Guía para la gestión de los riesgos psicológicos y sociales en la actividad de cuidado de personas mayores

18 Jul 2022

¿Qué riesgos para la salud puede implicar la atención y cuidado a personas mayores? ¿Qué medidas de protección se deben tener en cuenta para garantizar la seguridad y salud de los técnicos y auxiliares que trabajan en centros residenciales y de atención domiciliaria a mayores? Estos son algunos de los aspectos que se recogen en la Guía para la gestión de los riesgos psicosociales en la actividad de cuidado de personas mayores, editada por el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST).

La guía, dirigida a los responsables de recursos humanos y gestión de riesgos laborales, recopila los principales factores de riesgo psicológico  y social asociados a la actividad sociosanitaria de cuidado de personas mayores y su impacto sobre la salud de los trabajadores. Asimismo, ofrece una serie de recomendaciones para incorporar medidas preventivas en las empresas y organizaciones que ayuden a minimizar el impacto de la exposición a dichos riesgos.

 

La atención gerontológica es un ámbito de trabajo con presencia mayoritaria de mujeres trabajadoras (9 de cada 10 cuidadores son mujeres) con una media de edad de cincuenta años. Las jornadas laborales extensas, la realización de turnos laborales, la sobrecarga de trabajo, la realización de tareas de carga o la exposición a personas dependientes con conductas problemáticas y de difícil manejo, pueden suponer una importante carga de estrés que puede dar lugar a largo plazo a trastornos musculoesqueléticos, fatiga, accidentes de trabajo, absentismo y al abandono voluntario del puesto de trabajo. De ahí la importancia de adoptar medidas preventivas, entre las que la guía sugiere, las siguientes:

  • La planificación clara de tareas, objetivos, funciones y responsabilidades.
  • Programar reuniones periódicas para incluir a las trabajadoras en la planificación de tareas y reparto del trabajo, asignación de turnos, etc.
  • Proporcionar autonomía a las cuidadoras para que se organicen en la gestión de las tareas.
  • Fomentar el trabajo en equipo.
  • Ajustar el número de trabajadoras en función de las necesidades y niveles de dependencia de los usuarios.
  • Promover el cambio y la rotación de puestos de alto riesgo (mayor exposición a violencia) a puestos más protegidos de esta fuente de estrés.
  • Contar con personal de refuerzo para dar respuesta a los imprevistos y los momentos de mayor carga laboral.
  • Asegurar un lugar de descanso para las trabajadoras diferenciado de la zona de trabajo, que permita realizar pausas de trabajo, favorecer la comunicación entre el personal y recuperarse de la fatiga del trabajo.

La guía puede descargarse en el siguiente enlace:

Guía para la gestión de los riesgos psicosociales en la actividad de cuidado de personas mayores

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