La mitad de los niños del mundo, es decir aproximadamente 1000 millones de niños, se ven sujetos cada año a violencia física, sexual o psicológica, y sufren traumatismos, discapacidad y muerte, porque los países no han observado las estrategias establecidas para su protección. Así lo advierte el Informe sobre la situación mundial de la prevención de la violencia contra los niños 2020, publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el UNICEF, la UNESCO, la Oficina del Representante Especial del Secretario General de las Naciones Unidas sobre la Violencia contra los Niños y la Alianza Mundial para Acabar con la Violencia contra los Niños. El documento analiza el progreso de 155 países en la ejecución de actividades para alcanzar las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible dirigidas a poner fin a la violencia contra los niños y las niñas. Para ello, se centra en la violencia interpersonal, que representa la mayor parte de los actos de violencia contra los niños, y aborda el maltrato infantil, la intimidación y otros tipos de violencia juvenil, y la violencia en la pareja. |
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Tal y como señalan sus autores, este informe ofrece un punto de partida para que los gobiernos puedan monitorear su progreso hacia el logro de estos objetivos en el periodo de 2020-2030, enfocándolo desde el punto de vista de las siete estrategias basadas en la evidencia INSPIRE para poner fin a la violencia contra los niños (INSPIRE es un acrónimo inglés en el que cada letra representa una estrategia: I, implementación y vigilancia del cumplimiento de las leyes ; N, normas y valores; S, seguridad en el entorno ; P, padres, madres y cuidadores reciben apoyo ; I, ingresos y fortalecimiento económico ; R, respuesta de los servicios de atención y apoyo ; y E, educación y aptitudes para la vida. Existen también dos actividades transversales -la acción y coordinación multisectoriales y las actividades de monitoreo y evaluación-, que entrelazan las siete estrategias y permiten monitorear la medida en que se ponen en práctica y su impacto sobre el problema en cuestión). Como punto de partida, el informe recoge datos tan alarmantes como los siguientes: 1 de cada 2 niños -o mil millones de niños- sufren alguna forma de violencia cada año; aproximadamente 3 de cada 4 niños -o 300 millones de niños- de 2 a 4 años sufren regularmente castigos físicos y/o violencia psicológica por parte de sus padres y cuidadores; 1 de cada 4 niños menores de 5 años vive con una madre víctima de violencia de pareja; 120 millones de niñas y mujeres jóvenes menores de 20 años ha sufrido alguna forma de contacto sexual forzado; 1 de cada 3 estudiantes de 11 a 15 años (35% niños y 30% niñas) ha sufrido acoso en el último mes; los niños de 11 a 15 años que son acosados en la escuela tienen 13% menos de probabilidades de graduarse. La OMS estima 40.150 muertes por año en niños de 0 a 17 años a causa de la violencia. Según indica, las consecuencias de la pandemia de COVID-19 (pérdida de ingresos, aislamiento, hacinamiento, mayores niveles de estrés y ansiedad en los padres, los cuidadores y los niños), han alterado la prevalencia de la violencia interpersonal y las formas en que suele manifestarse. Durante el confinamiento, se ha observado un incremento vertiginoso de llamadas a los servicios de ayuda telefónica por incidentes de maltrato infantil y de violencia de pareja, junto con disminuciones del número de casos de maltrato infantil remitidos a los servicios de protección de menores. De igual modo, se ha detectado un aumento de los daños reales y potenciales online, entre ellos, la explotación sexual y el acoso cibernético, debido a un mayor uso de Internet entre la población infantil. Para los autores del informe, el regreso a la escuela y al trabajo podría aliviar el estrés de los padres, cuidadores y niños y reforzar sus sistemas de apoyo social, reduciéndose el peligro de que los y las menores sufran y presencien episodios de maltrato en el hogar. Sin embargo, es posible que el desempleo y la inseguridad económica de los hogares se perpetúen y que el acceso a los servicios de protección y bienestar social se vea reducido en muchas situaciones, por lo que, aunque bajen las cifras de maltrato infantil, consideran muy probable que se estabilicen en niveles más elevados de los que había previamente al COVID-19. Las respuestas globales a estas realidades y a escenarios futuros se han centrado en el modo en que los gobiernos y las comunidades pueden fomentar la capacidad familiar para hacer frente al estrés del encierro y la ansiedad. En esta línea, las Naciones Unidas han pedido a los gobiernos que prioricen la continuidad de los servicios centrados en la infancia, incluyendo los programas de protección infantil basados en la comunidad, y que ofrezcan apoyo práctico a padres y cuidadores. Asimismo, en una declaración publicada por End Violence en nombre de 21 líderes mundiales, se insta a los gobiernos y a la comunidad internacional a unirse para proteger a niños, niñas y adolescentes del riesgo de violencia a través de una respuesta colectiva que incluye salud mental y apoyo psicológico y social, protección social para los más vulnerables y atención y protección de niños/as en instituciones. A continuación, recogemos los principales resultados expuestos en el informe:
El informe finaliza con una serie de recomendaciones de alcance nacional e internacional, dirigidas a las instancias decisorias gubernamentales y los planificadores de programas, tales como promover la coordinación y buena gobernanza para fortalecer el potencial de las acciones intersectoriales en materia de prevención, dar prioridad a la obtención de datos y a los planes de acción nacionales, fortalecer los marcos legislativos, usar la evidencia para mejorar la eficacia de los programas preventivos y los servicios, garantizar suficiente financiación, conseguir que los países hagan uso pleno de los mecanismos de apoyo internacionales o impulsar la investigación en materia de ejecución, entre otras. Se puede acceder al informe desde la página Web de la OMS o bien directamente a través del siguiente enlace (versión en inglés): World Health Organization (2020). Global status report on preventing violence against children 2020. World Health Organization. |
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