Es imperativo abordar la violencia contra las mujeres con discapacidad
30 Abr 2025

Es ampliamente reconocido que las mujeres con discapacidad experimentan una susceptibilidad desproporcionada a experimentar violencia por parte de diversos perpetradores, incluyendo parejas íntimas, cuidadores y personas extrañas, en comparación con las mujeres sin discapacidad. Sin embargo, la violencia contra las mujeres con discapacidad sigue siendo un tema en gran medida desatendido en la investigación de salud pública.

Con esta introducción se presenta un artículo publicado en la revista The Lancet Global Health, a través del cual se invita a la reflexión sobre la trascendencia de emprender acciones inmediatas, desde todos los sectores, para hacer frente y acabar con la violencia que sufren las mujeres con discapacidad.

Tal y como señala el artículo, si bien ha habido avances modestos en el campo (por ejemplo, el creciente reconocimiento de que las mujeres con discapacidad son más vulnerables a experimentar violencia que las mujeres sin discapacidad), todavía sigue existiendo una marcada ausencia de investigación rigurosa sobre el tema de la violencia hacia las mujeres con discapacidad en muchas regiones, especialmente, en países de ingresos bajos y medios. Además, la mayoría de los estudios sobre la violencia contra las mujeres con discapacidad son de baja calidad metodológica. Para la autora del artículo, «este descuido no es sorprendente y se suma a otros ejemplos en los que se presta poca atención a las preocupaciones de salud de las mujeres con discapacidad, como el acceso limitado a unos servicios sociales y de salud dignos».

violencia contra las mujeres

Foto: freepik. Diseño: freepik. Fecha: 21/04/25

Lo más notable son las flagrantes lagunas en la evidencia sobre la violencia contra las mujeres con discapacidad. Según se advierte en este artículo, dichas lagunas «limitan y sabotean» cualquier intento de visibilizar el problema durante los procesos de decisión política gubernamental, obstaculizan el diseño de intervenciones para la prevención de la violencia e impiden el avance de la investigación en este campo. Esta escasez de datos dificulta la interpretación de la relación entre la discapacidad y la experiencia de sufrir la violencia como mujer, e impide esencialmente el progreso hacia la eliminación de la violencia contra todas las mujeres.

Los datos indican que más de 1.300 millones de personas en todo el mundo viven con una o más formas de discapacidad (aproximadamente una de cada seis personas) y se prevé que esta cifra aumente en el futuro. Por lo tanto, si se sigue restando prioridad a la investigación sobre la violencia contra las mujeres con discapacidad, «un número considerable de mujeres quedarán defraudadas». Para lograr avances sostenibles en la prevención de la violencia contra todas las mujeres, comprender la prevalencia y las formas únicas de violencia contra las mujeres con discapacidad no solo es imperativo, sino también urgente. De cara a lograr este objetivo, de obtener datos comparables y fiables constituye un paso fundamental.

Es imperativo y urgente comprender la prevalencia y las formas únicas de violencia contra las mujeres con discapacidad

A pesar de que se han incrementado los esfuerzos para mitigar las brechas en los datos sobre personas con discapacidad, incluyendo datos sobre violencia contra mujeres con discapacidad y un aumento de estudios en diferentes contextos que miden la violencia contra estas mujeres, «estos esfuerzos aún no han producido datos de prevalencia confiables y consistentes». Algunas de las razones que podrían explicar esto son el uso de distintos instrumentos de medición que suelen aplicarse de manera inconsistente en diferentes contextos y, por lo tanto, no son comparables; el uso de datos no desagregados por estatus socioeconómico, sexo, gravedad de la discapacidad; la exclusión de algunas formas de discapacidad en los métodos de medición; la dificultad en las herramientas actuales para captar y reconocer las formas únicas de violencia que experimentan las mujeres con discapacidad, etc.

Asimismo, algunas instituciones, como las instituciones de salud mental y los centros de atención residencial, suelen quedar excluidas de las encuestas sobre violencia debido a determinados estereotipos que aún imperan en la sociedad, entre ellos, la creencia de que las mujeres con discapacidad son asexuales y una actitud paternalista y protectora, reflejada en la preocupación por su capacidad para dar su consentimiento informado para participar en investigaciones.

Todo lo expuesto evidencia que «aún no existe una comprensión clara de este tipo de violencia». A esto se añaden los desafíos globales actuales, como el aumento de los casos de guerra, los desastres naturales o la abrupta retirada de fondos de iniciativas que brindaban ayuda esencial a muchas personas, y que, según alerta el artículo, «podrían intensificar la vulnerabilidad de las mujeres con discapacidad a la violencia». El desplazamiento forzado resultante de guerras y desastres naturales, que, con frecuencia, conduce a la separación familiar, puede dejar a las mujeres con discapacidad al cuidado de personas desconocidas que podrían ejercer violencia contra ellas.

Además, la interrupción repentina de la ayuda en países de ingresos bajos y medios afecta de forma inmediata y desproporcionada a las mujeres con discapacidad, debido a desafíos como la pérdida del empleo, la reducción de los programas de empoderamiento, la retirada de fondos de los refugios para mujeres y la interrupción del acceso a la atención a la salud en algunas comunidades.

Estos cambios podrían agravar la situación y, consecuentemente, generar más conflictos familiares, conllevando un mayor riesgo de que las mujeres con discapacidad sufran violencia. Desafortunadamente, el artículo lamenta que «en momentos como estos, cuando existen muchas prioridades urgentes y en conflicto en el mundo, existe un riesgo aún mayor de pasar por alto los matices de la realidad que viven las mujeres con discapacidad». Las mujeres con discapacidad «podrían quedar rezagadas, cuando la brecha de desigualdad debería estar reduciéndose».

Es hora de pasar a acciones tangibles para abordar la violencia contra las mujeres con discapacidad

Bajo la afirmación de que «es hora de cambiar de rumbo», el artículo concluye insistiendo en la trascendencia de incorporar cuanto antes y de forma intencional la agenda sobre la violencia contra las mujeres con discapacidad, pasando, finalmente, «de las promesas incumplidas a acciones tangibles».

Para ello, pone de relieve la importancia de que los investigadores aborden urgentemente la falta de datos, mediante el fortalecimiento de los estudios que miden la violencia contra las mujeres con discapacidad, incluyendo la mejora de las herramientas y estrategias de medición, y hace un llamamiento a los organismos gubernamentales y filántropos para que intervengan y apoyen el logro de este objetivo a través de una financiación adecuada.

Fuente: Ndungu, J. (2025, 15 de abril). Addressing violence against women with disabilities: shift to action. The Lancet Global Health (publicado online). https://doi.org/10.1016/ S2214-109X(25)00118-4

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