La adición al tabaco o el tabaquismo es un problema de salud de enorme importancia sociosanitaria, no sólo porque se estima que en nuestro país fuma aproximadamente el 30% de la población adulta, sino también por su relación con morbi-mortalidad. De modo que el tabaquismo es la principal causa de mortalidad evitable. En este sentido, se han iniciado medidas tanto políticas, como sociales y sanitarias, para reducir el consumo de esta substancia y mejorar la salud de la persona y, consecuentemente, de la población general. En este sentido, el Equipo Coordinador de la Atención al Tabaquismo (ECAT), perteneciente al Hospital General del Servicio Valenciano de Salud, ha elaborado una Guía de Intervención Intensiva en Tabaquismo, un protocolo que facilitará el trabajo de los profesionales sanitarios para ayudar a abandonar el consumo de tabaco a sus pacientes. Jesús Blasco es el psicólogo del ECAT y, como tal, ha participado en el equipo que ha escrito esta guía e Infocop Online tiene el placer de entrevistarle para sus lectores.

ENTREVISTA

Desde hace unos años, la OMS determinó la lucha contra el tabaquismo como un objetivo prioritario. En este sentido, por todos son conocidas las graves consecuencias que este hábito tiene para la salud individual. No obstante, en su calidad de experto ¿cuáles serían los beneficios a nivel poblacional? ¿Y para el sistema sanitario en general?

Creo innecesario ahondar en la relación entre tabaquismo y enfermedad. La misma OMS recuerda que el consumo de tabaco es responsable del 90% de las muertes por cáncer de pulmón, del 95% de las muertes por enfermedad pulmonar obstructiva crónica y del 50% de la mortalidad cardiovascular. La evidencia es tan concluyente que disminuir el número de fumadores significa reducir la primera causa de morbilidad y mortalidad evitable entre nuestra población, no olvidando que no sólo los fumadores sufren las consecuencias de su adicción, ya que la exposición involuntaria al humo del tabaco es también causa de enfermedad, discapacidad y mortalidad.

Según refiere el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo, se trata del problema de salud que ocasiona el coste sanitario y social más elevado al que debe hacer frente la sociedad española, señalándose que los gastos del Estado en sufragar el coste sanitario social derivado del tabaquismo, exceden a lo recaudado en impuestos especiales asignados a los productos de tabaco. Los estudios indican que la detección y tratamiento de la dependencia al tabaco a través de los servicios asistenciales se considera una acción efectiva en términos de coste por año de vida ganado, considerándose estas intervenciones más eficientes que otras ampliamente instauradas como por ejemplo la detección y manejo de la hipercolesterolemia y la hipertensión arterial.

En línea con las directrices marcadas por la OMS, el Departamento de Salud Valencia – Hospital General del Servicio Valenciano de Salud creó el ECAT (Equipo Coordinador de la Atención al Tabaquismo), ¿podría explicarnos cuáles son sus objetivos y funciones? ¿Qué profesionales lo integran?

El objetivo que tiene encomendado el Equipo Coordinador de la Atención al Tabaquismo (ECAT), con sede en el Consorcio Hospital General Universitario de Valencia, y desde donde se coordinan todas sus actuaciones, es conseguir la normalización de la atención al tabaquismo en su área de demarcación, entendiendo por normalización el incluir en nuestro sistema sanitario actual todos aquellos facilitadores asistenciales que hagan posible que, cualquier fumador que quiera realizar un intento serio y supervisado para abandonar su hábito tabáquico, sea atendido en el lugar y en el momento más adecuado. En este sentido, hemos diseñado un Protocolo de Atención al Tabaquismo, donde quedan integrados e interrelacionados los diferentes niveles asistenciales con los tres niveles de atención al tabaquismo (Breve, Intensivo y Especializado). En estos momentos nuestro Departamento de Salud tiene asignada una población aproximada de 300.000 habitantes mayores de 14 años. Dado que la prevalencia actual de fumadores es cercana al 30%, tenemos unas 90.000 personas con Trastorno por Dependencia a la Nicotina susceptibles de intervención.

En cuanto a las funciones, el ECAT desarrolla esencialmente una labor docente y de organización para dinamizar e impulsar la prevención y control del tabaquismo en nuestro Departamento de Salud. En este sentido se vienen desarrollando talleres de formación dirigidos a todos los profesionales sanitarios del departamento, en especial a médicos y enfermeras de nuestros Centros de Atención Primaria y estamos preparando la posible formación que podamos desarrollar entre los profesionales sanitarios de nuestro hospital, ya que dadas las características y dimensiones actuales de esta enfermedad, consideramos necesario el generar intervenciones tanto en los servicios de atención primaria como en los de especializada. Otra de las funciones del ECAT es la asistencial, dirigida a aquellos fumadores que han tenido algún ingreso hospitalario y desarrollan algún programa de rehabilitación en nuestro hospital, así como la oferta de deshabituación para todos los profesionales, tanto sanitarios como no sanitarios de los centros asistenciales de nuestro departamento, con el objetivo de disminuir la prevalencia de fumadores que prestan su servicio en la sanidad pública y potenciar su papel modélico. Quedan enmarcadas también dentro de las funciones del ECAT tareas de evaluación e investigación con el objetivo de optimizar sus actuaciones.

En la actualidad el Equipo Coordinador de la Atención al Tabaquismo es un equipo multidisciplinar, con dedicación a tiempo completo e integrado por un médico, un psicólogo y una enfermera, todos ellos con formación específica en tabaquismo, además de una auxiliar administrativa.

Para la normalización de la asistencia al tabaquismo, el ECAT está aplicando los tres niveles de intervención en tabaquismo:, breve, intensivo y especializado. ¿En qué consiste cada uno de ellos? ¿Podría detallar las diferencias entre los dos primeros?

Parece existir un consenso bastante generalizado en la conveniencia de la implantación de diferentes niveles de intervención en tabaquismo, tratando de conseguir una sinergia entre las disponibilidades de los recursos sanitarios existentes y las necesidades de los fumadores para conseguir dejar de fumar. Por ello, se han establecido tres niveles de intervención en tabaquismo: breve, intensivo y especializado.