En el año 2024, se han producido en España 18.351 fallecimientos por causas externas, de ellos, 3.953 corresponden a casos de suicidio, una cifra que, si bien continúa la tendencia descendente iniciada el año pasado, sitúa este grave problema de salud pública como la segunda causa de muerte externa en nuestro país, por detrás de las caídas accidentales.
Este es uno de los principales datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en su Estadística sobre defunciones por causa de muerte, correspondientes al año 2024. Dicha publicación proporciona información anual sobre los fallecimientos acaecidos dentro del territorio nacional, atendiendo a la causa básica que los determinó, de acuerdo con la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
De acuerdo con las cifras definitivas, el total de defunciones producidas en nuestro país durante el año 2024 es de 436.118, esto es, 6 menos que en el año anterior. Por sexo, fallecieron 220.090 hombres (652 menos que en 2023) y 216.028 mujeres (646 más).
Los datos muestran que los tumores, junto con las enfermedades del sistema circulatorio, suponen las principales causas de muerte en nuestro país, registrando 115.578 y 113.621 defunciones, respectivamente. Les siguen las enfermedades del sistema respiratorio (50.132 fallecimientos), las enfermedades del sistema nervioso y de los órganos de los sentidos (26.041), otras enfermedades del corazón (23.957), las enfermedades del sistema digestivo (22.928), las cerebrovasculares (22.894) y los trastornos mentales y del comportamiento, que se sitúan, nuevamente, en octava posición, con 22.861 defunciones por esta causa (671 menos que en 2022).

El suicidio se mantiene como la segunda causa de muerte externa en España.
Por otro lado, en relación con las causas externas, en 2024 se observa un total de 18.351 fallecimientos por estas causas (11.606 hombres y 6.745 mujeres), registrándose 318 más que en el año anterior.
Un notable crecimiento del número de muertes por caídas accidentales en los últimos años, ha hecho que, por segundo año consecutivo, se sitúe como primera causa de muerte externa, con 4.450 fallecidos, superando al número de suicidios. De acuerdo con el INE, esto puede explicarse por el «impacto del envejecimiento de la población con más personas muy mayores, frágiles y con más problemas de salud», siendo tres de cada cuatro, mayores de 75 años.
Con respecto al suicidio, el Instituto Nacional de Estadística recuerda que los fallecimientos por este motivo comenzaron una «preocupante tendencia creciente» durante el periodo 2020-2022, coincidiendo con la pandemia y postpandemia, llegando a superar los 4.000 fallecimientos al año. Desde el pasado año 2023, parece haberse invertido, observándose, de nuevo en 2024, esta misma tendencia decreciente.
No obstante, el suicidio sigue siendo un grave problema de salud pública en nuestro país, constituyendo la segunda causa externa de muerte, con una tasa de 8,1 muertes por cada 100.000 habitantes, lo que supone un total de 3.953 muertes por suicidio en el último año (un 4,0% menos que en 2023).
Con respecto al género, este fenómeno afecta predominantemente a los hombres (aproximadamente el 75% de los casos). Así, continúa siendo la primera causa externa de muerte en los hombres (con 2.902 fallecidos), seguida de las caídas accidentales (2.399), el ahogamiento, sumersión y sofocación accidentales (1.923) y de los accidentes de tráfico (con 1.479 muertes), y la tercera en mujeres (con 1.051 fallecidas), por detrás de las caídas accidentales (2.051) y del ahogamiento, sumersión y sofocación (1.731).
En relación con la edad, el grupo de edad en el que el suicidio es más frecuente es el comprendido entre 45 y 60 años, tanto en hombres como en mujeres. Una persona de cada tres que se quitó la vida en 2024 tenía esta edad.
En el patrón de mortalidad de los últimos años se observa que mayo, julio y agosto son los meses con mayor número de suicidios.
El suicidio en menores de 20 años registra la cifra más alta en los últimos años.
Los datos muestran una realidad preocupante: en 2024, 90 adolescentes menores de 20 años se quitaron la vida, 14 más que el año anterior. Esta cifra es la más alta registrada en los últimos años, superando incluso los 87 fallecimientos ocurridos durante el año 2022.
De esta manera, 2022 y 2024 fueron los periodos con mayor incidencia, en el resto de los años recientes el número de suicidios en este grupo tan joven se situaba en torno a los 75 casos.
En 2024 también se quitaron la vida 120 jóvenes de edades comprendidas entre los 20 y 24 años.
Los municipios pequeños, los que registran mayores tasas de suicidio.
Con relación al tamaño del municipio, los datos indican que las zonas rurales y los municipios pequeños tienen tasas de suicidio más altas que las grandes ciudades. En áreas con menos de 10.000 habitantes, la tasa de suicidio se sitúa en 9,3 casos por cada 100.000 habitantes mientras que en las capitales de provincia la tasa es de 7,5 casos. La tasa más baja se sitúa en los municipios de más de 100.000 habitantes que no son capital de provincia (7,2).
España cuenta ya con un Plan Nacional de Prevención del Suicidio.
Si bien es buena noticia que los datos definitivos de 2023 registren un descenso en la cifra, aún queda mucho camino por recorrer para acabar con este grave problema de salud pública, que, no olvidemos, aunque no es la primera, se sitúa como la segunda causa de muerte externa en España.
Precisamente, la Comisión Europea en su Pacto Europeo por la Salud Mental y el Bienestar (European Pact for Mental Health and Wellbeing) incorpora la prevención del comportamiento suicida dentro de sus cinco áreas de actuación prioritaria (European Commission, 2008). Además, la tasa de mortalidad por suicidio es un indicador de la meta 3.4 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible: “De aquí a 2030, reducir en un tercio la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles mediante su prevención y tratamiento, y promover la salud mental y el bienestar”.
A este respecto, el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud aprobó, el pasado mes de febrero de 2025, el primer Plan de Acción para la Prevención del Suicidio (2025-2027), diseñado de acuerdo con las recomendaciones basadas en la evidencia de la OMS y cuyo objetivo principal es reducir y prevenir la conducta suicida en la población, con especial atención a los grupos en situación de vulnerabilidad.
El Plan se organiza en varias líneas estratégicas que abordan de manera integral las diferentes dimensiones del problema, como la coordinación intersectorial para abordar de manera eficaz los determinantes sociales y estructurales del suicidio; la integración de la salud mental y la prevención del suicidio en las políticas públicas de ámbitos educativos, laborales, comunitarios y penitenciarios; o la mejora de la detección precoz y del tratamiento de las conductas suicidas mediante herramientas clínicas, formación especializada y mecanismos ágiles de derivación, entre otras.
Incluye también acciones innovadoras y consolidadas para combatir la conducta suicida de manera eficaz, entre ellas, la creación de un Observatorio a nivel estatal que brinde datos cuantitativos y cualitativos de la conducta suicida, y la promoción de la salud mental y prevención del suicidio mediante campañas de sensibilización.
Se materializa así una demanda realizada en los últimos años por múltiples expertos y profesionales de la Psicología, entidades y organizaciones, así como el propio Consejo General de la Psicología (COP).
Para acceder a la página de la estadística del INE pincha aquí.
