Al igual que la jubilación, el abandono del deporte profesional supone un cambio importante en la vida de una persona, pero a una edad por lo general más temprana. Desde su punto de vista, ¿qué supone para un deportista, a nivel psicológico, un cambio tan grande en su vida?
Como ocurría en el caso anterior, la interpretación y, por tanto, las consecuencias psicológicas asociadas a la retirada deportiva dependen tanto de la persona que la afronta como de diferentes aspectos relacionados con su entorno y con el propio proceso de la retirada. Si bien es relativamente habitual y normal que la persona experimente sentimientos de tristeza e incertidumbre, la respuesta emocional variará en función de diferentes aspectos. Entre ellos se pueden destacar el grado de identidad deportiva que presenta, si la retirada se ha debido a una decisión libre o forzada (debido una lesión, aspectos personales, falta de contratos, etc.), si ésta ha sido o no planificada y se cuenta con un plan post-carrera y, finalmente, los recursos personales y el apoyo social con que cuenta la persona. El proceso de adaptación social y emocional puede ser más o menos complejo dependiendo de estas cuestiones.
Hay que tener presente que los deportistas cuentan con una rutina diaria, unos objetivos establecidos, unos ingresos económicos teóricamente estables, un estado de forma óptimo y, además, dedican su vida a lo que realmente les gusta. En el momento de la retirada, todos, o la mayor parte de estos aspectos se modifican. A pesar de que estos son cambios comunes a muchos deportistas, según los determinantes anteriores, los aspectos emocionales sobre los que sea necesario intervenir variarán en cada caso específico. Además, hay que ser conscientes de que la persona debe hacer frente a una situación totalmente novedosa, por lo que resulta natural que sea necesario un período de adaptación.
¿Cuál es su papel como psicólogo cuando llega este momento en la carrera deportiva? ¿Qué estrategias se pueden poner en marcha para afrontar la nueva situación?
Resulta fundamental que la persona sea consciente de que la retirada llegará y que debe anticiparse a ella diseñando un plan de acción personalizado que le permita adaptarse a su nuevo estilo de vida. Mi labor fundamental es precisamente este trabajo anticipatorio, en que el deportista comprenda esta futura situación. El objetivo es minimizar sus consecuencias psicológicas negativas y poder reducir el intervalo entre la retirada y el sentimiento de adaptación al día a día. Esta cuestión es, en mi opinión, una labor preventiva fundamental que debe abordarse en todas las organizaciones deportivas que cuentan con deportistas profesionales.
Por el contrario, cuando la persona ya ha abandonado el deporte, mi función es proporcionarle el apoyo y los recursos psicológicos necesarios para que afronte su transición en un estado emocional adecuado y, de nuevo, la transición sea lo más breve posible. De manera paralela, considero fundamental ayudar a la persona a que potencie actitudes y habilidades que incrementen sus posibilidades de inserción laboral, así como que desarrolle su marca personal con el objetivo de diferenciarse del resto de profesionales.
Tanto la planificación como la intervención deben adaptarse a cada caso concreto, evaluando la percepción individual de este proceso, los recursos personales con los que cuenta y los objetivos futuros que se plantea. Aun así, los determinantes anteriores sirven como guía fundamental para iniciar el trabajo psicológico. Resulta importante, en primer lugar, que la persona asuma su situación. Posteriormente, es fundamental que la persona no se valore exclusivamente por sus logros o sus capacidades deportivas, sino que valore de manera objetiva sus habilidades y capacidades relacionadas con otros contextos. Igualmente debe establecer nuevos objetivos y retos personales y profesionales, ser consciente de los aspectos que debe mejorar para alcanzarlos y fortalecer y/o desarrollar sus redes de apoyo social tanto familiares como en otros ámbitos, siendo éste último fundamental.
Por desgracia, existen ocasiones en que la conjugación de estos aspectos no es la adecuada y no se cuenta con un apoyo psicológico especializado, obteniendo consecuencias trágicas, por lo que es importante prestar especial atención a este periodo.
Para finalizar, ¿desea añadir algún comentario más?
Me gustaría animar a mis colegas a continuar realizando un trabajo riguroso y profesional que permita a la Psicología del Deporte seguir creciendo en nuestro país. Para ello, bajo mi punto de vista, resultan esenciales dos aspectos. En primer lugar, que los profesionales continuemos formándonos y compartiendo conocimientos. Por otra parte, considero especialmente relevante continuar difundiendo información a deportistas y entidades deportivas de la necesidad de contar con profesionales que acrediten sus conocimientos en este campo cuando se pretende realizar un trabajo de evaluación y/o intervención psicológica. Únicamente es de este modo como se puede garantizar una intervención psicológica adecuada, incrementando las posibilidades de aprovecharse de sus múltiples beneficios, evitando posibles consecuencias negativas derivadas de malas praxis y profesionalizando la figura del psicólogo.
Por supuesto, quisiera agradecer a Infocop esta iniciativa, la cual permite a los jóvenes profesionales difundir nuestra práctica profesional y, por supuesto, que me haya dado la oportunidad de participar en ella. Finalmente, invito a los lectores a visitar mi página web www.feelin.es, en donde pueden profundizar sobre mi filosofía de trabajo y los diferentes servicios ofrecidos. |