GAMIAN-Europe impulsa una iniciativa europea para prevenir el suicidio en el ámbito laboral
21 Oct 2025

Como ya saben nuestros lectores, el pasado 10 de septiembre se conmemoró el Día Mundial de la Prevención del Suicidio, una fecha instaurada por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), con el propósito de aumentar la concienciación social, reducir el estigma y promover estrategias de prevención. En el marco de esta jornada, la coalición europea de asociaciones de pacientes con trastorno mental, GAMIAN-Europe, lanzó la Workplace Stress and Suicide Prevention Initiative, una iniciativa cuyo objetivo es abordar de manera específica el vínculo entre el estrés laboral y el riesgo de suicidio, y emprender acciones para prevenir este grave problema.

Esta acción forma parte de la campaña internacional #BreakingSuicideStigma, que en esta edición ha puesto el foco en el riesgo de suicidio en el lugar de trabajo, destacando la responsabilidad de empresas y personal laboral en la creación de entornos laborales más seguros y protectores de la salud mental.

salud mental en el ámbito laboral
Foto: freepik. Diseño: master1305/freepik. Fecha: 04/12/23.
El suicidio en Europa: una realidad prevenible

El informe elaborado por GAMIAN-Europe recuerda que cada año, en la Unión Europea, alrededor de 47.000 personas mueren por suicidio, lo que representa casi el 1% de todas las muertes registradas en la región (OMS, 2021). La mayor parte de estas personas se encuentra en edad de trabajar, lo que convierte al suicidio en una de las principales causas de fallecimiento en la juventud europea (OMS y OIT, 2022). La magnitud del problema adquiere así una doble dimensión: la tragedia personal y familiar derivada de cada vida perdida, y las graves repercusiones sociales y económicas que acarrea.

Las muertes por suicidio tienen un efecto en cascada sobre el entorno inmediato de la persona: familiares, amigos, compañeros de trabajo y comunidades enteras resultan afectados por una pérdida que, en la mayoría de los casos, podría haberse prevenido. El documento insiste en que la prevención del suicidio en el entorno laboral es posible y que los centros de trabajo son espacios privilegiados para la detección temprana, la intervención y la puesta en marcha de medidas de apoyo eficaces.

El lugar de trabajo como espacio decisivo para la salud mental

Con alrededor del 60% de la población mundial en situación de empleo, es altamente probable que una proporción significativa de individuos experimente ideación suicida o sufrimiento psicológico y emocional en el marco de su actividad laboral. En este sentido, los lugares de trabajo se convierten en escenarios esenciales tanto para la detección de señales de riesgo como para la implementación de programas preventivos que reduzcan el impacto de los factores psicológicos y sociales.

El informe subraya que las condiciones laborales deficientes inciden de manera directa en el bienestar psicológico. El exceso de estrés, las largas jornadas, la inseguridad contractual, la sobrecarga, el burnout o el acoso constituyen factores que deterioran la salud mental y que son responsables de aproximadamente la mitad de los días laborales perdidos en Europa (EU-OSHA, 2022). Esto se traduce, además, en un coste económico elevado: absentismo, disminución de la productividad y mayor rotación de personal, con pérdidas anuales que ascienden a miles de millones de euros en todo el continente.

Crear entornos laborales mentalmente saludables es un acto que puede salvar vidas

Sin embargo, advierte, más allá de las cifras económicas, los efectos sobre los trabajadores son devastadores. El sufrimiento prolongado, el silencio forzado por el estigma y la aparición de crisis psicológicas pueden derivar en conductas suicidas, muchas veces sin que la persona haya tenido un primer contacto con los servicios de salud mental. Ante esta situación, la organización insiste en que la creación de entornos laborales mentalmente saludables no es solo una obligación legal, sino un acto que salva vidas.

Marco legal y responsabilidad empresarial

En el ámbito jurídico, el informe recuerda que la Directiva 89/391/EEC de la Unión Europea establece la obligación de los empleadores de proteger la salud tanto física como mental de sus trabajadores (Comisión Europea, 2021). Esto implica que la salud psicológica debe recibir la misma consideración que la seguridad física y que los riesgos psicológicos y sociales, como el estrés, la sobrecarga, el acoso o el aislamiento, deben ser identificados, evaluados y gestionados de forma sistemática.

La creación de un entorno laboral seguro y saludable, en términos de bienestar psicológico, constituye así no solo un deber legal, sino también una responsabilidad moral de los empleadores hacia sus plantillas. Cada medida orientada a garantizar el bienestar supone un paso concreto en la prevención del suicidio en el ámbito laboral.

¿Qué factores de riesgo se vinculan con el entorno de trabajo?

El documento de GAMIAN-Europe identifica una serie de factores de riesgo que pueden aumentar la vulnerabilidad al suicidio en el contexto laboral. Entre ellos destacan:

  • Estrés laboral y demandas excesivas: las altas cargas de trabajo, los plazos poco realistas y el bajo control sobre las tareas se asocian con un aumento significativo de la ideación suicida.
  • Inseguridad laboral y precariedad: el temor a perder el empleo, los contratos temporales y la percepción de estar infravalorados/as o mal remunerados/as incrementan los niveles de angustia.
  • Acoso y hostigamiento en el trabajo: estudios recientes señalan que los empleados y empleadas que sufren acoso tienen un 65% más de riesgo de conducta suicida en comparación con quienes no lo experimentan.
  • Sobrecarga y desequilibrio entre vida personal y laboral: las jornadas excesivas, los turnos nocturnos y la falta de descanso dificultan la recuperación, favorecen el burnout y se asocian a un mayor riesgo de depresión y suicidio.
  • Sectores de riesgo: áreas como la construcción y la agricultura se consideran especialmente vulnerables debido a factores como el aislamiento, el peligro físico inherente y el acceso a medios letales (pesticidas, armas de fuego). El personal sanitario y sociosanitario también presenta riesgos elevados, visibilizados especialmente, durante la pandemia de COVID-19.
  • Falta de apoyo social en el trabajo: la ausencia de respaldo por parte de compañeros o supervisores, así como el trabajo en soledad prolongada, incrementan las sensaciones de aislamiento y vulnerabilidad emocional.

Estos factores no actúan de manera aislada. La exposición prolongada a varios de ellos, sin contar con apoyos adecuados, puede erosionar progresivamente el bienestar psicológico de los trabajadores, generando un caldo de cultivo para la desesperanza y la conducta suicida.

Señales de advertencia: reconocer para prevenir

Uno de los apartados centrales del informe está dedicado a las señales de alerta que pueden detectarse en el lugar de trabajo. El documento enfatiza que suele haber indicios previos y que, en muchos casos, estos signos se manifiestan en forma de cambios sutiles en la conducta, el estado de ánimo o el rendimiento laboral. Entre las señales más frecuentes se encuentran:

  • Declaraciones de desesperanza o alusiones directas al suicidio.
  • Preparativos inusuales relacionados con el final de la vida, como regalar objetos de valor o redactar un testamento.
  • Negligencia en el cuidado personal o en el desempeño laboral, incumpliendo plazos o descuidando la apariencia.
  • Conductas arriesgadas o erráticas, como el consumo de alcohol o drogas o explosiones de ira desproporcionadas.
  • Cambios drásticos de humor, retraimiento, desinterés por el trabajo y aislamiento social, alejándose de compañeros y compañeras.

La identificación de estas señales no implica realizar un diagnóstico clínico, sino abrir una oportunidad para el apoyo y la conexión, asegurando que ninguna persona tenga que afrontar su malestar en soledad. Una encuesta recogida en el informe revela que el 85% de los trabajadores ha ocultado en algún momento su sufrimiento para aparentar normalidad, mientras que los signos observados por compañeros/as suelen ser retraimiento, cambios de humor, descenso del rendimiento y agotamiento visible.

Estrategias para los empleadores: prevención desde la cultura organizacional

El documento propone un conjunto de estrategias preventivas dirigidas a los empleadores, basadas en un enfoque integral que combina promoción, prevención y apoyo. Estas incluyen:

  1. Fomentar una cultura abierta: crear un entorno en el que hablar de salud mental y suicidio no implique estigma ni temor a represalias. Esto requiere liderazgo visible, mensajes claros y formación continuada para empleados y directivos.
  2. Prevenir riesgos psicológicos y sociales mediante políticas sólidas: integrar la salud mental y la prevención del suicidio en los marcos organizativos de salud laboral, reduciendo riesgos como la sobrecarga, la inseguridad o el acoso.
  3. Facilitar el acceso a apoyos confidenciales: ofrecer orientación, líneas de ayuda y flexibilidad para acudir a citas médicas o solicitar días de descanso por motivos de salud mental. Igualmente, es fundamental preparar al personal laboral para ejercer un rol activo de apoyo mutuo.
  4. Protocolos de respuesta ante crisis: disponer de procedimientos claros para intervenir en situaciones de riesgo inminente, incluyendo la restricción de medios letales, la formación en Primeros Auxilios Psicológicos y el acompañamiento posterior a los incidentes críticos.
Estrategias para los empleados: corresponsabilidad en la prevención

La iniciativa también subraya el papel activo que pueden desempeñar los trabajadores en la prevención del suicidio. Entre las acciones propuestas se encuentran:

  • Estar atentos a los/as compañeros/as y abordar con empatía cualquier signo de sufrimiento.
  • Animar a buscar ayuda profesional a través de profesionales de la salud, psicólogos/as, líneas de ayuda o servicios de la empresa.
  • Practicar el autocuidado y establecer límites saludables para proteger el propio bienestar.
  • Reconocer cuándo es necesario pedir apoyo para sí mismos, entendiendo que solicitar ayuda es una respuesta legítima y normal ante la dificultad.

De esta forma, la prevención se convierte en una responsabilidad compartida, donde empleadores y empleados colaboran en la construcción de entornos laborales protectores.

Conclusión: el ámbito laboral como espacio clave de prevención

La iniciativa lanzada por GAMIAN-Europe deja un mensaje contundente: el lugar de trabajo no debe ser visto únicamente como un espacio de productividad, sino como un escenario decisivo para la protección de la salud mental y la prevención de conductas suicidas.

Reconocer los factores de riesgo, atender a las señales de advertencia, desarrollar políticas preventivas sólidas y fomentar una cultura de apoyo mutuo son acciones que pueden salvar vidas. Frente a un problema que cada año causa decenas de miles de muertes en Europa, la iniciativa de GAMIAN-Europe recuerda que la prevención es posible y que la implicación activa de las organizaciones y de sus trabajadores constituye una pieza clave para evitar sufrimiento innecesario y preservar vidas.

Se puede acceder al documento completo desde la página web de GAMIAN o bien directamente a través del siguiente enlace:

Suicide prevention in the workplace

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