A este respecto, los estudios muestran que los mayores LGTB no cuentan con una red de apoyo familiar tan amplia como la de las personas mayores heterosexuales, y tienen temor a ser objeto de homofobia y transfobia en los centros y servicios para mayores, por lo que se mantienen preocupados por mantener oculta su orientación sexual o su identidad o expresión de género. A este respecto, según una encuesta realizada por la Fondation Émergence, el 21% de los mayores LGTB no había revelado su orientación sexual o su identidad de género a su médico de cabecera.
En consecuencia, este colectivo de mayores LGTB son más propensos que sus compañeros heterosexuales a sufrir aislamiento y depresión y a desarrollar trastornos por uso de sustancias. Específicamente, y tal y como recoge la Fondation Émergence, se estima que el 53% de los mayores LGTB de más de 50 años se sienten solos, el 31% presenta síntomas graves de depresión y que el 39% ha considerado seriamente quitarse la vida.
En palabras de la propia organización, “estas circunstancias no son más que la continuación de las dificultades a las que han tenido que hacer frente a lo largo de toda su vida. La criminalización, la patologización médica y la condena religiosa de la homosexualidad y la identidad trans son muestras de los estereotipos, perjuicios y estigmas que persisten hoy en día”.
Por este motivo, la Fondation Émergence insta a los profesionales y responsables de los servicios de atención a personas mayores a que tengan en cuenta el reconocimiento de estas circunstancias especiales que pueden tener un serio impacto en la salud física y el bienestar psicológico de los mayores LGTB. |