Entrevista Pilar Calvo y Eduardo Fonseca-Pedrero
Mejorar el bienestar psicológico de los y las jóvenes españoles, tal y como se recoge en el titular que abre esta noticia, resume uno de los objetivos principales del estudio PsiCE (Psicología en Contextos Educativos), una de las investigaciones más amplias realizadas en España sobre el estado del bienestar psicológico en adolescentes.
Promovido por la Psicofundación y el Consejo General de la Psicología de España (COP), el estudio ha contado con una muestra de más de 5.000 estudiantes de 4º de la ESO, provenientes de ocho comunidades autónomas, y ha permitido obtener una visión clara de la magnitud del malestar psicológico entre adolescentes.
Para conocer algo más sobre esta investigación, Infocop ha entrevistado a Pilar Calvo, coordinadora de la División de Psicología Educativa del Consejo General de la Psicología, y a Eduardo Fonseca-Pedrero, catedrático de Psicología de la Universidad de La Rioja y uno de los investigadores principales del estudio PsiCE.
Entre los datos más relevantes, que ambos presentaron en el marco de la VII Convención de la Psicología celebrada el pasado mes de junio en Pamplona, destacan los siguientes: el 28,4% del alumnado presenta síntomas depresivos clínicamente significativos; el 21,3% muestra ansiedad clínica; el 16% ha pensado alguna vez en suicidarse; un 8,2% ha tenido algún intento de suicidio, y un 25% presenta problemas de conducta, incluyendo agresividad, impulsividad o transgresión de normas.
Los indicadores de acoso escolar y ciberacoso expusieron, son muy elevados, y existe, además, una fuerte correlación entre estos fenómenos y la aparición de síntomas de ansiedad, depresión y retraimiento social.
La Psicología como agente transformador
Sin embargo, todas estas situaciones mejoraron tras la intervención realizada por psicólogos y psicólogas educativos como parte del programa PsiCE.
“Una de cada dos alumnos consiguió reducir a la mitad la sintomatología ansiosa-depresiva”, afirma Fonseca-Pedrero.
En este sentido, ambos responsables defienden la necesidad de que estos datos no queden en saco roto o en el cajón de los informes técnicos y urgen a implementar medidas estructurales ante la evidencia de que las intervenciones psicológicas en contextos educativos mejoran el bienestar, reducen la sintomatología y mejoran el clima escolar.
Para ello, remarcan, es imprescindible “reforzar la presencia estructural de la Psicología en el sistema educativo, promover planes de prevención universales desde edades tempranas y garantizar que las intervenciones psicológicas no dependan de programas puntuales o de recursos extraordinarios”, entre otras medidas, que, además, “es perfectamente viable desde el punto de vista económico”, sentencia Pilar Calvo.
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