La historia de trauma y la presencia de síntomas de trastorno por estrés postraumático se asocian con resultados adversos en el tratamiento de los trastornos de la conducta alimentaria. Así lo concluye un metaanálisis publicado en la revista Trauma, Violence, & Abuse.
Los autores evaluaron la influencia del trauma y el trastorno de estrés postraumático (TEPT) en el tratamiento de los trastornos de la conducta alimentaria. Según se expone en la introducción del estudio, las investigaciones existentes ya habían establecido la alta prevalencia de eventos traumáticos previos y diagnósticos relacionados con el trauma, como el TEPT, en personas con trastornos de la conducta alimentaria. Además, se ha demostrado que el trauma y el TEPT están asociados con síntomas más graves de trastornos de la conducta alimentaria.

Por este motivo, los autores han realizado una revisión sistemática de la literatura existente, para evaluar cómo el trauma y el TEPT afectan a la eficacia del tratamiento de los trastornos de la conducta alimentaria. El objetivo principal del estudio fue comprender cómo estos factores influyen en la reducción de la sintomatología y qué perfiles de pacientes tienen más o menos probabilidades de beneficiarse del tratamiento.
Metodología.
La revisión se basó en una búsqueda sistemática en bases de datos como PsycINFO, MEDLINE, PubMed y Scopus. Se incluyeron estudios cuantitativos o mixtos que incluyeran una muestra de participantes sometidos a tratamiento psicológico para trastornos de la conducta alimentaria y que tuvieran en cuenta el historial de trauma de los participantes, diagnósticos de TEPT o TEPT complejo o síntomas relacionados con el trauma.
Tras la revisión de la literatura, los autores identificaron 16 artículos que cumplían con los criterios de inclusión. La mayor parte de los estudios se llevaron a cabo en países occidentales desarrollados, con muestra de mujeres y con una variedad de diagnósticos de trastornos de la conducta alimentaria, entornos de tratamiento y enfoques terapéuticos.
La historia previa de trauma afecta negativamente a la gravedad del trastorno de la conducta alimentaria.
El análisis estadístico mostró una asociación entre la historia de trauma, los síntomas de TEPT y los resultados adversos en el tratamiento de los pacientes con trastornos de la conducta alimentaria. Estos resultados adversos fueron:
- Mayor gravedad de la psicopatología del trastorno alimentario después del tratamiento: De los 7 estudios que investigaron el efecto de la historia de trauma en los síntomas del trastorno de la conducta alimentaria, 4 encontraron que la historia de trauma afectó negativamente a los síntomas del trastorno alimentario después del tratamiento. Estos estudios midieron la historia de trauma infantil, cualquier historial de abuso sexual o todas las formas de exposición al trauma. Algunos participantes con antecedentes de trauma experimentaron menor eficacia del tratamiento a largo plazo, mayor probabilidad de continuar cumpliendo con los criterios de diagnóstico del trastorno alimentario tras el tratamiento y menor probabilidad de remisión de los síntomas del trastorno alimentario.
- Mayor probabilidad de abandono del tratamiento: De los 4 estudios que evaluaron la relación entre el historial de trauma y el abandono del tratamiento, 3 encontraron que un historial de experiencias de trauma infantil se asoció con una mayor probabilidad de abandono del tratamiento. Asimismo, dos estudios encontraron una respuesta dosis-efecto, donde un mayor número de eventos traumáticos en la infancia predijo una mayor probabilidad de abandono del tratamiento.
- Efectos mixtos en otros resultados del tratamiento: Los autores encontraron también que el historial de abuso infantil se asoció con una mayor probabilidad de reanudación de la menstruación en mujeres con anorexia nerviosa y que el IMC medio al alta no difirió significativamente entre quienes tenían y no tenían antecedentes de abuso sexual infantil.
El impacto de la historia de trauma en los resultados del tratamiento de la conducta alimentaria requiere más investigación.
Es importante destacar que la revisión también encontró que las personas que han experimentado trauma y presentan trastorno de estrés postraumático aún pueden beneficiarse del tratamiento para los trastornos de la conducta alimentaria. De esta manera, dos estudios encontraron que el TEPT y el abuso infantil pueden estar asociados con una tasa más pronunciada de cambio de síntomas en la patología alimentaria, incluyendo marcadores biológicos como la reanudación de la menstruación. Sin embargo, según señalan los autores, se necesitan más investigaciones para comprender completamente la relación entre el trauma, el TEPT y los resultados del tratamiento de los trastornos de la conducta alimentaria.
La revisión también identificó varias limitaciones metodológicas en los estudios existentes, incluyendo la heterogeneidad en las medidas de trauma y TEPT, las altas tasas de abandono y la falta de control para posibles factores de confusión. Según se explica en la revisión, estas limitaciones dificultan la comparación de los resultados entre estudios y la obtención de conclusiones definitivas sobre el impacto del trauma y el TEPT en los resultados del tratamiento de los trastornos de la conducta alimentaria.
Conclusiones y futuras direcciones.
En conclusión, el estudio destaca la importancia de considerar el trauma y el TEPT en la planificación del tratamiento de personas con trastornos de la conducta alimentaria, tal y como explican los autores. Según se refleja en los datos, las personas con antecedentes de trauma o TEPT pueden tener una mayor propensión a abandonar el tratamiento y, por lo tanto, podrían beneficiarse de un seguimiento clínico más cercano, una mayor intensidad del tratamiento o la participación de apoyos adicionales como los miembros de la familia en el programa de intervención.
Los autores también señalan la necesidad de más investigaciones para comprender completamente el impacto del trauma y el TEPT en los resultados del tratamiento de los trastornos de la conducta alimentaria. Según sus recomendaciones, estas futuras investigaciones deberían centrarse en las comparaciones entre las manifestaciones de los trastornos de la conducta alimentaria, los contextos de tratamiento y la exposición a diferentes tipos de eventos traumáticos. Además, se debe explorar el impacto del trauma complejo en estos pacientes, un diagnóstico relativamente reciente que refleja los síntomas de la exposición prolongada y repetida al trauma.
En general, la revisión proporciona información valiosa sobre el complejo papel del trauma y el TEPT en el tratamiento de los trastornos de la conducta alimentaria, un problema de salud mental de alta prevalencia e impacto, que precisa de una atención adecuada, tal y como ya se informó en Infocop (ver aquí).
Fuente.
Day, S., Hay, P., Tannous, W. K., Fatt, S. J., & Mitchison, D. (2024). A systematic review of the effect of PTSD and trauma on treatment outcomes for eating disorders. Trauma, Violence, & Abuse, 25(2), 947-964.