficios como desventajas para quienes lo practican, dependiendo, en gran medida, de si es consensuado o no.

Así, el sexting consensuado se asocia con beneficios como una mayor satisfacción sexual, satisfacción con la imagen corporal, diversión, función sexual, intimidad y confianza en la relación romántica, y expresión emocional. Por el contrario, el sexting no consensuado tiene un impacto negativo en la salud física y mental de quienes lo han experimentado. Según los estudios, algunas de las consecuencias negativas derivadas del sexting no consensuado, son su uso para burlarse, vengarse, chantajear o buscar la aprobación de los/as compañeros/as, la victimización sexual, así como problemas que surgen en entornos profesionales, académicos o interpersonales, problemas legales derivados de la creación y distribución de pornografía no consensuada o dirigida a menores de edad, y problemas de salud mental, como ansiedad, depresión, autolesiones no suicidas (NSSI) y conducta suicida.

Comprender las motivaciones y actitudes hacia el sexting puede ayudar a explicar dicho comportamiento. Las investigaciones realizadas al respecto han encontrado que las principales motivaciones para participar en este comportamiento son: aumentar la intimidad con la pareja, satisfacer a la pareja, explorar la propia sexualidad, la presión social, el coqueteo, afrontar estados emocionales negativos como el aburrimiento o, simplemente, porque uno quería hacerlo.

Comprender las motivaciones y actitudes hacia el sexting puede ayudar a explicar dicho comportamiento

La investigación ha encontrado, además, que las personas que practican sexting suelen tener una actitud más favorable hacia él, frente a quienes no lo han hecho. A su vez, las actitudes favorables hacia este tipo de comportamiento promueven su normalización y se correlacionan positivamente, tanto con el sexting actual como con la intención de participar en él en el futuro.

Si bien algunos estudios han analizado la evolución de las conductas de sexting en los últimos años -a la par que las nuevas tecnologías y las redes sociales-, no se ha encontrado ningún estudio que haya evaluado esta evolución en las tendencias motivacionales y actitudinales asociadas al sexting en España. Por ello, el objetivo principal de esta investigación es analizar las diferencias en la frecuencia de diversos tipos de sexting, así como las motivaciones y actitudes hacia el mismo, entre dos grupos de jóvenes españoles evaluados en dos momentos diferentes: uno en 2017 (SG17) y el otro en 2023 (SG23), partiendo de la hipótesis de que este último «realizará un mayor número de sexting y tendrá más motivaciones y actitudes más favorables hacia el sexting en comparación con el SG17».

Para tal fin, se ha contado con una muestra de 1.246 jóvenes españoles/as (605 hombres y 641 mujeres) de entre 17 y 25 años (630 jóvenes en el grupo SG17 y 616 en el SG23), a los que se ha administrado las escalas Sexting Behaviors Scale, Sexting Motivations Scale, y Sexting Attitudes Scale.

Los datos muestran un aumento en las conductas de sexting y actitudes más favorables hacia esta práctica en el contexto de una relación romántica

Los resultados muestran un incremento en las conductas de sexting, tales como responder a mensajes de este tipo y publicar contenido sexual en redes sociales. Asimismo, se observa un aumento en la mayoría de las motivaciones evaluadas para realizar este tipo de práctica, se detectan también actitudes más favorables hacia el sexting en el contexto de una relación romántica, así como una menor percepción de riesgo y una mayor normalización del sexting.

Al analizar las diferencias en el comportamiento de sexting entre grupos, se observa que la respuesta a mensajes de texto o imágenes sexuales recibidas es un comportamiento más frecuente en el grupo evaluado en 2017, y que publicar imágenes o mensajes de texto sexuales públicamente en redes sociales, se da con mayor frecuencia en el evaluado en 2023. Para los autores, la explicación a esto, podría estar relacionada con la aparición de nuevas plataformas de redes sociales, que se utilizan para generar importantes ganancias económicas mediante la creación y difusión de contenido sexual.

Ponen como ejemplo la página OnlyFans, que, en 2018, introdujo la opción de compartir contenido sexual explícito entre sus funciones y, en la actualidad, cuenta con más de 240 millones de usuarios/as en todo el mundo. Si bien es cierto que publicar contenido sexual a cambio de un beneficio económico «no se consideraría sexting “per se”, es posible que el auge de este tipo de plataformas contribuya a normalizar la publicación de contenido sexual en otras redes sociales, favoreciendo así esta práctica». De igual modo, el hecho de que plataformas como Twitch o X Corp (anteriormente Twitter), entre otras, hayan ajustado sus políticas para permitir la publicación de contenido sexual, podría haber facilitado, según los autores, el incremento en el uso de estas plataformas para compartir contenido sexual de forma pública.

La globalización del uso de teléfonos inteligentes ha facilitado la práctica y normalización del sexting y podría haber incrementado y diversificado las motivaciones hacia este comportamiento

En cuanto a las motivaciones para el sexting, el grupo evaluado en 2023 reporta frecuencias más elevadas en siete de las diez motivaciones evaluadas. De acuerdo con el estudio, la globalización del uso de teléfonos inteligentes entre adolescentes y adultos jóvenes, ha facilitado la práctica y la normalización del sexting, y consecuentemente, podría haber incrementado y diversificado las motivaciones para este comportamiento. Asimismo, el uso del sexting durante el confinamiento debido a la pandemia de COVID-19, como parte de las relaciones sociales y sexuales a distancia con las parejas, podría haber influido en una mayor normalización de este tipo de comportamiento en el grupo SG23, lo que explicaría, «al menos en parte, la presencia de una amplia variedad de motivos para practicarlo».

Con relación a las diferencias actitudinales entre los grupos, el grupo evaluado en 2017 muestra una actitud más favorable en los ítems «el sexting es solo una forma de coquetear», «el sexting podría causarme problemas en el futuro», «enviar mensajes de texto sexuales es un poco arriesgado» y «comparto fotos/videos sexuales que recibo con mis amigos».

Por su parte, el grupo de edad SG23 presenta una actitud más favorable hacia el sexting en el contexto de las relaciones románticas (“El sexting es una parte normal de las relaciones románticas”, “mi pareja espera que le envíe mensajes de texto picantes”, “el sexting mejora mi relación con mi pareja o posibles relaciones futuras”…), actitudes que denotan una menor percepción de riesgo y actitudes menos favorables hacia compartir fotos/vídeos recibidos con sus amistades. En palabras de los autores, estas diferencias «podrían deberse, nuevamente, a la influencia de la normalización del sexting».

En la misma línea, asumiendo que el grupo evaluado en 2023 ha normalizado las prácticas de sexting debido a la pandemia y teniendo en cuenta la evolución de las redes sociales hacia la promoción de contenido erótico online, consideran plausible que las personas de este grupo tengan más dificultades para percibir este comportamiento como potencialmente dañino.

Por otro lado, una posible hipótesis sobre la actitud menos favorable hacia compartir los mensajes de texto recibidos a estas edades, podría ser «que la habituación a este tipo de contenido, debido a la exposición repetida, podría haber llevado a una disminución del interés y la respuesta excitatoria». Así, estos estímulos podrían haber perdido su novedad y dejado de actuar como reforzadores de la conducta.

Se registra un aumento en el uso del sexting entre los/as jóvenes como regulador emocional ante situaciones o emociones desagradables

Una consecuencia negativa del sexting destacada en este estudio es la relacionada con una mayor motivación para practicarlo en situaciones conflictivas o asociadas con estados emocionales negativos, como la soledad. Esta cuestión ya se ha abordado en otras investigaciones previas, desde la perspectiva de la regulación emocional, encontrando que las personas que practican sexting tienen más dificultades para identificar y gestionar sus emociones. Los hallazgos del presente estudio apuntan a un aumento, en los últimos años, en el uso del sexting como regulador emocional ante situaciones o emociones desagradables entre los jóvenes españoles.

No menos perniciosa es la baja percepción del riesgo y su impacto negativo en la evaluación de los posibles riesgos derivados de esta práctica, dado que «aumentaría la vulnerabilidad de quienes la practican a experiencias potencialmente dañinas, como la victimización sexual, el chantaje, el acoso, etc.»

Por otro lado, el estudio destaca la existencia de posibles consecuencias positivas derivadas del sexting. En este sentido, «una mayor apertura hacia estas prácticas en el contexto de una pareja romántica podría favorecer la incorporación de nuevas experiencias sexuales, enriqueciendo así la diversidad de interacciones y mejorando tanto la intimidad como la calidad de la relación». Además, en este contexto, el sexting podría favorecer las relaciones a distancia.

Es necesario comprender los cambios para diseñar estrategias preventivas dirigidas a mitigar los potenciales efectos adversos del sexting

A pesar de tener algunas limitaciones, los autores consideran que su estudio exploratorio es pionero, ya que es el primero realizado en España para analizar la evolución del sexting en los últimos años y supone un primer paso que invita a futuras investigaciones a estudiar la transformación de las relaciones sexuales en el contexto actual de forma longitudinal, especialmente, «en un momento histórico en el que la tecnología ha cambiado la forma en que las personas se relacionan social y sexualmente».

El estudio concluye poniendo de relieve la trascendencia de comprender estos cambios para diseñar estrategias preventivas dirigidas a mitigar los potenciales efectos adversos del sexting sobre la salud mental para aliviar el deterioro cognitivo en poblaciones mayores. Asimismo, teniendo en cuenta que la adolescencia es la etapa del desarrollo donde comienza la participación en este tipo de prácticas sexuales, se subrayan los beneficios de incorporar programas de educación sexual adaptados a adolescentes, que aborden de forma integral los aspectos positivos y negativos del sexting, junto con otras conductas relevantes para el contexto sexual, promoviendo la claridad y la comprensión entre los/as adolescentes.

Se puede acceder al estudio desde la revista Psicothema (Vol. 37, N.º 2, 2025) o bien directamente a través del siguiente enlace:

García-Montoliu, C., Ballester-Arnal, R., Fernández-García, O., Estruch-García, V., & Gil-Llario, M. D. (2025). Differences in behaviors, motivations, and attitudes towards sexting in youth: A comparison between 2017 and 2023. Psicothema, 37(2), 12-21. https://doi.org/10.70478/psicothema.2025.37.12

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