Un nuevo metaanálisis revela que las personas que experimentan soledad no deseada realizan más visitas al médico de cabecera, lo que podría tener implicaciones significativas para los sistemas de salud a nivel mundial. El estudio, publicado en Health Psychology Review, sintetiza los hallazgos de 25 investigaciones realizadas en distintas partes del mundo y concluye que existe una relación positiva, aunque modesta, entre la soledad y el uso de los servicios de Atención Primaria. El estudio representa la primera revisión sistemática y metaanálisis sobre este tema y pone en evidencia que el fenómeno de la soledad no deseada no solo afecta al bienestar emocional, sino también a la utilización de recursos médicos.

¿Qué es la soledad y por qué importa?
Tal y como se define en el artículo, la soledad, entendida como la percepción subjetiva de aislamiento social, puede experimentarse incluso en presencia de otras personas. Este sentimiento está relacionado con múltiples factores, entre ellos la salud física y mental, las transiciones vitales (como el envejecimiento o el duelo), y desigualdades estructurales como la pobreza o la marginación.
El problema de la soledad no deseada constituye una preocupación a nivel mundial. Según recogen los autores del artículo, su prevalencia es tan grande que, en algunos países, como Reino Unido, ha llevado incluso a designar un “Ministro para la Soledad” en 2018.
El estudio: ¿qué analizaron los investigadores?
El trabajo recopiló datos de 25 estudios (con un total de más de 113.000 participantes) de diferentes países y contextos de atención médica. Los investigadores se centraron específicamente en la relación entre la soledad no deseada (y conceptos afines como el aislamiento social) y el número de visitas a médicos de atención primaria, excluyendo atenciones especializadas o hospitalarias.
Asimismo, los autores incluyeron estudios que usaron tanto medidas objetivas (como registros médicos) como autoinformadas, y se incluyeron tanto evaluaciones transversales como longitudinales.
La soledad muestra una relación significativa con el número de consultas médicas
Tal y como se recoge en el trabajo, el análisis mostró una correlación positiva (r = 0.094) entre la soledad y el número de visitas a los servicios de Atención Primaria, de tal forma que las personas que se sienten más solas acuden con mayor frecuencia al médico, si bien el efecto es pequeño.
¿Qué factores influyen en esta relación?
Los autores también analizaron una serie de factores que podrían modular la relación entre soledad y uso de atención primaria:
- Género: el vínculo fue más fuerte en estudios con una mayor porcentaje de mujeres. Según los autores, esto coincide con la evidencia previa que muestra que las mujeres, en general, usan más los servicios de salud que los hombres.
- Edad: Sorprendentemente, la edad no mostró ser un factor moderador significativo, a pesar de que se sabe que las personas mayores son más propensas a sentirse solas y a requerir atención médica. Este hallazgo podría explicarse por las barreras de acceso a la salud que enfrentan muchos adultos mayores, explica el texto.
- Tipo de medida utilizada: Contrario a las expectativas, los estudios que usaron registros médicos (medidas objetivas) mostraron una relación más fuerte que aquellos basados en autoinformes. Para los autores del estudio, los resultados sugieren que las personas podrían subestimar la frecuencia real de sus visitas médicas.
- Formato de evaluación de la escala de soledad: No se encontraron diferencias significativas entre estudios que usaron una sola pregunta para media la soledad y aquellos que aplicaron cuestionarios más complejos.
Implicaciones para la política y la práctica médica
Aunque la relación entre soledad y número de visitas a Atención Primaria es modesta, sus implicaciones a nivel poblacional son importantes, tal y como exponen los autores de la revisión. La soledad es un problema que afecta a millones de personas en todos los países, por lo que una leve disminución en la prevalencia de la soledad podría significar una reducción notable en la carga asistencial en los sistemas sanitarios, señalan.
Los autores del estudio destacan, por tanto, la necesidad de reconocer la soledad como un factor relevante en salud pública. Se trata de un fenómeno que debe abordarse desde un enfoque no solo médico, sino también social. Esto implica, por ejemplo, que los médicos generales podrían beneficiarse de formación y recursos que les permitan identificar y derivar a pacientes que se sienten solos hacia servicios comunitarios de apoyo psicológico y social, sugiere el artículo.
Conclusiones y futuras líneas de investigación
El estudio concluye que la soledad no deseada está vinculada al uso de atención primaria, independiente del país, edad o tipo de sistema sanitario. A este respecto, los autores subrayan que, aunque el efecto sea pequeño, es “rutinariamente consecuente” cuando se analiza en términos poblacionales.
Finalmente, los investigadores recomiendan futuros estudios longitudinales que permitan aclarar la dirección causal de esta relación: ¿la soledad lleva a visitar más al médico, o una mayor frecuencia de consultas refleja una necesidad médica preexistente que también genera aislamiento?
En cualquier caso, la evidencia ofrecida por el estudio remarca que la soledad no es solo un problema emocional, sino también un asunto sanitario que merece atención sistemática y transversal.
Fuente:
Sirois, F. M., & Owens, J. (2023). A meta-analysis of loneliness and use of primary health care. Health Psychology Review, 17(2), 193–210. https://doi.org/10.1080/17437199.2021.1986417