Una revisión muestra la conexión entre el entorno social y la vivencia de discriminación racial y el aumento en el riesgo de psicosis. El estudio ha sido publicado en la revista American Journal of Psychiatry.

Los autores analizaron la evidencia sobre la relación entre las características del entorno social y sus efectos en salud mental en síntomas psicóticos. Se sabe que las desigualdades sociales y económicas influyen significativamente en el riesgo de psicosis a través de diversos factores. Entre dichos factores se encuentra el estatus de minoría racial y de inmigrante. Sin embargo, esta relación ha sido estudiada de manera más extensa en países europeos, apuntan los autores.

Así, los autores destacan la falta de revisiones internacionales específicas sobre los determinantes sociales de la psicosis en el contexto estadounidense. Se trata de “una omisión que deja incompletos y mal informados los esfuerzos de desarrollo de tratamientos y prevención a nivel nacional”, indican.

Por este motivo, la revisión analiza datos de este país. Los autores vinculan el racismo estructural con el riesgo de psicosis a través de factores intermedios entrelazados, basándose en modelos teóricos existentes. Para la selección de la literatura, los expertos analizaron el papel de tres áreas clave: factores del vecindario, el trauma acumulativo y el estrés, así como las complicaciones prenatales y perinatales. Según sugieren, estas áreas reflejan condiciones sociales y ambientales que pueden afectar el riesgo de psicosis.

Los resultados de la revisión muestran que las personas afroamericanas y latinas en Estados Unidos sufren de manera desproporcionada factores de riesgo dentro de estas tres áreas clave, consideradas factores de riesgo para la psicosis, en gran parte como resultado de la discriminación racial y la desventaja social.

Los resultados destacan la necesidad de aumentar la concienciación social sobre las disparidades raciales y sociales en la salud mental, especialmente en relación con la psicosis. De acuerdo con el texto, esta medida puede motivar a las comunidades, los profesionales de la salud y los responsables políticos a tomar acciones para abordar estas inequidades.

Asimismo, los hallazgos sugieren que las intervenciones dirigidas a reducir la discriminación racial y las desigualdades sociales podrían ayudar a mitigar el riesgo de psicosis en las poblaciones minoritarias. Esto podría incluir políticas y programas que promuevan la igualdad de oportunidades, la inclusión social y la salud mental.

Finalmente, los resultados resaltan la importancia de proporcionar una atención médica sensible a las necesidades culturales y sociales de las poblaciones minoritarias. Esto es especialmente importante en el diagnóstico y tratamiento de trastornos psicóticos. Esto puede implicar capacitación para los profesionales de la salud en la identificación y abordaje de factores sociales y raciales en la salud mental.

Los autores subrayan la necesidad de continuar investigando los determinantes sociales de la psicosis. Asimismo, señalan que es necesario desarrollar enfoques más sofisticados para comprender y abordar estas disparidades.

En resumen, los resultados tienen implicaciones importantes para la salud pública, la práctica clínica y la investigación en el campo de la salud mental, destacando la necesidad de un enfoque integral y equitativo para abordar la psicosis y sus determinantes sociales.

Fuente:

Anglin DM, et al (2021). From womb to neighborhood: A racial analysis of social determinants of psychosis in the United States. American Journal of Psychiatry; DOI: 10.1176/appi.ajp.2020.20071091.