Programa de prevención de problemas de alimentación, peso e imagen corporal en adolescentes, aplicado a institutos

10 Nov 2020

Olga Jordana Ovejero1, Paola Espinoza Guzmán1, Marcela González González2, Irene Subiza Pérez1, Arianne Becerra Castro1, Rosa Mª Raich Escursell1 y Marisol Mora Giral1

1Universidad Autónoma de Barcelona

2Instituto de trastornos alimentarios de Barcelona 

¿Por qué pondríamos en riesgo nuestra salud por un poco más de musculatura o unos kilos menos a corto plazo? ¿Por qué es tan importante que las chicas sean delgadas y atléticas y los chicos musculados?

Según la literatura, los medios de comunicación, que a su vez también tienen efecto sobre la familia y los iguales, asumen un rol muy importante.

Según Zhang et. al., 2011, el 45% de chicas adolescentes y el 20% de chicos realizan comportamientos no saludables para reducir y controlar el peso (restricciones calóricas severas, saltarse comidas principales y fumar).

Con más motivo, entre el 10 y el 15% de las chicas y entre el 3 y 8% de los chicos tienen comportamientos extremos como ingerir grandes cantidades y luego auto inducirse el vómito, uso de laxantes, diuréticos u otros fármacos para controlar o bajar de peso.

Autor: Dani Mota Fuente:
pexels Fecha descarga: 14/10/2020

Por otro lado, tanto la OMS como la UE indican que es primordial prevenir patología y promover la salud. Asimismo, tiene que ser mediante programas basados en evidencia.

No obstante, si revisamos los estudios de los últimos años vemos que éstos tienen limitaciones:

  • Solo el 12% de todos los artículos publicados tratan de la prevención de los problemas de peso o de la imagen corporal.

  • Solo con muestra femenina, cuando los chicos también presentan problemática alimentaria y de imagen corporal.

  • Sin grupo intervención y gran diversidad de instrumentos utilizados para evaluar la eficacia, lo cual dificulta el análisis comparativo.

  • Hay numerosos estudios sin seguimiento.

  • No hay consenso en el contenido de los programas de prevención.

Asimismo, a grandes rasgos hay cuatro generaciones de programas de prevención.

  • En primer lugar, los programas que se basan en dotar a los alumnos de conocimientos para detectar las señales de alarma y conocer las consecuencias de los Trastornos de Conducta Alimentaria (en adelante TCA). Éstos han demostrado poca eficacia.

  • En segundo lugar, tenemos aquellos programas que se centran en reducir los factores de riesgo asociados a los TCA. La eficacia es temporal.

  • En tercer lugar y menos utilizados, son aquellos programas que se caracterizan por dotar a los participantes de recursos para potenciar su salud mental. La eficacia de éstos tiende a ser más duradera.

  • Finalmente, se persigue cambios en políticas públicas e instituciones.

Por este motivo, realizamos un estudio para conocer la eficacia de un programa que trabajase tanto con los factores de riesgo, como los factores que ayudan a desarrollar una buena salud mental.

Partimos de 308 alumnos de tercero de la ESO y se dividieron en dos grupos. Uno recibió la intervención y el otro no.

Referente al procedimiento, se obtuvieron medidas de autoestima, inteligencia emocional, conductas alimentarias alteradas, interiorización de los ideales estéticos, hábitos alimentarios, actividad física, perfeccionismo y satisfacción corporal, además de medidas de peso y altura objetivas. Estas medidas se tomaron en 4 ocasiones para poder analizar el seguimiento de los resultados.

Obtuvimos resultados que podrían ser óptimos en la línea de la prevención de los TCA. Nos gustaría compartir algunas pautas que hemos aprendido y que son coherentes con otros hallazgos internacionales:

  • Utilizar materiales audiovisuales. Tono amigable, abierto y respetuoso (espacio seguro), humorístico y optimista.

  • Activismo. Proponer a los participantes una actividad donde pongan en práctica su capacidad crítica y divulgativa. El formato parodia está muy bien valorado y suele crear un efecto llamada para crear nuevas campañas atractivas donde ellos mismos son los protagonistas y quieren difundirlo a sus padres, familia, amigos, profesores y compañeros de otros cursos.

  • Siempre regirse por el consentimiento de los alumnos, padres y profesorado.

  • Trabajar recursos potenciadores de una buena salud mental puede ser la clave para mantener unos resultados mejores y más duraderos.

  • Tienen que tener cabida diferentes etnias y géneros.

  • Aplicarlo en el contexto escolar.

  • Compaginar cuestionarios de respuestas cerradas y abiertas.

  • Al finalizar pedir la opinión abierta y sincera en pequeños grupos con el objetivo de mejorar contenidos y conservar aquellos mejor valorados.

  • Seguimiento mínimo de 1 año.

El artículo completo puede encontrarse en la revista Psicothema:

Jordana, O., Espinoza, P., González, M., Subiza, I., Becerra, A., Raich, R. M., & Mora, M. (2020). Universal prevention program of eating, weight and body image problems in adolescents: A 12-month follow-up. Psicothema32(2), 204-213, doi:10.7334/psicothema2019.296  

Referencias:

DeBraganza, N., & Hausenblas, A. H. (2010). Media exposure of the ideal physique on women’s body dissatisfaction and mood: The moderating effects of ethnicity. Journal of Black Studies, 40, 700–716

López-Guimerà, G., Sánchez-Carracedo, D., & Fauquet, J. (2011). Programas de prevención universal de las alteraciones alimentarias: metodologías de evaluación, resultados y líneas de futuro. Revista mexicana de trastornos alimentarios, 2(2), 125-147.

Munguía, J. L. (2016). Intervención preventiva universal en problemas relacionados con el peso y la alimentación: Estudio comparativo entre México y España. (Tesis de doctorado). Universidad Autónoma de Barcelona, Cerdanyola del Vallès.
Noordenbos, G. (2016). How to block the ways to eating disorders. Eating disorders, 24(1), ;47-53.

Zhang, J., Seo, D.C., Kolbe, L., Lee, A., Middlestadt, S.,Zhao, W. et al. (2011). Comparison of overweight, weight perception, and weight-related practices among high school students in three large Chinese cities and two large US cities. Journal of adolescent health, 48, 366-372

 

Olga Jordana Ovejero. Doctoranda en Psicología Clínica y de la Salud en la UAB. Máster Universitario en Psicología General Sanitaria en esa misma Universidad. Más de 4 años de experiencia colaborando en proyectos de investigación en la UAB, sobretodo en la Unidad de Evaluación e Intervención en la Imagen Corporal (UAIC).

Paola Espinoza Guzmán. Doctora en Psicología por la UAB. Coordinadora y psicoterapeuta de la UAIC (UAB). Colaboración en centros de atención psicológica y docencia en Másteres de Psicología, nutrición y medicina (UAB y UB).

Marcela González González. Doctora en Psicología. Docente y coordinadora de proyectos de investigación en la UAB. Psicóloga Clínica en ITA y en anterioridad llevó a cabo su práctica profesional en el área de drogodependencias y la salud.

Irene Subiza Pérez. Grado en Psicología en la UPV-EHU. Máster de Psicología General Sanitaria en la UAB y postgrado en psicoterapia integradora. Actualmente, terapeuta en el Servicio de Psicología y Logopedia de la UAB y doctoranda.

Arianne Becerra Castro. Graduada en psicología en la UAB y cursando un Máster en Ciencia de Datos. Actualmente, trabaja como científica de datos.

Rosa Mª Raich Escursell. Catedrática de Intervención Psicológica de la Facultad de Psicología de la UAB y directora e investigadora principal de diversos proyectos de investigación sobre prevención de trastornos alimentarios en adolescentes. Docente y autora de varios libros especializados.

Marisol Mora Giral. Profesora Agregada del Departamento de Psicología Clínica y de la Salud de la UAB e investigadora en el mismo departamento. Directora de la Unidad de Evaluación e intervención de la Imagen Corporal del Servicio de Psicología y Logopedia de la Facultad de Psicología de la UAB.

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