La salud mental y los comportamientos de riesgo en los y las adolescentes europeos vuelven a estar en el foco tras la publicación de las conclusiones destacadas del informe ESPAD 2024, coordinado por el Instituto de Fisiología Clínica del Consejo Nacional de Investigación de Italia y promovido por la Agencia de Drogas de la Unión Europea (EUDA, European Union Drugs Agency). En esta edición, el estudio da un paso relevante al incorporar por primera vez indicadores específicos sobre el bienestar psicológico de jóvenes de 15 y 16 años, además de su ya habitual seguimiento del consumo de sustancias psicoactivas.
Incluye por primera vez un enfoque sistemático sobre el bienestar mental y las actividades de prevención psicológica y social, en un contexto marcado por los efectos persistentes de la pandemia de COVID-19, los conflictos armados y la creciente inestabilidad socioeconómica.
Basado en encuestas realizadas a 113.882 estudiantes de 37 países europeos, entre ellos España, el estudio proporciona un panorama extenso y comparativo sobre la situación de la juventud europea en materia de salud pública y brindando una panorámica representativa sobre los comportamientos de riesgo en esta franja de edad.

Bienestar mental: solo el 59% de los y las adolescentes europeos/as reporta buen bienestar
En respuesta a la creciente preocupación por el estado emocional de los/as jóvenes tras la pandemia, la encuesta ESPAD 2024 ha incluido el índice WHO-5 de la Organización Mundial de la Salud, una herramienta validada para medir el bienestar mental subjetivo en las dos semanas previas a la consulta. Los resultados indican que solo un 59% del alumnado europeo presenta niveles indicativos de buen estado de salud mental (puntaje superior a 50 sobre 100), lo que deja un 41% que no estaría reportando un buen nivel de bienestar mental.
Las diferencias por género son marcadas: mientras que el 69% de los chicos declara encontrarse bien a nivel psicológico, solo lo hace el 49% de las chicas, revelando una brecha de 20 puntos porcentuales. Esta disparidad se acentúa en países como Italia (66% frente a 35%), o Polonia (64% frente a 33%), y es más moderada en Chipre, Ucrania y Georgia. Por regiones, los niveles más altos de bienestar se registran en el norte de Europa —destacando las Islas Feroe (77%) e Islandia (75%)—, y los más bajos en Ucrania (43%), país afectado por un contexto bélico prolongado. Este deterioro del bienestar psicológico se vincula con la exposición continuada a la incertidumbre social y los efectos acumulativos del aislamiento escolar y la falta de acceso a servicios adecuados.
Alta participación en programas de prevención, pero con desafíos pendientes
Un aspecto novedoso del estudio ESPAD 2024 ha sido la inclusión de indicadores sobre la participación en intervenciones de prevención, revelando que, en el conjunto de países, el 72% de los/as estudiantes han participado en, al menos, una intervención preventiva en los dos años previos a la encuesta.
Estas intervenciones se dividen entre:
- Eventos de sensibilización/información, centrados en el conocimiento de sustancias y riesgos (por ej., sobre alcohol y tabaco).
- Programas interactivos basados en habilidades, que desarrollan competencias personales (para enfrentar situaciones difíciles de forma saludable), de alfabetización mediática (esto es, capacidad para analizar críticamente la publicidad y los mensajes de medios) y habilidades sociales.
En cuanto a los programas más eficaces —los basados en habilidades—, España destaca positivamente, con una participación del 71%, junto con Malta (también 71%) y Finlandia (72%).
Cabe señalar que, en todos los tipos de prevención, la participación es más frecuente entre las chicas (60% frente a 51% de los chicos), lo que sugiere la importancia de tener en cuenta el género a la hora de diseñar estrategias.
Uso de sustancias entre adolescentes: una tendencia que desciende, pero no desaparece
El informe confirma que el consumo de sustancias entre adolescentes europeos ha disminuido en general desde 1995, aunque persisten riesgos y nuevas formas de uso.
El cannabis continúa siendo la droga ilícita más común: un 12% de los y las estudiantes afirma haberlo probado alguna vez, aunque el uso actual (últimos 30 días) desciende al 5%. El inicio precoz (antes de los 13 años) afecta al 2,4% del alumnado, y entre quienes han consumido en el último año, hasta un 5,9% presenta indicadores de consumo de alto riesgo según el test CAST. La percepción de accesibilidad se mantiene relativamente alta, con un 26% que considera fácil o muy fácil conseguirlo.
En cuanto al alcohol, el 73% de los/as adolescentes europeos/as lo ha probado alguna vez, un 42% lo ha consumido en el último mes, y un 13% ha experimentado intoxicación etílica en ese mismo periodo. El binge drinking, o consumo intensivo (cinco o más bebidas en una ocasión), alcanza una media del 31%. Además, un 33% afirma haber bebido por primera vez antes de los 13 años, lo que plantea retos en términos de prevención temprana.
El uso de tabaco se ha reducido de manera significativa en las últimas décadas. No obstante, el 32% de los/as estudiantes aún ha fumado cigarrillos alguna vez, y el 18% lo ha hecho recientemente. A ello se suma un crecimiento marcado en el uso de cigarrillos electrónicos, con una prevalencia de uso actual del 22%, más pronunciada entre chicas. El consumo dual (tabaco convencional y electrónico) alcanza ya el 14% de los y las adolescentes.
Por su parte, el consumo de otras drogas ilícitas —como cocaína, MDMA, LSD, anfetaminas o metanfetaminas— tiene una prevalencia del 5%, siendo el uso temprano (antes de los trece años) muy reducido en el caso de la cocaína y el crack (0,9%). La disponibilidad percibida de estas sustancias es, en general, mayor entre los chicos que entre las chicas, con la excepción de la cocaína, que resulta más fácilmente accesible para ellas (13%) que para ellos (12%) por término medio. En general, el consumo sigue siendo más alto entre chicos, aunque las diferencias de género se han estrechado con los años.
El informe revela que un 14% del alumnado europeo ha consumido medicamentos con fines no médicos al menos una vez en la vida. Destacan los tranquilizantes y sedantes sin receta (8,5%) y los analgésicos utilizados con fines recreativos (6,9%). Además, un 3,4% ha utilizado medicación para TDAH sin prescripción. El consumo es más elevado entre chicas (16%) que entre chicos (11%). España aparece en el grupo de países donde las chicas declaran más uso de analgésicos sin receta que los chicos.
En cuanto a inhalantes, un 6,4% del alumnado los ha utilizado alguna vez, y por primera vez se ha incluido el óxido nitroso, consumido por un 3,1% de los estudiantes.
España: datos aún limitados, pero con buenas perspectivas preventivas
España participa plenamente en el estudio, y su evolución en varias variables puede observarse gráficamente en los diagramas del informe. En particular, se aprecia una ligera disminución en la prevalencia de consumo de drogas ilícitas alguna vez en la vida en comparación con mediciones anteriores.
Sin embargo, no se incluyen en el informe preliminar todas las cifras específicas para nuestro país, ni en el apartado de bienestar mental ni en el análisis detallado por sustancias. Se espera que esta información se publique en el informe ampliado previsto para octubre de 2025.
El informe actual proporciona datos relevantes para la planificación de programas psicológicos y sociales y el diseño de políticas públicas basadas en la evidencia. La recopilación de datos sobre la participación en actividades preventivas y los indicadores de bienestar mental permite a los profesionales de la salud mental evaluar el impacto de estas acciones y ajustar su enfoque de intervención.
Comportamientos de riesgo digital y juego: fenómenos crecientes
El informe ESPAD 2024 dedica una sección específica al análisis de los comportamientos de riesgo no relacionados con sustancias, abordando tres fenómenos emergentes que preocupan por su alcance y posibles consecuencias en la salud y el desarrollo adolescente: el juego con apuestas, el uso intensivo de videojuegos y la interacción con redes sociales. Estos comportamientos han sido evaluados mediante cuestionarios específicos y escalas validadas que permiten estimar tanto la prevalencia como el riesgo autopercibido asociado.
Juegos de azar
Los datos revelan que un 23% del alumnado europeo ha participado en alguna modalidad de juego de azar en los últimos 12 meses. Este fenómeno es más frecuente entre los chicos (29%) que entre las chicas (16%). Además, el juego no se limita al ámbito presencial -como bares, locales de apuestas o loterías- sino que ha crecido notablemente en formato digital. El 65% de los adolescentes que ha jugado lo ha hecho en plataformas online, de forma exclusiva o combinada con espacios físicos. En este punto, se destaca que, en España, el 44% de quienes han jugado lo han hecho online, siendo junto con Italia (28%), los dos países que registran porcentajes más bajos. El informe también identifica a España como uno de los países donde no se observan diferencias significativas por sexo en el juego digital, al igual que en Alemania, Islandia o Moldavia.
Un aspecto particularmente alarmante del informe es el aumento del juego potencialmente problemático. Utilizando el test Lie/Bet como herramienta de cribado, se estima que un 8,5% de los/as adolescentes que han participado en juegos de azar presenta indicios de juego problemático. Esta proporción ha aumentado significativamente respecto a 2019, duplicándose en varios países. La presencia de indicadores de riesgo es más alta entre los chicos (11%) que entre las chicas (4,6%), reflejando no solo una mayor participación sino también una mayor exposición a consecuencias negativas entre los varones.
Videojuegos
El estudio muestra que se trata de una actividad generalizada entre la población adolescente. El 80% del alumnado ha jugado al menos una vez en los últimos 30 días, con una distribución más alta en días no lectivos (77%) que en jornadas escolares (70%). Aunque el uso es más extendido entre los chicos (89%) que entre las chicas (71%), se observa una evolución significativa en la participación femenina, que ha pasado del 22% en 2015 al 71% en 2024. Este cambio refleja una transformación importante en los hábitos digitales de las adolescentes europeas.
No obstante, el uso de videojuegos no siempre es inocuo. El 17% del alumnado declara jugar cuatro o más horas en un día escolar normal, y esta proporción se eleva al 32% durante los fines de semana. Más allá del tiempo que pasan jugando, el informe analiza el riesgo percibido de uso problemático a través de una escala específica compuesta por tres ítems. Según los datos, el 22% del alumnado presenta una puntuación elevada en esta escala, lo que indica una posible interferencia de la actividad con otras áreas de la vida diaria. Esta percepción de riesgo es considerablemente mayor entre los chicos (30%) que entre las chicas (13%), aunque en algunos países, como Países Bajos, esta tendencia se invierte.
Redes sociales
Se detecta una proporción preocupante de adolescentes que reportan un uso problemático percibido. En concreto, el 47% del alumnado obtiene una puntuación alta en la escala de riesgo utilizada, lo que sugiere una posible afectación en su bienestar o funcionamiento diario. En este caso, las diferencias de género se invierten respecto a los videojuegos: el 53% de las chicas frente al 42% de los chicos reporta este tipo de uso problemático. Esta diferencia es consistente en todos los países participantes. Austria, Liechtenstein y Alemania presentan los niveles más elevados, con más del 55% del alumnado en riesgo, mientras que Islandia muestra los valores más bajos, situados por debajo del 40%.
Conclusión
El informe ESPAD 2024 constituye una herramienta clave para profesionales, investigadores y autoridades sanitarias que buscan fundamentar sus intervenciones en evidencia sólida. Sus resultados revelan que, si bien las conductas de riesgo entre adolescentes relacionadas con el consumo de sustancias (consumo de alcohol, tabaco, drogas…) muestran una tendencia descendente, se observa un empeoramiento del bienestar mental preocupante. Aunque no se establecen relaciones causales entre consumo y bienestar psicológico, la coexistencia de ambos fenómenos exige una mirada integral desde la prevención. Hay, por lo tanto, una necesidad creciente de fortalecer las intervenciones preventivas, especialmente, aquellas de carácter interactivo y educativo. En este escenario, la Psicología puede desempeñar un papel crucial en la comprensión, evaluación e intervención sobre estas problemáticas.
Pese a que el informe no proporciona muchos más datos con respecto a España, nuestro país destaca positivamente por su compromiso con los programas basados en habilidades, lo cual puede representar una base sólida sobre la que seguir construyendo políticas de prevención.
Asimismo, disponer de datos desagregados y actualizados es clave para diseñar políticas públicas basadas en la evidencia, con sensibilidad de género y adaptadas al contexto actual de los y las adolescentes.
Se puede acceder al informe completo desde la página de la EUDA o bien directamente aquí:
ESPAD Group (2025), Key findings from the 2024 European School Survey Project on Alcohol and Other Drugs (ESPAD), European Union Drugs Agency, Lisboa.
https://www.euda.europa.eu/publications/data-factsheets/espad-2024-key-findings_en