ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN EN EL ÁMBITO EDUCATIVO PARA ALUMNOS CON ALTAS CAPACIDADES

23 Feb 2011

Teresa Artola
Centro Universitario Villanueva, adscrito a la UCM

Debido a su alto potencial intelectual y a la desincronía a menudo existente entre su nivel de desarrollo intelectual y los restantes aspectos de su desarrollo, el niño con altas capacidades debería considerarse como un niño con necesidades educativas especiales.

No obstante, hasta fechas recientes, el sistema educativo ha prestado escasa atención a estos alumnos. Las medidas adoptadas para los alumnos con necesidades educativas especiales se han centrado casi exclusivamente en aquellos alumnos con discapacidad. El grupo de niños más capaces se ha visto a menudo perjudicado por un sistema educativo poco flexible y uniforme en el que, a menudo, estos alumnos son «frenados», desde un concepto de igualdad mal entendido, exigiéndoles que se ajusten a la media del grupo.

Ante esta situación, es frecuente que el niño más capaz reaccione al ambiente poco estimulante mostrando conductas desadaptadas y disruptivas o, en el mejor de los casos, mediante un rendimiento muy inferior al que podría lograr de acuerdo con sus capacidades.

No obstante, en los últimos años, se viene observando una mayor sensibilidad y creciente interés por estos niños, tanto en el ámbito escolar como social, y también legislativo, observándose en nuestro país un incremento notable de la actividad investigadora en este campo.

Podemos afirmar que, a la hora de abordar la atención educativa de los alumnos más capaces, no valen las mismas estrategias para todos. Cada caso es distinto y requiere una evaluación rigurosa, tanto del niño como del contexto familiar y escolar en que se desenvuelve.

En líneas generales, suelen considerarse tres estrategias educativas básicas que, a su vez, pueden dar lugar a múltiples posibilidades de intervención: la aceleración o flexibilización, el agrupamiento y el enriquecimiento. Estas estrategias pueden combinarse de múltiples formas según las necesidades de cada caso.

1. Estrategias educativas de intervención en altas capacidades.

1.1. La aceleración.

Consiste en hacer que el estudiante avance por el sistema educativo a un ritmo más rápido para así colocarle en un contexto curricular de dificultad suficiente para sus capacidades.

En nuestro sistema educativo el criterio utilizado para incluir a un alumno en un curso determinado suele ser únicamente la fecha de nacimiento y no su nivel real de desarrollo intelectual, emocional o social. No obstante, «esperar que todos los niños a la misma edad aprendan lo mismo es como esperar que todos a la misma edad utilicen la misma talla de ropa» (López Escribano, 2000). Los alumnos superdotados se caracterizan precisamente por un ritmo de desarrollo más rápido. Cuando este avance es notable, la aceleración puede ser una opción recomendable para adecuar la educación a su nivel de desarrollo.

A pesar de la abundante literatura que demuestra la eficacia de la aceleración a la hora de ayudar a los alumnos más capaces a desarrollar su potencial intelectual, muchos profesores siguen teniendo serias dudas y temores sobre esta práctica y sus posibles efectos negativos sobre el desarrollo emocional y social del niño, y pocas instituciones optan por ella. Así mismo, los trámites administrativos para solicitar la flexibilización escolar son a menudo largos y engorrosos.

No obstante, la evidencia científica demuestra que, generalmente, conduce a resultados muy positivos Ningún estudio ha mostrado que la aceleración pueda conducir a una disminución del rendimiento del alumno ni tampoco se han encontrado diferencias en el ajuste socio-emocional entre los alumnos acelerados y no acelerados. Por el contrario, la mayoría de estos estudios demuestran un incremento notable en la motivación y la satisfacción personal de los alumnos acelerados.

Es importante insistir en que la aceleración no consiste simplemente en «saltar de curso». Existen otras formas de aceleración, tales como acelerar sólo en algunas asignaturas, condensar varios cursos en uno, comenzar tempranamente la escolaridad, grupos con grados mezclados, etc.; o, por ejemplo, para Secundaria: cursos de ingreso anticipado, ingreso temprano en la universidad, etc.

1.2. El agrupamiento.

Consiste en juntar o agrupar a los niños excepcionales en grupos, o incluso en centros especiales, donde se llevan a cabo programas adecuados a sus destrezas y capacidades.

Esta estrategia, al menos en España, ha sido vista a menudo como una forma de segregación contraria a las políticas de integración. En este sentido, la legislación española establece que los alumnos sobredotados deben estar escolarizados en los centros ordinarios y no se admite la posibilidad de Centros Educativos Especiales para ellos. Este tipo de centros sí son frecuentes en otros pases como Israel, Estados Unidos, Suiza, Japón o Corea.

La estrategia de agrupamiento puede, no obstante, ser aplicada también de otras formas. Una de las formas más adecuadas y más aceptadas de utilizar esta estrategia es hacerlo de manera similar a cuando se utiliza el aula de apoyo para atender a los alumnos con otros tipos de necesidades. Esta estrategia tiene la gran ventaja de que el alumno puede trabajar durante algunas horas al día, o a la semana, con profesores especialistas que pueden estimular al niño en áreas concretas en las que profesores no especializados no están preparados para desarrollar.

Además, el alumno superdotado tiene así la oportunidad de relacionarse y trabajar con otros alumnos de características similares a las suyas sin, a su vez, ser marginado o excluido del grupo de clase, salvo por periodos cortos de tiempo.

Los cursos de fin de semana y los campamentos de verano para alumnos talentosos son a menudo también una buena alternativa que implica una combinación de la estrategia de agrupamiento a tiempo parcial y la estrategia de enriquecimiento extracurricular. Durante estos periodos, el alumno tiene la oportunidad de compartir sus intereses con otros niños de su misma capacidad.

Así mismo, otra forma de agrupamiento, y también de enriquecimiento, bastante utilizada en algunos países son las olimpiadas y concursos en áreas como las ciencias, las matemáticas, etc. La participación en este tipo de actividades constituye un desafío apropiado para los alumnos especialmente talentosos. Además, los participantes experimentan un alto sentimiento de logro y disfrutan del contacto con otros alumnos de sus mismas características.

1.3. El enriquecimiento.

Finalmente, el enriquecimiento es, posiblemente, la estrategia más utilizada. Básicamente, consiste en ajustar los programas de instrucción a las características y necesidades especiales del alumno más capaz permitiéndole así seguir su instrucción en el aula ordinaria con sus compañeros habituales de clase. Se trata, por tanto, de elaborar un currículo cualitativamente diferente que se adecue a las necesidades e intereses de los alumnos más capacitados.

Esta estrategia es la más utilizada en el sistema educativo español y presenta múltiples ventajas, no sólo para el alumno más capaz, sino también para sus compañeros y profesores. Además, el alumno se educa en un grupo heterogéneo, con diversidad de talentos y capacidades, que se ajusta más al mundo real en que tendrá que desenvolverse el día de mañana.

Existen múltiples formas de aplicar la estrategia de enriquecimiento. Una de las primeras medidas a las que se suele recurrir cuando se detecta un alumno más capaz es la ampliación curricular. Supone realizar una adaptación curricular no significativa, para ajustarse a las necesidades del alumno. En este caso, no hay variación sino profundización en los objetivos del área e incremento de actividades.

Otra forma de ampliación curricular es mediante las tutorías específicas. En estos casos, el alumno recibe atención individualizada por parte de un profesor del centro, a menudo un profesor de apoyo especializado, por ejemplo en arte o música, que le orienta «personalmente» y planifica para él actividades complejas que van más allá del currículo ordinario.

Así mismo, puede aplicarse la ampliación curricular mediante el sistema de monitorías. En este caso, el profesor solicita al alumno especialmente dotado en una o más áreas de conocimiento que actúe de «monitor», «tutor» o «apoyo» de algunos de sus compañeros que pueden presentar más dificultades para entender y aplicar determinadas nociones del currículo.

Las Adaptaciones Curriculares suponen, así mismo, un cambio curricular importante en el qué enseñar, el cómo enseñar y en el qué y el cómo evaluar. Recogen, por tanto, modificaciones sustanciales en los objetivos, contenidos básicos, metodología, actividades, la temporalización y la evaluación. De igual forma, a menudo incluyen propuestas adicionales de atención individualizada y de apoyo psicológico, tales como programas de habilidades sociales, mejora del autoconcepto, etc.

Los programas de enriquecimiento extracurricular constituyen otra alternativa para atender a algunos aspectos de la educación de los alumnos más dotados. Básicamente, consisten en proporcionar al alumno oportunidades de aprendizaje fuera del horario lectivo normal.

Finalmente, los programas con mentores son considerados igualmente una excelente alternativa para las actividades de enriquecimiento, en especial con aquellos alumnos que se encuentran en los cursos superiores de la ESO y Bachillerato y para aquellos alumnos con talentos. Consisten en buscar un especialista, fuera de la comunidad escolar, que «tome bajo su protección» o actúe como guía o «consejero» del alumno talentoso y comparta con éste conocimientos, experiencias profesionales y sentimientos. Se utilizan, por tanto, como una forma de enriquecer el currículo para capacitar a los estudiantes con habilidades o intereses especiales a trabajar con quien es experto en esa materia.

2. ¿Cuál es el mejor sistema educativo para estos alumnos?

Una vez que hemos examinado las múltiples alternativas existentes para dar respuesta a los alumnos más capaces, cabe ahora preguntarse: ¿cuál es el mejor sistema educativo para estos alumnos?

Las investigaciones dirigidas para comprobar la superioridad de unas estrategias sobre otras han sido extensas. No obstante, de su examen podríamos concluir que no hay una fórmula única. No existe una estrategia perfecta que sea válida para todos los alumnos más capaces y que satisfaga de forma completa y a la vez a padres, profesores y especialistas. La decisión a adoptar dependerá de varios factores:

  • Las características del alumno con altas capacidades: el grado de sobredotación, su nivel de adaptación escolar y social, sus características de personalidad, etc.
  • Las características y el Proyecto Educativo del Centro al que acude: si está preparado para realizar actividades de enriquecimiento, si contempla adaptaciones curriculares, si dispone de orientador o asesoramiento psicopedagógico, etc.
  • Las características de los profesores que van a implementar la propuesta: su preparación, si tienen experiencia en la realización de adaptaciones curriculares, si se encuentran motivados para atender a estos alumnos, si tienen prejuicios sobre ellos, etc.
  • Las preferencias del alumno y de sus padres.

Por tanto, será preciso estudiar cada caso individualmente, tras la realización de un diagnóstico individualizado de cada sujeto.

De hecho, en realidad, enriquecimiento, aceleración y agrupamiento deberían contemplarse como medidas complementarias y no excluyentes. Todo alumno superdotado debería tener la posibilidad de avanzar y aprender a un ritmo más rápido, así como de disponer de un currículo más amplio que abarque temas que van más allá de lo ordinario. Así mismo, la posibilidad de establecer contacto social con otros alumnos de su mismo nivel de capacidad ayuda al alumno superdotado a tener un mejor concepto de sí mismo y potencia su motivación y su productividad creativa.

Sobre la autora:

Teresa Artola Gonzáles es doctora en Psicología por la UCM y Máster en Educación Familiar por el Instituto Europeo de Estudios de la Educación. Ha desarrollado una amplia labor investigadora y docente en el campo de la psicología infantil, como profesora del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Facultad de Educación de la UCM (1983-1993) y como Directora del Departamento de Psicología (1999-2006) y del Departamento de Psicopedagogía (2007-2010) del Centro Universitario Villanueva, adscrito a la UCM. Es autora de diversas publicaciones sobre niños con altas capacidades y coautora de algunas pruebas destinadas a la identificación y evaluación de estos niños.

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