Aumentan los problemas de salud mental y la ideación suicida entre los/as jóvenes, según el nuevo Barómetro de la FAD

6 Jun 2022

El porcentaje de población joven que declara haber padecido problemas de salud mental con mucha frecuencia ha pasado del 6,2% en 2017 al 15,9% en 2021, destacando una vez más las mujeres, que están cerca de doblar el porcentaje de los hombres. Del total de problemas de salud mental declarados, un 36,2% afirma contar con un diagnóstico, principalmente depresión o trastornos por ansiedad. También se observa un aumento en la ideación suicida con alta frecuencia, que ha pasado de un 5,8% en 2019 a un 8,9% en 2021.

Esta es una de las preocupantes conclusiones del último Barómetro juvenil de Salud y Bienestar 2021, una consulta periódica (bianual) realizada por la Fundación de ayuda contra la drogadicción (FAD), a través del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, y la Fundación Mutua Madrileña, encuestando a más de 1.500 jóvenes españoles de entre 15 y 29 años.

El objetivo de este trabajo es el de trazar una fotografía fija sobre el estado de salud, física y mental, de los y las adolescentes y jóvenes españoles/as, recogiendo sus percepciones en torno a su estado de salud física y mental, así como sus niveles de satisfacción, en un período especialmente delicado, marcado por la pandemia de la COVID-19. 

Foto: cottonbro Fuente: pexels Fecha descarga: 03/06/2022

A continuación, recogemos las principales conclusiones de este estudio:

  • Se observa un empeoramiento en la autopercepción de la salud entre la juventud en comparación con años anteriores: mientras que en 2017 un 86,7% afirmaba tener buena o muy buena salud, en 2019 este porcentaje pasa al 77,5% y en 2021 desciende al 54,6%. Las mujeres son quienes perciben que tienen un peor estado de salud que los hombres.

  • En relación con la preocupación por la imagen externa, un 21,5% de jóvenes se muestra bastante preocupado por la imagen que proyectan ante los demás. Esta preocupación es mayor entre las mujeres (27,7%) que entre los hombres (15,5%).

    En 2021, un 18,9% de los y las jóvenes revela estar realizando alguna dieta de adelgazamiento, una tendencia que se ha ido incrementando en los últimos años, especialmente entre los hombres.

    Con respecto a los motivos para realizar dietas, entre las mujeres destaca la preocupación por la imagen (64,2%), mientras que en el caso de los hombres se prioriza la preocupación por la salud (57%).

  • Un 22,9% de los y las jóvenes se sienten limitados por una discapacidad, con 1 de cada 4 experimentando limitaciones graves. A su vez, un 21,1% de los y las jóvenes afirman sentirse limitados por alguna enfermedad crónica y 1 de cada 5 por limitaciones graves.

  • Los problemas psicológicos y sociales más comunes entre la juventud son la tristeza (56,6%), la falta de interés por hacer cosas (51,5%) y los problemas de concentración (50%). Son frecuentes también el cansancio y la apatía (47,9%), el miedo y la incertidumbre ante el futuro (45,1%), los problemas para conciliar el sueño (44%) y la inquietud y el desasosiego (42%). Se observa una mayor prevalencia de todos los problemas psicológicos y sociales entre las mujeres, destacando especialmente la sensación de tristeza (65,9%), de cansancio (57,75) y de ansiedad (41%).

    También es el grupo más joven el que presenta valores más elevados en dichos problemas en comparación con los de 20-24 años y, especialmente, con el grupo de más edad, señalando problemas para concentrarse (56%) y dificultad para controlar los impulsos (32,9%).

    El grupo de jóvenes de 25 a 29 años es el que menos prevalencia de problemas psicológicos y sociales presenta de manera general, aunque destaca, especialmente, por ser el que menos sufre, por el poco interés en hacer cosas y la sensación de tristeza, decaimiento y desesperanza.

  • Aumenta entre los y las jóvenes la percepción de haber padecido problemas relacionados con la salud mental: un 15,9% de ellos/as afirma haber presentado algún problema de salud mental continuamente o con frecuencia (un porcentaje que prácticamente se ha duplicado en comparación con el año 2017), mientras que un 40,5% lo han padecido alguna vez.

  • Más de un tercio de jóvenes (el 39,6% de las mujeres y el 33,2% de los hombres) cuenta con un diagnóstico de algún problema de salud mental, principalmente, depresión o trastornos por ansiedad. En el caso de las chicas, destacan comparativamente los problemas de depresión (51%) y de ansiedad, pánico o fobias (50%), y los trastornos de la alimentación (12,6%, frente al 8,5% de ellos). En los chicos, además de la depresión y la ansiedad, destacan comparativamente con respecto a las chicas los problemas de estrés postraumático, los trastornos obsesivo-compulsivos y los trastornos por adicción a sustancias (13,8%, frente al 3,4% de ellas). Se observa que a mayor edad hay más tendencia a experimentar algún tipo de diagnóstico relacionado con problemas de salud mental.

  • Asimismo, se detecta un incremento significativo de jóvenes que experimentan ideas de suicidio, aumentando también la frecuencia de ideación suicida en esta población: un 8,9% de jóvenes indica que las sufre continuamente o con mucha frecuencia, mientras que en 2019 este porcentaje era del 5,8%.

    Los autores de este estudio consideran especialmente preocupante el cambio experimentado por el grupo de jóvenes de 15 a 19 años antes y después de la crisis de la COVID-19, pasando de ser el que menos ideas de suicidio experimentaba y con menos frecuencia en el año 2019, a ser el grupo de jóvenes que más las experimenta y con mayor frecuencia en 2021.

  • A pesar de declarar mayores malestares, se ha reducido el porcentaje de jóvenes con problemas de salud mental que busca ayuda profesional, pasando del 59,5% en 2019 al 50,8% en 2021. Con respecto al tipo de profesional buscado, destacan los psicólogos (27,7%), seguidos de los médicos de familia (15,6%) y los psiquiatras (14,2%). Las mujeres son quienes más acuden al psicólogo y los hombres a los médicos de familia. Se observa una relación directamente proporcional entre la edad y la decisión de recurrir a la ayuda profesional para solucionar los problemas relacionados con la salud mental.

  • Aunque se ha reducido ligeramente el consumo de psicofármacos con respecto a 2019, los datos indican que 1 de cada 4 jóvenes declara haberlos tomado. De ellos, la mitad los consume sin prescripción médica, especialmente destacable en el caso de los hombres y de la población con edades comprendidas entre 15 y 19 años, rozando estos valores el 60%.

    Los autores del estudio muestran su preocupación por el hecho de que la mitad de los y las jóvenes ha tomado psicofármacos sin prescripción médica. Se observa que entre las mujeres es más habitual el consumo con receta de psicofármacos, mientras que entre los hombres es más común la automedicación.

  • En lo referente a la satisfacción con la vida, cerca de la mitad de los y las encuestados/as declaran estar muy satisfechos/as con su vida, si bien el nivel de satisfacción disminuye si se les pregunta por sus estudios, trabajos, perspectivas de futuro o su situación económica. Estas cuestiones generan estrés para más de la mitad de los y las jóvenes, con valores más elevados entre las mujeres. Por el contrario, destaca la satisfacción con los vínculos sociales: el 63,5% están satisfechos con su familia y el 60,8% con sus amigos.

  • Los aspectos que generan más nivel de estrés son el trabajo y los estudios (63%), la situación económica (51,4%) y la salud física y mental (45,8%). Se observa que, en líneas generales, el nivel de estrés ha aumentado con todos los indicadores considerados, siendo especialmente relevante el crecimiento del estrés con el trabajo y con la salud física y mental.

    La realización de actividades físicas en el caso de los hombres y de actividades divertidas o relajantes en el caso de las mujeres, son los recursos más utilizados para paliar dicho estrés.

    Los datos muestran que 1 de cada 5 jóvenes afirma no compartir con nadie los problemas vinculados al estrés, porcentaje que llega al 26,5% en el grupo de menos edad, y cerca del 10% revela no acudir a nadie para buscar consejo o ayuda ante una cuestión personal grave. La familia es la principal fuente de apoyo social en la juventud, sobre todo en el grupo más mayor. Entre los 15 y los 19 años suelen apoyarse en mayor medida en sus amistades.

  • Las cifras indican un aumento desde 2019 en el porcentaje de población joven que lleva a cabo prácticas de riesgo con alta frecuencia, siendo la más extendida la práctica de relaciones sexuales sin protección (22,4%), seguida de la participación en peleas (10,5%) y superando en todos los casos los hombres a las mujeres.

    Con todo, casi la mitad de jóvenes se sienten inseguros ante el riesgo de consumo de drogas (49,6%) y ante la violencia física (46,3%). Otro aspectos que genera inseguridad son el acoso laboral o educativo (44,1%), el acoso en redes sociales (42,1%), los riesgos sexuales (41,8%) y los riesgos de conducción de vehículos (39%). Aunque el nivel de inseguridad declarado ante situaciones de riesgo se ha reducido, son las chicas quienes siguen sintiéndose más expuestas y en riesgo.

  • A juicio de los autores del estudio, el incremento de la frecuencia con la que los y las jóvenes declaran afrontar problemáticas psicológicas y sociales y el empeoramiento detectado tanto en la autopercepción de la salud en general como en los problemas ligados a la salud mental podría atribuirse en cierta medida a la pandemia de la COVID-19 y a las situaciones de incertidumbre derivadas de la misma.

Tal y como señalan los autores de este estudio, sus conclusiones y su mirada retrospectiva permiten leer algunos de los impactos de la COVID-19 entre nuestra población, evidenciando la necesidad de ocuparse de la salud mental y emocional, un espacio plagado de tabúes y muy desatendido, de dotar al sistema público de atención de recursos, de formar a especialistas en las especificidades del cuidado a población adolescente y joven, y de hacerlo con un imprescindible enfoque de género. A este respecto, establecen las siguientes recomendaciones:

  • Teniendo en cuenta que aún hoy día persiste la estigmatización de los problemas de salud mental, asociándose con exclusión social, la irreversibilidad y el deterioro, es necesario informar y sensibilizar a la sociedad, entender la complejidad del fenómeno y su transversalidad en la vida de todos/as, con el fin de derribar tabúes, estereotipos y resistencias hacia los malestares de salud mental.

  • Contar con evidencias y datos que permitan establecer protocolos ajustados a las diferentes realidades y atender así de forma eficaz y temprana a la población más vulnerable.

  • Facilitar recursos públicos de atención, escucha y asistencia a adolescentes y jóvenes que lo necesiten, así como a sus familias, accesibles y cercanos, especialmente para los perfiles vulnerables.

  • Formar a quienes trabajan en la atención de niños, niñas, adolescentes y jóvenes, para que puedan detectar problemas de esta índole y saber cómo actuar (docentes, personal de servicios de salud, …).

  • Teniendo en cuenta la escasa petición de ayuda (tanto a profesionales como a personas de su entorno), es prioritario incidir en la educación afectiva y emocional a estas edades.

  • Trabajar desde una perspectiva de género que no invisibilice las diferentes percepciones de bienestar/malestar de chicos y chicas, los apoyos que reciben, su capacidad de mostrar los problemas y pedir ayuda, los diferentes acercamientos a los consumos (adicciones con y sin sustancia), etc.

  • Formar en nutrición, incidir en los beneficios de la práctica deportiva y trabajar sobre la autoimagen y los ideales de belleza: trabajar el culto al cuerpo, la sexualización de los cuerpos, etc.

  • Con el fin de facilitar una buena relación con el propio cuerpo, vínculos afectivos saludables, y evitar prácticas de riesgo, es clave incluir en el currículo la educación afectivo-sexual: facilitar formación y asesoramiento a jóvenes y adolescentes, así como a las familias y docentes que, de manera consciente o inconsciente, forman afectiva y sexualmente a niños, niñas, adolescentes y jóvenes.

Fuente: Sanmartín, A., Ballesteros, J. C., Calderón, D. y Kuric, S. (2022). Barómetro Juvenil 2021. Salud y bienestar: Informe Sintético de Resultados. Madrid: Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, Fundación FAD Juventud. DOI: 10.5281/zenodo.6340841

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