Un nuevo estudio sistemático con síntesis metanarrativa, ha revelado que el síndrome de abstinencia post-aguda (PAWS) tras la interrupción de antidepresivos es una realidad clínica persistente, aunque la evidencia actual sobre su prevalencia, duración, gravedad y tratamientos eficaces es notablemente escasa y de baja certeza.
El estudio, publicado en Epidemiology and Psychiatric Sciences, subraya la urgente necesidad de investigación rigurosa para comprender y manejar mejor esta condición que puede durar meses e incluso años en algunos pacientes.

¿Qué es el Síndrome de Abstinencia Post-Aguda (PAWS) de antidepresivos?
Tal y como se expone en el artículo, el uso a largo plazo de medicamentos antidepresivos, a menudo durante varios años, ha aumentado significativamente en las últimas dos o tres décadas, lo que intensifica la importancia de comprender los riesgos asociados con esta prolongada utilización. Al igual que otras sustancias psicotrópicas, el uso prolongado de antidepresivos puede conducir a adaptaciones neurofisiológicas sostenidas, un fenómeno conocido como dependencia física, cuya única manifestación clínica es un síndrome de abstinencia al reducir la dosis o discontinuar el tratamiento.
Los síntomas de abstinencia se clasifican en sensoriales, de desequilibrio, síntomas somáticos generales, alteraciones del sueño, síntomas gastrointestinales y síntomas afectivos. Según la revisión realizada por los autores, los más comunes incluyen mareos, vértigo, temblor, náuseas, insomnio, fatiga, desregulación del estado de ánimo, ansiedad, pánico, irritabilidad y agitación. También pueden presentarse síntomas graves como la ideación y el comportamiento suicida.
La literatura distingue dos categorías amplias de síndromes de abstinencia: los síndromes de abstinencia agudos (incluidos los trastornos de rebote) y los síndromes de abstinencia post-aguda persistentes (PAWS), que comprenden los trastornos post-abstinencia persistentes. Mientras que los síntomas de abstinencia aguda aparecen rápidamente tras la interrupción y duran entre 1 y 6 semanas, el PAWS puede surgir días o semanas, a veces incluso meses, después de la interrupción del tratamiento y persistir desde más de un mes hasta años. Fenomenológicamente, el PAWS a menudo se asemeja a recaídas de la condición original o a nuevos trastornos mentales emergentes.
El estudio: una revisión sistemática novedosa
Este estudio, titulado «Post-acute withdrawal syndrome (PAWS) after stopping antidepressants: a systematic review with meta-narrative synthesis», ha sido elaborado por Andri Rennwald y Michael P. Hengartner de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Zúrich. Se trata de la primera revisión sistemática en examinar la prevalencia, duración, gravedad, factores de riesgo/protección y estrategias de tratamiento para el PAWS después de la interrupción de medicamentos antidepresivos.
Los investigadores realizaron búsquedas en PubMed, Web of Science y PsycInfo, centrándose en antidepresivos de nueva generación, y complementaron la búsqueda con una revisión manual de las listas de referencias de estudios clave. Se incluyeron estudios originales en adultos que informaran sobre PAWS y proporcionaran datos sobre la epidemiología y el manejo clínico de los síntomas de abstinencia que persistieran durante al menos 6 semanas. De un total de 1286 resultados iniciales, solo siete estudios cumplieron los criterios de selección y fueron incluidos en la síntesis metanarrativa. La metodología incluyó el registro en PROSPERO y el seguimiento de las guías PRISMA. Los diseños de los estudios incluidos variaron considerablemente, abarcando análisis de auto-informes en línea de grupos de apoyo, un ensayo clínico aleatorizado (RCT), una serie de casos, un informe de caso y un estudio de cohorte prospectivo.
Hallazgos clave de la revisión
1. Prevalencia de PAWS:
Los datos sobre la prevalencia fueron muy escasos. Solo un pequeño estudio de cohorte prospectivo (Fava et al., 2007) reportó una tasa de prevalencia del 15% para PAWS en 3 de 20 participantes, todos ellos diagnosticados con trastorno de pánico y agorafobia y con uso prolongado de paroxetina. Sin embargo, esta estimación no se considera representativa debido al pequeño tamaño de la muestra y a la población específica.
2. Duración de los Síntomas:
La duración del PAWS varió considerablemente entre los estudios, desde 1.5 meses hasta 166 meses (casi 14 años). Un estudio reportó una duración media de 2.5 años, con un rango de 0.1 a 6 años. Otro encontró una media de 37 meses, con rangos de 5 a 166 meses. En un RCT, los síntomas de abstinencia persistieron hasta al menos 39 semanas en algunos pacientes. A este respecto, los autores señalan que estas estimaciones de duración se basaron principalmente en evaluaciones retrospectivas en muestras selectivas y pueden ser poco fiables o representativas.
3. Gravedad de PAWS:
Los pacientes que se autoidentificaron con el síndrome de abstinencia de antidepresivos reportaron predominantemente síntomas muy graves que deterioraron significativamente su calidad de vida. Así, el estudio de cohorte de Fava et al. (2007) describió un patrón severo de síntomas alternantes, incluyendo empeoramiento del estado de ánimo, fatiga, inestabilidad emocional, alteraciones del sueño, irritabilidad e hiperactividad en todos los pacientes con PAWS.
4. Factores de riesgo y protección:
El uso prolongado de paroxetina emergió como un posible factor de riesgo para el desarrollo de PAWS. Un estudio también sugirió que la duración del tapering (reducción gradual de la dosis) se correlacionaba positivamente con la duración de los síntomas de abstinencia, lo que podría indicar que los pacientes con síntomas más persistentes intentan reducir la dosis más lentamente. Por otro lado, no se encontró correlación entre la duración del tratamiento previo o la duración del tapering con el tiempo de aparición de los síntomas de abstinencia.
Estrategias de tratamiento y eficacia
Cuatro estudios mencionaron la reinstauración de la medicación antidepresiva inicial o el cambio a una dosis baja de benzodiazepinas como posibles intervenciones tras la aparición del PAWS. Algunos informes de pacientes señalaron que el PAWS podría durar varios meses si no se reiniciaba el antidepresivo. La reinstauración de la medicación resolvió los síntomas de PAWS autoinformados en el 47% de las personas que lo intentaron en un estudio. El tratamiento con otros fármacos, como benzodiazepinas, pregabalina o propranolol, se intentó en 33 personas, con solo un 18% reportando algún beneficio. Un caso reportó que la reinstauración de paroxetina, a diferencia del tratamiento con benzodiazepinas, sí mejoró los síntomas de abstinencia.
Una serie de casos propuso el uso de la terapia cognitivo-conductual (TCC) como un enfoque beneficioso para manejar el PAWS, ayudando a los pacientes a afrontar los síntomas de abstinencia y las experiencias angustiantes. En este estudio, los pacientes lograron la remisión de los síntomas en 3 a 6 meses, a veces con el apoyo adicional de clonazepam.
Sin embargo, tal y como señalan los autores, la eficacia de estas estrategias de tratamiento sigue siendo incierta, ya que ninguna intervención ha sido evaluada en un ensayo clínico controlado, y los estudios observacionales carecían de grupos de control.
Desafíos en el reconocimiento y diagnóstico
Tal y como remarcan los autores, lamentablemente, en la investigación y práctica clínica, los síntomas de abstinencia prolongados y persistentes son frecuentemente mal diagnosticados como una recaída de la condición primaria de salud mental (típicamente depresión) o como nuevos trastornos mentales emergentes. Esta confusión resalta la necesidad de mayor conciencia y un mejor reconocimiento de las diversas manifestaciones del PAWS para asegurar una atención adecuada al paciente.
La etiopatología del PAWS es en gran parte desconocida. Dado que la reinstauración del fármaco a menudo no resuelve el síndrome, se ha propuesto que podría ser causado por un daño neural similar a la discinesia tardía, procesos farmacodinámicos irreversibles y disfunción endocrina. A este respecto, los autores mencionan el modelo oposicional de tolerancia de Giovanni Fava, que sugiere que el PAWS es una consecuencia de la adaptación neurofisiológica del cerebro al uso prolongado de antidepresivos, lo que lleva a procesos que se oponen a los efectos agudos del tratamiento cuando los usuarios suspenden su medicación.
La urgente necesidad de investigación futura
La revisión concluye que la falta de investigación de alta calidad sobre el PAWS es sorprendente. La evidencia actual resulta muy limitada y poco fiable, derivando predominantemente de unos pocos informes de casos y análisis de autoinformes publicados en internet por personas que buscan ayuda.
Para avanzar en el conocimiento de la epidemiología y el manejo clínico del PAWS, los autores hacen un llamamiento a la exploración y validación adicionales mediante estudios de cohorte rigurosos y ensayos clínicos aleatorizados (RCTs). Estos estudios son necesarios para:
- Evaluar con precisión la prevalencia y gravedad del PAWS en la población general de usuarios de antidepresivos que suspenden el tratamiento.
- Obtener información sobre el momento y el curso de los síndromes de abstinencia más persistentes.
- Identificar qué factores clínicos están diferencialmente asociados con ellos (por ejemplo, duración del tratamiento, dosis, esquema de tapering).
- Evaluar la eficacia de las estrategias de tratamiento y manejo, puesto que hasta la fecha ninguna intervención clínica se ha evaluado con rigor metodológico.
Conclusiones
En resumen, aunque los síntomas de abstinencia de antidepresivos persistentes existen con certeza, no se puede estimar con precisión cuán prevalente, persistente e incapacitante es el PAWS, ni qué usuarios de antidepresivos están en mayor riesgo o cómo tratarlo eficazmente. Esta situación refleja el pobre reconocimiento y la insuficiente consideración del PAWS en la investigación y práctica clínica actuales.
Fuente:
Rennwald, A., & Hengartner, M. P. (2025). Post-acute withdrawal syndrome (PAWS) after stopping antidepressants: a systematic review with meta-narrative synthesis. Epidemiology and Psychiatric Sciences, 34, e29, 1–8.
