Con motivo del Día Mundial de la Bicicleta, hoy 3 de junio, la División de Psicología del Tráfico y de la Seguridad del Colegio Oficial de Psicología (COP) subraya la necesidad de fomentar un uso responsable de la bicicleta como medio de transporte ecológico, saludable y sostenible.
Más bicis, más riesgos… si no se educa
Según el Barómetro de la Bicicleta 2024 (GESOP), casi la mitad de la población española (48,2 %) ha utilizado la bicicleta en alguna ocasión, y un 22,8 % lo hace semanalmente. El uso cotidiano de este medio de transporte se ha duplicado en los últimos 15 años, y continúa en ascenso. Sin embargo, esta mayor presencia también ha traído consigo un aumento de la siniestralidad: 45 ciclistas fallecieron en 2023 en accidentes de tráfico, la mayoría en vías urbanas e interurbanas.
El factor humano: clave en la prevención
Desde la Psicología del Tráfico, se apunta al comportamiento humano como uno de los factores determinantes en estos siniestros. Son comunes los errores que ponen en peligro tanto al ciclista como a otros usuarios de la vía, tales como no ceder el paso, conducir distraído, no mantener una distancia segura, exceso de velocidad, cambios peligrosos de carril, girar sin mirar, desconocimiento y/o no respetar las normas ni las señales, no llevar los accesorios de seguridad, consumo de alcohol o de sustancias, falta de conciencia de las consecuencias de un accidente, factores cognitivos o emocionales, etc.
La psicología como herramienta de cambio
Teniendo en cuenta lo anterior, para la prevención de estos accidentes es necesario implementar acciones para luchar contra la falta de educación vial, tanto inicial como de reciclaje, y la baja concienciación sobre los riesgos viales, y es aquí donde juega un papel importante la Psicología.
El Plan de Acción de un Plan Urbano de Seguridad Vial es un buen instrumento de ordenanza municipal al establecer unos objetivos y propuestas, así como unos ámbitos de actuación, que coinciden con los de la División de Psicología del Tráfico y de la Seguridad del COP, y que son:
- Fomento de la educación y formación en materia de seguridad vial.
- Fomento de la coordinación y colaboración en materia de seguridad vial entre organismos, asociaciones, empresarios, colectivos, profesionales y entes locales.
- Mejora de la atención y auxilio a las víctimas de accidentes y sus familiares.
- Mejora de la seguridad vial de los usuarios más vulnerables.
Desde la psicología se puede contribuir de forma decisiva al impulso de una movilidad ciclista más segura, aportando conocimientos para investigar, evaluar y promover tanto habilidades como actitudes responsables. Esto incluye desde el diseño de campañas de concienciación que acompañen los cambios urbanos, hasta la formación emocional para gestionar el miedo, la impaciencia o la impulsividad. También se puede trabajar en el cambio de hábitos ante nuevas formas de desplazamiento y en el entrenamiento de capacidades como el cálculo de distancias, con el objetivo de que los avances en seguridad vial sean sostenibles y perduren en el tiempo.
En definitiva, la psicología apoya el uso de la bicicleta como medio de transporte saludable, ecológico y sostenible, siempre que sea seguro.