Si tenemos en cuenta la prevalencia, carga asistencial y discapacidad, de las enfermedades mentales, en importante señalar que se destinan menos recursos en comparación con otras grandes patologías. Según escribe en el informe el coordinador del texto, Celso Arango, «en tiempos de crisis no se puede pedir una mayor financiación pero sí un reparto más justo«.

El informe presentado revela que uno de cada cuatro individuos en edad adulta puede llegar a padecer alguna de estas enfermedades a lo largo de su vida, lo que implica una gran transcendencia social. Se trata de un campo en el que no se hacen muchas inversiones, y España está a la cola de Europa.

Según los datos, en el 70% de los casos, los síntomas comienzan en la infancia y adolescencia. De esta manera, se debería destruir el «mito» de que la enfermedad mental no existe en la infancia. Según Celso Arango, «muchas veces las intervenciones se hacen de manera tardía, la detección precoz en este campo es una asignatura pendiente en España«. Asimismo, según este informe, el 11% de la población infantil se encuentra en riesgo de desarrollar una mala salud mental.

Además de presentar interesantes datos generales sobre el panorama de las enfermedades mentales en España, el informe dedica un capítulo a cada uno de los siguientes temas: esquizofrenia, depresión, trastorno bipolar, costes socioeconómicos de la patología psiquiátrica y estigmatización.