La terapia cognitivo-conductual transdiagnóstica (TD-CBT) es eficaz frente a la lista de espera y el tratamiento habitual en la reducción de los síntomas de depresión y ansiedad. Además, la TD-CBT demostró una eficacia comparable a la terapia cognitivo-conductual, el estándar de oro para el tratamiento de los trastornos emocionales. Estas son algunas de las conclusiones de un metaanálisis publicado en la revista Nature Human Behaviour.

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La TD-CBT: Un enfoque unificado para tratar trastornos emocionales.

Según detallan los autores de la revisión, la terapia cognitivo-conductual transdiagnóstica es un enfoque terapéutico relativamente nuevo que se centra en los mecanismos subyacentes compartidos por diferentes trastornos emocionales, en lugar de abordar los síntomas específicos de cada trastorno. En otras palabras, la TD-CBT busca identificar y modificar los procesos cognitivos y conductuales comunes que contribuyen a una variedad de condiciones, como la depresión, la ansiedad y el trastorno obsesivo-compulsivo.

Dentro de esta modalidad se incluyen dos enfoques principales:

• Los tratamientos transdiagnósticos unificados: estos programas implican que pacientes con diferentes diagnósticos reciben el mismo tratamiento «de banda ancha» que se dirige a las características comunes entre esos trastornos. Un ejemplo destacado es el Protocolo Unificado para el Tratamiento Transdiagnóstico de los Trastornos Emocionales (UP) desarrollado por Barlow y colaboradores.
• Intervenciones personalizadas: Este enfoque adapta el tratamiento TD-CBT para abordar las necesidades y características específicas de cada individuo.

Metodología.

Tras la revisión sistemática de la literatura científica, los autores incluyeron en el metaanálisis 53 ensayos controlados aleatorizados con 6.705 participantes.

En el metaanálisis se comparó la TD-CBT con cuatro tipos principales de condiciones de control:

• Lista de espera: En este grupo de control, los participantes no recibieron ningún tratamiento hasta que finalizó el período de espera. Este tipo de control permite evaluar si la TD-CBT es más eficaz que simplemente no recibir tratamiento.
• Tratamiento habitual: Este grupo de control incluyó a participantes que recibieron los tratamientos que generalmente estaban disponibles en su entorno clínico. Estos tratamientos podrían variar ampliamente entre los estudios, lo que refleja la heterogeneidad de la atención habitual.
• TCC específica del trastorno (DS-CBT): Este grupo de control recibió terapia cognitivo-conductual diseñada específicamente para el trastorno o trastornos emocionales específicos que experimentaban los pacientes. Esta comparación permite determinar si la TD-CBT es tan eficaz como los enfoques de tratamiento establecidos para trastornos individuales.
• Otras intervenciones activas: Este grupo incluyó una variedad de intervenciones psicológicas que no se consideraron ni tratamiento habitual y terapias específicas. Algunos ejemplos de este tipo de intervenciones incluyen la activación conductual y la TCC para el perfeccionismo.

La inclusión de estos diferentes grupos de control permitió a los investigadores evaluar la eficacia de la TD-CBT en comparación con la no intervención, la atención estándar y otras terapias.

Principales resultados: eficacia de la TD-CBT a corto y largo plazo.

De acuerdo con el metaanálisis, la TD-CBT demostró una reducción de síntomas significativamente mayor tanto para la depresión (g = 0.74) como para la ansiedad (g = 0.77) en comparación con los grupos de control en la evaluación posterior al tratamiento. Es importante destacar que estos efectos se mantuvieron en las evaluaciones de seguimiento, lo que indica la eficacia a largo plazo de la TD-CBT:

• A los 3 meses: la TD-CBT siguió siendo superior a los grupos de control para la depresión (g = 0.55) y la ansiedad (g = 0.48).
• A los 6 meses: se observaron efectos pequeños pero significativos para la depresión (g = 0.20) y la ansiedad (g = 0.23).
• A los 12 meses: la TD-CBT mantuvo su superioridad con efectos pequeños para la depresión (g = 0.24) y la ansiedad (g = 0.22).

Sin embargo, a los 24 meses, los estudios no mostraron diferencias significativas entre la TD-CBT y los grupos de control. Tal y como sugieren los autores del estudio, es crucial tener en cuenta que solo cinco estudios, cuatro de los cuales provienen del mismo grupo de investigación, incluyeron un seguimiento a los 24 meses. Por lo tanto, según los autores, se necesita más investigación por parte de grupos independientes para confirmar la eficacia a largo plazo de la TD-CBT.

A pesar de esta limitación, los resultados del metaanálisis sugieren que la TD-CBT tiene el potencial de proporcionar beneficios duraderos a los pacientes, especialmente en comparación con el tratamiento habitual.

Comparación con otros tratamientos.

Asimismo, al comparar la TD-CBT con otros tratamientos activos, como la activación conductual o la TCC para el perfeccionismo. la TD-CBT tuvo un mayor impacto en la depresión, con efectos pequeños, pero no en la ansiedad.

Tal y como señalan los autores, es de especial interés la comparación de la TD-CBT con la terapia cognitivo-conductual específica del trastorno (DS-CBT), que es el estándar de oro para el tratamiento de los trastornos emocionales. A este respecto, el metaanálisis encontró que la TD-CBT produjo efectos comparables a estos tratamientos cognitivo-conductuales específicos, sin que surgieran diferencias significativas entre ambos enfoques. Esto sugiere que la TD-CBT puede ser una alternativa viable a las terapias cognitivo-conductuales, especialmente para pacientes con múltiples trastornos emocionales.

Implicaciones.

Los autores del estudio señalan que se necesita más investigación para explorar la generalización de sus hallazgos e investigar si hay contraindicaciones para la TD-CBT. Sin embargo, concluyen que sus análisis proporcionan evidencia de que la TD-CBT en formatos individuales, grupales y basados en Internet es eficaz para reducir los síntomas de ansiedad y depresión. Además, el mantenimiento de los resultados en las evaluaciones a los 3, 6 y 12 meses sugiere que la TD-CBT puede proporcionar beneficios duraderos a los pacientes y puede ser una alternativa viable a las terapias cognitivo-conductuales específicas, especialmente para pacientes con múltiples trastornos emocionales o para aquellos que no han respondido a los tratamientos específicos del trastorno.

De esta manera, el estudio proporciona evidencia adicional para apoyar el uso de la TD-CBT como un tratamiento eficaz para los trastornos emocionales. Según resaltan los autores, el enfoque transdiagnóstico de la TD-CBT tiene el potencial de simplificar la necesidad de formación de los profesionales de la salud mental, así como la toma de decisiones clínicas. Este enfoque transdiagnóstico también permite la aplicación en formato grupal del mismo programa de tratamiento para pacientes con diferentes diagnósticos, haciendo que la capacitación de los profesionales sanitarios y el tratamiento sean menos costosos.

Limitaciones.

Según señalan los autores, es importante tener en cuenta algunas limitaciones de la investigación actual sobre la TD-CBT, tales como la diversidad de diagnósticos contemplados. A este respecto, aunque la mayoría de los estudios se centraron en la ansiedad generalizada, el trastorno de ansiedad social y el trastorno depresivo mayor, se necesita más investigación sobre la eficacia de la TD-CBT para otros trastornos emocionales, sugieren los autores. Por otro lado, son necesarios estudios con seguimiento a largo plazo (más de 12 meses) y en diferentes contextos culturales, más allá de los países occidentalizados.

Conclusión.

Tal y como concluyen los autores, la terapia cognitivo-conductual transdiagnóstica se presenta como un enfoque prometedor para el tratamiento de los trastornos emocionales. Su capacidad para abordar los mecanismos subyacentes compartidos por diferentes trastornos, su versatilidad en cuanto a formatos de tratamiento y su potencial para mejorar la eficiencia clínica la convierten en una alternativa valiosa a los enfoques tradicionales. Sin embargo, se necesita más investigación para abordar las limitaciones actuales y consolidar su lugar en la práctica clínica.

Fuente.

Schaeuffele, C., Meine, L. E., Schulz, A., Weber, M. C., Moser, A., Paersch, C., … & Kleim, B. (2024). A systematic review and meta-analysis of transdiagnostic cognitive behavioural therapies for emotional disorders. Nature human behaviour, 8(3), 493-509.