La Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados (FEJAR) ha publicado un Manual de intervención en ideas autolíticas y suicidio en adicciones sin sustancia, un recurso esencial destinado a profesionales de la salud mental, en particular psicólogas y psicólogos que trabajan en el ámbito de las adicciones comportamentales, como son el juego patológico, las compras compulsivas o la adicción al sexo, entre otras.
El documento, desarrollado por psicólogos/as y coordinado por el Departamento de Psicología de FEJAR, se enmarca dentro del programa estatal de Formación e Intervención en Ideas Autolíticas y Suicidio en Adicciones sin Sustancia, con financiación de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, y recoge un enfoque multidisciplinar con sólida base empírica, reforzado por la experiencia clínica acumulada en las entidades adscritas a FEJAR.

Foto: freepik. Diseño: freepik. Fecha: 26/05/25
Trastorno por juego y conducta suicida
Uno de los principales hallazgos que fundamentan la necesidad de este manual es la alarmante prevalencia de ideación suicida entre personas con trastorno por juego. Según un estudio de FEJAR de 2024, el 64% de estas personas ha experimentado pensamientos autolíticos, un 34% ha planificado el suicidio, y un 18,3% ha intentado llevarlo a cabo. Esta incidencia es notablemente superior a la observada en la población general, donde estas cifras se sitúan en el 32%, 8% y 3%, respectivamente.
Salud mental y suicidio
El manual identifica diversos trastornos mentales como factores de riesgo clave para la conducta suicida, destacando especialmente:
- Trastorno depresivo mayor, con un riesgo de suicidio 22 veces mayor, según señalan los autores, especialmente, durante los primeros tres meses de un episodio o tras años de cronificación.
- Trastorno por estrés postraumático (TEPT), que combinado con la depresión puede elevar sustancialmente el riesgo.
- Esquizofrenia, donde las alucinaciones pueden inducir a suicidio.
- Ansiedad, que puede implicar una visión catastrofista del futuro y fomentar la desesperanza.
- Trastorno límite de la personalidad, caracterizado por impulsividad, autoinvalidación y dificultad para consolidar hábitos de afrontamiento efectivos.
A esto se suman síntomas psicológicos relevantes como la rumiación, la rigidez cognitiva, la percepción de rechazo, la culpa, la vergüenza, y la desconexión emocional, todos ellos, descritos en el manual como precipitantes o mantenedores de la conducta suicida.
Intervención psicológica: claves terapéuticas en la crisis suicida
El enfoque terapéutico propuesto por el manual parte de la consideración de la crisis suicida como momento de oportunidad para actuar. El abordaje debe ser multidimensional y adaptado al momento vital y emocional de la persona. En este sentido, el documento propone herramientas concretas para la intervención:
- Establecimiento de un plan de seguridad personal, en el que se identifican signos de alarma, estrategias de afrontamiento, personas de apoyo, y medidas para un entorno seguro.
- Aplicación de escalas clínicas validadas como la Escala de desesperanza de Beck o la Columbia Suicide Severity Rating Scale (C-SSRS), adaptadas al contexto de atención psicológica y orientadas a la predicción del riesgo.
- Desarrollo de las Claves del Bienestar de Viktor Frankl (sentido, aceptación, vínculos), que permiten al terapeuta reorientar el trabajo psicológico hacia una narrativa de resiliencia y sentido vital.
Además, se insiste en la importancia de generar alternativas y «enganchar a la vida» desde la identificación de motivaciones personales (mascotas, familia, actividades significativas), siempre desde un vínculo empático y sin juicios.
Otro concepto clave recogido en el manual es el de la ventana de tolerancia, entendida como el rango dentro del cual una persona puede manejar sus emociones de forma adaptativa, sin desbordarse ni desconectarse. Según se señala en el documento, «es el espacio en el que la persona tiene un funcionamiento óptimo, cuando el cerebro es eficiente, situándose entre el estado de hiperexcitación y el de hipoexcitación”. Salir de esta ventana puede generar una sensación de incapacidad paralizante, que incrementa el riesgo suicida. Por ello, el trabajo terapéutico debe orientarse a ampliar esa ventana, ayudando a la persona a tolerar el malestar sin recurrir a conductas patológicas como el juego compulsivo, que a menudo actúa como estrategia disfuncional de autorregulación emocional.
La importancia de la formación psicológica
El documento subraya que cualquier persona puede actuar ante una crisis suicida, pero remarca el valor específico de la intervención psicológica profesional. Los psicólogos y psicólogas son clave, no solo para evaluar y tratar los trastornos mentales subyacentes, sino también para:
- Detectar señales de alerta tempranas en pacientes en riesgo.
- Abordar el sufrimiento psicológico desde modelos de intervención basados en la evidencia.
- Prevenir recaídas mediante programas de seguimiento, psicoeducación y trabajo grupal.
FEJAR subraya la necesidad de reforzar la formación específica relacionada con el tema del suicidio, dentro del ámbito de la Psicología clínica y sanitaria, con énfasis particular en el tratamiento de personas con adicciones sin sustancia.
Una red de apoyo con perspectiva psicológica
El manual también dedica un apartado completo a las recomendaciones para familiares y figuras cercanas. En este punto, se les reconoce como agentes terapéuticos activos y se les instruye sobre cómo colaborar en el plan de seguridad, reforzar los vínculos y evitar actitudes culpabilizadoras.
Desde una perspectiva psicológica, se destaca la necesidad de contar con recursos especializados y grupos de ayuda mutua, que no solo ayudan a la persona en riesgo, sino también a su entorno.
Conclusiones
El Manual de intervención en ideas autolíticas y suicidio en adicciones sin sustancia constituye un hito en el ámbito de la intervención psicológica en conductas suicidas asociadas a las adicciones comportamentales. Aporta una visión humanista, clínica y basada en la experiencia real de pacientes y profesionales.
Su publicación supone un avance fundamental en la integración de la salud mental, la psicología clínica y la prevención del suicidio en un ámbito —el de las adicciones sin sustancia— que tradicionalmente ha estado menos visibilizado. Desde la evaluación del riesgo hasta el acompañamiento terapéutico, este manual se configura como una guía de referencia para profesionales comprometidos con la prevención y la esperanza.
Se puede acceder al documento desde la página web de FEJAR o bien directamente aquí:
Manual de intervención en ideas autolíticas y suicidio en adicciones sin sustancia