Se necesitan más concienciación y recursos para mitigar el impacto del cambio climático en la salud, informe de la OMS

8 Abr 2022

Aunque se han realizado progresos mundiales en el reconocimiento del cambio climático en la salud, se necesitan reforzar las acciones en este campo y mejorar la formación de los profesionales sanitarios. Esta es una de las conclusiones recogidas en el informe sobre la Encuesta de salud y cambio climático de la OMS de 2021 (2021 WHO Health and Climate Change Survey Report).

La encuesta de la OMS sobre salud y cambio climático, que se realiza cada tres años, ha contado en esta edición con los datos aportados por 95 países. El documento proporciona una instantánea mundial de los avances de los países en el campo de la salud y el cambio climático hasta la fecha, así como proporciona áreas de acción que deben impulsarse para proteger a la población del impacto sanitario que está suponiendo el cambio climático en todas las partes del mundo.

La evaluación contempla una serie de indicadores de progreso en materia de cambio climático y protección frente a los riesgos para la salud, relacionados con la información sobre liderazgo y gobierno, la vulnerabilidad y adaptación de la población a los cambios producidos por la crisis climática, la preparación ante posibles emergencias, la vigilancia de enfermedades, las medidas de adaptación y resiliencia, la supervisión de los cambios climáticos y la financiación destinada a la salud y la mitigación de enfermedades vinculadas al cambio climático en el sector sanitario.

Algunas de las principales conclusiones recogidas en el informe son las siguientes:

  • Aproximadamente dos tercios de los países encuestados (67%) han realizado una evaluación de la vulnerabilidad y la adaptación al cambio climático y la salud o la están realizando. Los resultados de las evaluaciones están sirviendo de base a las políticas y programas sanitarios, pero siguen teniendo una influencia limitada en la asignación de recursos humanos y financieros.

  • Alrededor de la mitad de los países encuestados (52%) informaron de que la pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto significativo en su trabajo para proteger la salud del cambio climático, desviando personal y recursos sanitarios y ralentizando la aplicación de medidas de protección.

  • Sólo un tercio de los países encuestados (33%) ha aprovechado la oportunidad para incluir consideraciones sobre el cambio climático y la salud en sus planes de recuperación tras la COVID-19.

  • Menos del 40% de los países incluyen actualmente información meteorológica y climática en sus sistemas de vigilancia sanitaria de las enfermedades sensibles al clima. Lo más habitual es que los países cuenten con sistemas de vigilancia sanitaria basados en el clima para las enfermedades transmitidas por vectores, por el agua, por el aire o por las vías respiratorias.

  • Más de tres cuartas partes de los países encuestados (77%) han elaborado o están elaborando planes o estrategias nacionales de salud y cambio climático. Sin embargo, su aplicación se ve obstaculizada por la falta de financiación, las limitaciones de recursos humanos y la escasez de investigaciones, pruebas, tecnologías y herramientas.

  • Se han producido avances en el desarrollo de la colaboración multisectorial en las políticas y programas relacionados con la salud y el cambio climático. Los mecanismos de coordinación establecidos incluyen con mayor frecuencia (>75%) la representación de partes interesadas o sectores que se ocupan de los determinantes medioambientales de la salud, como el agua potable, los servicios de saneamiento e higiene, el aire limpio y los servicios meteorológicos. La representación de partes interesadas o sectores centrados en los determinantes estructurales y sociales de la salud, como la educación, la planificación urbana, la vivienda, la energía y los sistemas de transporte, es menos frecuente (40-50% de los mecanismos de coordinación).

  • Sólo un tercio de los países encuestados dispone de sistemas de alerta temprana sanitaria informados por el clima para las enfermedades relacionadas con el calor (33%) o las lesiones y la mortalidad por fenómenos meteorológicos extremos (30%), a pesar de las sólidas pruebas de que estos riesgos están aumentando en todo el mundo.

  • Un número cada vez mayor de países (27%) ha realizado evaluaciones de la resiliencia climática de sus instalaciones sanitarias, pero sigue siendo un número escaso.

  • El personal sanitario está cada vez más informado y formado sobre la conexión entre el cambio climático y la salud (en el 42% de los países se imparte algún nivel de formación), pero es necesario realizar más esfuerzos para garantizar que el desarrollo de capacidades abarque un conjunto completo de competencias relevantes y se integre de forma rutinaria en el desarrollo del personal sanitario.

Se puede descargar el documento en el siguiente enlace:

2021 WHO Health and Climate Change Survey Report

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