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La disregulación emocional es una de las características principales del Trastorno Límite de la Personalidad (TLP; Leichsenring, Leibing, Kruse, New y Leweke, 2011), y parece estar vinculada a conductas de riesgo que son frecuentes en esta patología (ej.: auto-lesión, abuso de substancias, atracones o tentativas suicidas; Lynch, Chapman, Rosenthal, Kuo y Linehan, 2006). Se ha hipotetizado que dos aspectos clave de la disregulación emocional en el TLP serían una elevada emocionalidad negativa basal y una hiperreactividad emocional (Kuo y Linehan, 2009). Si bien el primer punto ha sido reportado por numerosos estudios, la hipótesis de una mayor reactividad emocional no ha podido ser hasta el momento claramente confirmada, e incluso existen estudios que han informado de una menor reactividad emocional en el TLP en comparación con controles sanos (Rosenthal y cols., 2008). | ||||||||||||||||||||
La amplia diversidad y la falta de estandarización de los métodos utilizados para inducir y evaluar la respuesta emocional, la heterogeneidad inherente al propio trastorno, y la elevada comorbilidad, habitualmente asociada al mismo, podrían explicar en parte la falta de consistencia en los resultados obtenidos acerca de la reactividad emocional en el TLP. Objetivo del estudio El presente estudio explora la disregulación emocional en el TLP. Para ello, se compararon la respuesta emocional subjetiva y la respuesta psicofisiológica de estrés de un grupo de pacientes con TLP y otro de controles sanos, en el contexto de un paradigma experimental estandarizado de inducción de emociones negativas. Métodos Participaron en el estudio 35 pacientes del Servicio de Psiquiatría del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, diagnosticados de TLP mediante escalas específicas de personalidad, y 15 controles sin historia de psicopatología. Para la inducción emocional, se mostraron individualmente a los participantes durante 13 minutos una secuencia de 24 imágenes extraídas del Internacional Affective Picture System, seleccionadas por su capacidad para generar emociones negativas, elevar el arousal y reducir la percepción de control. Paradigmas similares de inducción emocional han sido utilizados frecuentemente en estudios de neuroimagen e investigación psicofisiológica. El procedimiento incorporó, adicionalmente, una fase previa de adaptación al contexto experimental y otra posterior de recuperación de la inducción emocional, ambas con una duración de 15 minutos. Al final de cada período, se obtuvieron muestras de saliva a fin de evaluar la respuesta psicofisiológica de estrés a través de los niveles de cortisol y alfa-amilasa (dos marcadores de los principales sistemas de respuesta biológica al estrés), y se pidió a los participantes que, de forma paralela, cumplimentaran en cada ocasión una escala análogo-visual (el Self-Assessment-Manikin) y dos cuestionarios (el Profile of Mood States y el Positive and Negative Affect Schedule) con el fin de evaluar su estado emocional.
Es decir, aunque los pacientes con TLP reportaron emociones negativas más intensas, su perfil de respuesta emocional fue similar al de los controles sanos. Por otro lado, los pacientes con TLP presentaron niveles más bajos de cortisol y más altos de alfa-amilasa que los participantes sanos, alteraciones que podrían ser sugestivas de una hipofunción del eje hipotálamo-pituitario-adrenal y una sobreactivación del sistema nervioso simpático. La asimetría entre los niveles de cortisol y de alfa-amilasa salivares, ha sido observada de manera parecida en otro tipo de muestras, y se cree que podría estar asociada con el estrés crónico y la sintomatología depresiva (Ali y Pruesner, 2012). Futuros estudios deberían considerar la incorporación de paradigmas de inducción emocional que utilizaran estímulos más naturalísticos, con el fin de evaluar si la hiperreactividad emocional del TLP puede darse, no como una característica general del trastorno, sino como un síntoma que podría aparecer ante eventos concretos, frente a los que los pacientes con TLP podrían mostrar de manera específica una mayor vulnerabilidad (ej.: contextos de abuso o de vergüenza). El artículo completo puede encontrarse en International Journal of Clinical and Health PsychologyFeliu-Soler, A., Pascual, J.C., Soler, J., Pérez, V., Armario, A., Carrasco, J., Sanz, A., Villamarín, F., y Borràs, X. (2013) Emotional responses to a negative emotion induction procedure in Borderline Personality Disorder. International Journal of Clinical and Health Psychology, Vol. 13 (1), 9-17. | ||||||||||||||||||||
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Eficacia de las terapias psicológicas en cáncer hematológico
¿Las terapias psicológicas son eficaces en la reducción de la ansiedad y la depresión de pacientes con cáncer hematológico o leucemia? (…)