CARACTERIZACIÓN PSICOLÓGICA DE LOS PACIENTES CON OBESIDAD MÓRBIDA

1 Jul 2008

Bárbara Lorence
Universidad de Sevilla

La obesidad mórbida es una enfermedad crónica caracterizada por un exceso de grasa, que a su vez se traduce en un aumento de peso considerablemente alto (Consenso Español para la Evaluación de la Obesidad –SEEDO-, 1995; citado en SEEDO 2000). Existen diferentes procedimientos técnicos para evaluar el grado de obesidad de una persona, sin embargo, uno de los indicadores más utilizados es el Índice de Masa Corporal (IMC) que es la relación de dividir el peso (en kilos) entre la talla (en metros) al cuadrado. En este sentido, se considera que una persona presenta un problema de obesidad mórbida cuando su IMC sobrepasa la puntuación de 40.

La obesidad mórbida es un problema creciente en la sociedad actual, tanto es así que los resultados de prevalencia disponibles del SEEDO´2000 hablan de un IMC>30 en un 13,4% de los españoles. No obstante, tenemos que decir que el problema de esta enfermedad no radica exclusivamente en el aumento sufrido en los últimos años sino también la frecuencia de comorbilidad física y psicológica con la que va asociada. En este sentido, resulta imprescindible el desarrollo de estudios destinados a identificar cuáles son las áreas de funcionamiento psicológico que se ven más afectadas en los obesos para planificar adecuadamente tratamientos específicos que mejoren la calidad de vida de los mismos (Blasco y García, 1995).

El estudio que nosotros presentamos a continuación va en la línea de lo comentado anteriormente. El propósito de esta investigación es identificar y analizar la comorbilidad psicológica asociada a la obesidad mórbida. La muestra de nuestro estudio asciende a un total de 31 pacientes con obesidad mórbida (IMC>40) que han sido atendidos en el Hospital Virgen Macarena de la provincia de Sevilla, concretamente hablamos de 9 hombres y 22 mujeres. Todos los sujetos de la muestra fueron evaluados individualmente y se le administró un amplia batería de instrumentos compuesta por: entrevista semiestructurada; Prueba de Índice de Masa Corporal (SEEDO 2000); Inventario Clínico Multiaxial de Millon (Millon, 1999); Eating Disorder Inventory.2 (Garner, 1998); Escala de Autoestima (Rosenberg, 1979); Escala de Satisfacicón Vital (Huebner, 1991); Escala de Externalismo-Internalismo (Wallston, Wallston y De Villas, 1978); Escala de Expectativas de Cambio; Escala de Gravedad de la Enfermedad y Cuestionario APGAR Familiar (Smilkstein. 1978).

Los resultados más relevantes de la investigación fueron los siguientes:

– En líneas generales podríamos decir que los pacientes con obesidad mórbida que han sido entrevistados reconocen su enfermedad y confían en los tratamientos médicos/psicológicos aunque no son conscientes de la gravedad de la misma. Un 80,7% de las personas entrevistadas no consideran la obesidad mórbida como una enfermedad grave.

– Los pacientes con obesidad mórbida presentan niveles de autoestima similares a los de otras personas no enfermas. Este dato, que a priori puede resultar bastante extraño, puede ser explicado por las características de la muestra de nuestro estudio. Como hemos comentado anteriormente todos los pacientes están siendo tratados en la actualidad por especialistas del Hospital Virgen Macarena y además la mayoría de ellos (un 64,5%) están esperanzados con que su situación mejore favorablemente.

 

– La obesidad mórbida no parece estar asociada a un trastorno psiquiátrico concreto, aunque si observamos un alto porcentaje de obesos mórbidos con rasgos de personalidad dependiente y obsesivo-compulsivo. Concretamente, hay que señalar que el rasgo de personalidad dependiente se manifiesta principalmente en aquellas personas que inician la enfermedad en la adultez y, por lo tanto, tienen que adaptarse, ya de mayores, a una nueva vida llena de limitaciones físicas y problemas psicológicos que antes desconocían.

– El inicio de la enfermedad parece ser una variable muy importante, y que debe ser tenida en cuenta para prever la adherencia al tratamiento de una persona. De este modo, se observa que son las personas que padecen la enfermedad desde la infancia y la adolescencia las que probablemente vayan a presentar más problemas de adherencia al tratamiento, ya que suelen caracterizarse por ser más independientes, impulsivas e inmaduras que las personas con un inicio tardío.

– Las personas con obesidad mórbida más insatisfechas con su vida son aquellas que presentan problemas para establecer relaciones positivas con los demás. Este dato confirma la importancia que adquiere el apoyo social en la vida de las personas y también, por lo tanto, en la de individuos que sufren una enfermedad como la obesidad mórbida.

En conclusión, consideramos de vital importancia que se desarrollen planes de intervención integral que comprendan tratamientos psicológicos paralelos a la intervención médica que reciben los pacientes con obesidad mórbida. Según nuestros resultados existe una alta probabilidad de que este modelo de intervención de carácter interdisciplinar permita agilizar la recuperación del paciente y evitar posibles recaídas en el futuro.

El artículo original en el que se basa este trabajo puede encontrarse en la revista Apuntes de Psicología: Lorence, B. (2008). Perfil psicológico de la obesidad mórbida. Apuntes de Psicología, 26 (1), 51-68.

Referencias bibliográficas

Sobre la autora:

Bárbara Lorence Lara. Licenciada en Psicología. Máster en Psicología Clínica y de la Salud organizado por la AEPC. Miembro del grupo de investigación HUM-303 de la Universidad de Sevilla. Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación.

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