¿La eficacia de las terapias psicológicas para la ansiedad se ha visto deteriorada durante la pandemia? Esta fue la pregunta de investigación de un estudio publicado en la revista PLOS One.

Tal y como plantean los autores, la pandemia de COVID-19 provocó un aumento sustancial en la prevalencia y gravedad mundial de la ansiedad. No obstante, su impacto en la eficacia de las terapias psicológicas para la ansiedad no se ha evaluado convenientemente. A este respecto, es posible que el miedo y la incertidumbre generada por esta crisis mundial pudiera haber interferido en el éxito de las terapias psicológicas que se implementaron en ese periodo, indican los autores.

Por este motivo, el objetivo del estudio fue evaluar los efectos de la pandemia de COVID-19 en las respuestas al tratamiento de la terapia psicológica para la ansiedad, en una muestra clínicamente heterogénea de pacientes.

Para ello, los autores evaluaron un total de 764 pacientes ambulatorios que recibieron terapia cognitivo-conductual (TCC) y/o terapia dialéctico-conductual (DBT) según los protocolos clínicos habituales. Los pacientes fueron clasificados en cuatro grupos, en función del momento de inicio del tratamiento. Estos 4 grupos fueron:

1. Pre-pandemia (fecha de inicio el 31 de diciembre de 2019 o antes)-
2. Inicio de la pandemia (fecha de inicio del 1 de enero de 2020 al 31 de marzo de 2020).
3. Durante la pandemia (fecha de inicio del 1 de abril de 2020 al 31 de diciembre de 2020).
4. Post-pandemia (fecha de inicio el 1 de enero de 2021 o después).

Posteriormente, los autores compararon las trayectorias y efectos del tratamiento dentro y entre estos grupos durante un total de 5621 momentos temporales (con un promedio de 7,38 mediciones por paciente). La ansiedad se midió al inicio y en cada sesión posterior utilizando el cuestionario GAD-7, que evalúa los síntomas de ansiedad.

Los resultados mostraron que, en general, los pacientes presentaron niveles moderados de ansiedad al inicio del tratamiento, que disminuyeron rápidamente durante los primeros 25 días. Esta disminución continuó lentamente hasta alcanzar un rango de síntomas leves durante el resto del período de estudio. Este patrón representa un cambio clínica y estadísticamente significativo. Además, no hubo diferencias sustanciales entre los grupos. Esta ausencia de diferencias sugiere que los efectos del tratamiento fueron robustos frente a los factores estresantes ambientales relacionados con la pandemia. Asimismo, contrariamente a lo que se podría esperar, no se observó un aumento en la ansiedad durante la fase aguda de la pandemia.

En conclusión, los resultados sugieren que las respuestas al tratamiento para la ansiedad fueron equivalentes antes, durante y después de la pandemia de COVID-19. Es decir, el éxito de las terapias psicológicas no se vio afectado por la crisis mundial.

De esta forma, entre los pacientes que estaban en tratamiento antes de la pandemia, no se detectó un aumento en la ansiedad durante la fase aguda de la pandemia. Los datos reflejan que, a pesar de la incertidumbre de ese periodo y de la falta de disponibilidad de las vacunas, los pacientes no se vieron afectados por esta situación. De acuerdo con los autores, los resultados muestran que estas terapias psicológicas para la ansiedad lograron reducir el impacto del estrés provocado por la pandemia de COVID-19. En concreto, los autores subrayan los beneficios de la TCC y la DBT para proteger la salud mental de las personas en periodos de crisis mundial. 

Asimismo, los datos desafían también la percepción errónea de que la ansiedad es un factor de riesgo en tiempos de crisis, que puede afectar negativamente al éxito de las terapias psicológicas.

Finalmente, los autores señalan la necesidad de ampliar la investigación para comprender cómo estos hallazgos pueden influir en otras regiones y condiciones aparte de los trastornos de ansiedad.

Fuente:

Rosmarin, D. H., et al. (2024). Response to anxiety treatment before, during, and after the COVID-19 pandemic. PLOS ONE.doi.org/10.1371/journal.pone.0296949