Chemsex, ¿práctica sexual sin control o una adicción que impacta en la salud mental?
17 Dic 2025
Alejandro Villena, psicólogo y sexólogo clínico – Entrevista 

¿Qué se esconde tras la práctica del chemsex? ¿Es una adicción o solo una práctica sexual descontrolada? ¿Qué consecuencias tiene, para la salud psicológica, una práctica prolongada del chemsex?

Para conocer qué es el chemsex y dar respuesta a estas y otras cuestiones relacionadas con esta práctica sexual, Infocop ha entrevistado a Alejandro Villena, psicólogo y sexólogo clínico, con quienes nos adentramos en este fenómeno, sus causas y sus efectos sobre la salud mental.

El término chemsex, de origen británico, surge de la fusión de las palabras chems (derivada de chemicals, como alusión a las drogas) y sex (sexo). Se trata de un tipo particular de consumo sexualizado de drogas, vinculado a la cultura sexual gay, aunque, según Villena, “no es simplemente usar de forma recreativa drogas para tener relaciones sexuales, sino que tiene unos matices concretos. Los matices concretos que tiene el chemsex es que se utiliza este tipo de sustancias para prolongar estos encuentros sexuales y para aumentar la intensidad de estos encuentros sexuales”.

El 7% de la población ha practicado chemsex en las últimas cuatro semanas

Este fenómeno está bastante extendido en España. De hecho, señala el experto, “cerca del 7% de esta población ha practicado chemsex en las últimas cuatro semanas», en nuestro país.

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Alejandro Villena
Alejandro Villena, psicólogo y sexólogo clínico, en un momento de la entrevista.

Esta práctica, “peligrosa”, según Villena, puede llegar a tener un uso problemático. Este uso ocurre, “cuando esto se hace de forma frecuente”, y puede ocasionar síntomas relacionados con la salud psicológica como “la ansiedad, la tristeza, la depresión, cambios en el estado de ánimo, hay personas que incluso llegan a tener intentos de suicidio, se pueden producir brotes psicóticos…”, sin que, subraya el psicólogo, todavía podamos encuadrar en la categoría de adicción este uso constante y problemático.

A día de hoy, explica Villena, el chemsex “no está clasificado como una adicción, más bien lo podríamos contemplar dentro de la CIE 11 como un trastorno por comportamiento sexual compulsivo, que es un poquito un cajón desastre porque ahí entra la adicción a la pornografía, al sexo, o también se podría contemplar como un trastorno por uso de sustancias”.

La sintomatología que presenta una práctica generalizada del chemsex es, acorde con el sexólogo, “similar a la adicción con una regulación emocional a través de la sustancia, a través del sexo, esa búsqueda de conexión para tapar otro sufrimiento que hay dentro, la necesidad de ir a más…”.

Para atender estas situaciones, el abordaje debe ser “integrador”, tanto,  “desde la medicina, por todo el tema también que hay de infecciosas y por supuesto psicológico y de abordaje también social y una red comunitaria porque los programas ahora hablan mucho de la reducción de riesgo, de la psicoeducación y es muy importante hablar también desde la prevención y la sensibilización”.

El consumo de pornografía temprana influye en las conductas sexuales de riesgo

¿Qué otros elementos influyen o pueden influir en estas prácticas? Según Villena, una de esas variables es “el consumo de la pornografía a edades tempranas”.

Normalizar el consumo de tóxicos en las relaciones sexuales, alcohol y otras drogas y también exponerse a conductas sexuales de riesgo con un uso irresponsable del preservativo o con mayor probabilidad de contraer una infección de transmisión sexual está relacionado, asegura el psicólogo clínico, “de forma directa con este consumo de pornografía temprana”.

Accede a la entrevista completa en:

https://youtu.be/pHl2oVpUbGo

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