Los actos bellos familiares: una herramienta para resignificar el malestar psicológico en menores migrantes
23 Jul 2025

Es clave que terapeutas y operadores sociales recuperen una mirada caleidoscópica, es decir, múltiple y cambiante, que ponga en el centro la necesidad de cambiar deliberada y conscientemente la forma de abordar el proyecto de vida y el malestar psicológico de los/las adolescentes en la migración una vez han llegado al país de recepción. Así lo afirma un estudio publicado en la Revista de Psicoterapia, a través del cual se recoge una propuesta teórico-práctica que replantea el abordaje del trauma y los malestares psicológicos de los menores en situación migratoria.

Elaborado por Josep Xifré Ramos-Aubia (Instituto Sistémico de Reus), Javier Ortega Allué (Hospital de Sant Pau de Barcelona) y Hithem Abdulhaleem Lubbadeh (Universidad de Deusto), este trabajo propone los actos bellos familiares (ABF) como herramienta terapéutica destinada a resignificar la historia vital de los menores migrantes y restaurar su salud mental en contextos de acogida.

El artículo surge de una preocupación compartida: la insuficiente respuesta institucional ante las necesidades emocionales, identitarias y psicológicas de los y las menores migrantes no acompañados/as. Desde una mirada sistémica, relacional y narrativa, el estudio plantea que muchos de los dispositivos de acogida vigentes adoptan enfoques «cosificantes», centrados en la vigilancia y el diagnóstico, sin prestar atención a la dimensión simbólica, cultural y emocional de la experiencia migratoria. Frente a esta carencia, los autores proponen una metodología basada en la recuperación narrativa de las vivencias significativas previas al viaje: los llamados actos bellos familiares.

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Foto: freepik. Diseño: freepik. Fecha: 14/07/25
Un contexto marcado por la desprotección y la desatención a la salud mental

Los autores contextualizan su propuesta en la compleja realidad que viven los y las menores en situación migratoria —menores de edad no acompañados, en su mayoría procedentes del continente africano— que llegan a España sin referentes familiares. En Cataluña, los datos de la Dirección General de Atención a la Infancia y Adolescencia (DGAIA) muestran un aumento sostenido de expedientes abiertos: entre 2018 y 2022 se registraron 9.800 nuevos casos, un 95% de ellos varones, en su mayoría de Marruecos y del África Subsahariana.

A pesar del marco legal vigente, como la Ley Orgánica 8/2021 de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia (LOPIVI), los recursos destinados a la salud mental de estos/as adolescentes son limitados o inexistentes. La Federación de Entidades de Atención a la Infancia y Adolescencia (FEDAIA) denunció en 2024 que la cartera de servicios sociales en Cataluña no se ha actualizado desde 2010 y que no existe un programa específico para jóvenes migrantes.

Este déficit estructural deja sin atención una dimensión crítica: el cuidado psicológico de estos/as menores. Muchos de ellos presentan signos de trauma, malestares psicológicos y emocionales profundos y desarraigo identitario. Sin embargo, los modelos de intervención suelen ser cosificantes y orientados al control, más que al acompañamiento terapéutico.

Los actos bellos familiares como propuesta terapéutica

Frente a esta realidad, el estudio propone los ABF como una intervención terapéutica centrada en la recuperación de experiencias biográficas significativas previas al éxodo migratorio. Se trata de rescatar narrativamente momentos valiosos compartidos con la familia o con la comunidad de origen que puedan funcionar como recursos simbólicos y emocionales para afrontar el presente.

Los ABF se entienden como secuencias de vida ejemplares que fortalecen la identidad del/de la menor y actúan como legado emocional y cultural. Se inscriben en lo que los autores denominan «memoria del futuro»: recuerdos internalizados de actos, promesas y valores familiares que acompañan al menor incluso en la distancia. Estos relatos pueden incluir, por ejemplo, el recuerdo de una escena cotidiana con los progenitores, un gesto de cuidado por parte de un hermano o una experiencia comunitaria significativa.

Desde un enfoque sistémico y narrativo, se busca con ello articular una nueva elaboración mental de la historia vital del menor, integrando pasado y presente para mitigar la ruptura producida por la migración y contribuir a su bienestar psicológico. Esta resignificación tiene un carácter restaurativo: al permitirles recuperar una narrativa de continuidad, se alivia la culpa, se mitigan los traumas y se reconstruye el sentido.

La técnica del historiograma y la identificación de promesas

Para aplicar los ABF, los autores diseñan un procedimiento estructurado denominado «historiograma», que funciona como herramienta de indagación terapéutica. A través de entrevistas, se invita al o a la menor a rememorar rituales de supervivencia durante el viaje, recuerdos valiosos con sus padres, hermanos y comunidad, y aspectos positivos del lugar de origen. Preguntas como «¿Cuál es el recuerdo más bello e intenso que tienes de tu madre?» o «¿Qué hacías cuando no estabas bien durante el viaje?», permiten identificar secuencias significativas.

Junto a los ABF, el estudio introduce el concepto de promesa migratoria, entendida como una organización subjetiva que estructura el proyecto migratorio del adolescente. Estas promesas emergen de la mitología familiar, del imaginario colectivo y del contexto sociopolítico. En muchos casos, los/as menores migran impulsados/as por la expectativa de éxito familiar o como respuesta a un mandato parental. No siempre son promesas deseadas, y su incumplimiento puede acarrear malestar o conflictos identitarios.

La consolidación de estas promesas —cuando están integradas en una narrativa coherente y flexible— puede ayudar a construir una identidad más fuerte y a favorecer la elaboración del trauma. En cambio, su no integración puede agudizar el malestar psicológico, generar inhibición o fomentar procesos de desidentificación.

Un enfoque alternativo al diagnóstico convencional

Este trabajo se distancia de enfoques tradicionales centrados en el diagnóstico y la categorización clínica, proponiendo en su lugar una mirada centrada en la subjetividad, el contexto cultural y las narrativas familiares. Según los autores, el acompañamiento terapéutico de los menores en la migración requiere integrar intervenciones que pongan en valor la historia particular del sujeto y el entramado simbólico que lo sostiene, incluyendo sus promesas, actos familiares y legado emocional.

Desde esta perspectiva, los operadores y terapeutas dejan de ocupar un rol persecutorio o meramente administrativo, para convertirse en testigos validantes que acompañan la elaboración del duelo migratorio. El malestar psicológico no se entiende como un déficit individual, sino como una reacción contextualizada a una experiencia traumática y desestructurante. Por ello, los ABF permiten que el menor recupere la capacidad de agencia, reconstituya su sentido de pertenencia y fortalezca su autonomía en el proceso de individuación.

Limitaciones y líneas futuras

Los autores reconocen que esta propuesta requiere adaptación en casos donde el o la menor haya sufrido traumas severos, malos tratos o situaciones de desafiliación familiar. También apuntan la necesidad de investigar con mayor profundidad la relación entre la intensidad de los malestares y la consistencia de las promesas que estructuran el proyecto migratorio. Además, destacan la importancia de profundizar en la articulación de los ABF con enfoques consolidados dentro de la terapia sistémica y narrativa.

Una llamada a la acción para abordar el trauma migratorio desde la salud mental

Este trabajo constituye una invitación a repensar las intervenciones con menores migrantes desde un enfoque creativo, interdisciplinar y humanizante. Lejos de reforzar etiquetas como “menor extranjero no acompañado” o “sin papeles”, los ABF permiten rescatar el nombre propio, la historia singular y la subjetividad de cada adolescente en migración.

Tal y como señalan los autores, “los menores no están nunca no-acompañados”, pues llevan consigo los valores, aprendizajes y vínculos de su familia y su comunidad. Integrar estos elementos en la intervención terapéutica no sólo ayuda a resignificar el malestar psicológico, sino que también abre la posibilidad de construir nuevos relatos que hagan habitable el presente y esperanzador el futuro.

En definitiva, la técnica de los actos bellos familiares representa una apuesta ética y clínica por acompañar el trauma migratorio desde la sensibilidad, la memoria y la palabra. Un enfoque que pone en el centro la salud mental de quienes, aún lejos de casa, siguen tejiendo su identidad en tierra nueva.

Se puede acceder al estudio completo desde la página web de la Revista de Psicoterapia (Vol. 36 Núm. 131 (2025)) o bien directamente a través del siguiente enlace:

Los Actos Bellos Familiares (ABF): Hacia una Nueva Resignificación del Malestar Psicológico de los/las Menores en la Migración

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