Nueva herramienta para la sensibilización, detección y prevención de la violencia contra las mujeres con enfermedad mental

20 Ene 2017

Aunque todas las investigaciones de cualquier ámbito constatan la enorme vinculación existente entre la enfermedad mental y la violencia contra las mujeres, en la actualidad existe un gran desconocimiento sobre las peculiaridades que presenta la violencia que sufren las mujeres con enfermedad mental, y se han evidenciado dificultades en la detección e intervención, tanto por parte de los diferentes servicios públicos como de las propias asociaciones que trabajan con personas con enfermedad mental.

Así lo indica la Federación de Euskadi de Asociaciones de Familiares y Personas con Enfermedad Mental (FEDEAFES) en el informe titulado herramienta para la sensibilización, detección y prevención de la violencia contra las mujeres con enfermedad mental, un documento elaborado a partir de una investigación llevada a cabo por la Federación, con el fin de investigar en profundidad las especificidades que reviste la violencia de género cuando la sufren mujeres con enfermedad mental -incidiendo particularmente en los factores de vulnerabilidad y en los protectores-, y diseñar pautas precisas de detección y actuación.

Para tal fin, en el estudio se ha optado por una metodología cualitativa, de cara a profundizar, entre otras cosas, en la experiencia subjetiva de las mujeres con enfermedad mental que han participado en este estudio. Para ello, se ha tenido en cuenta la experiencia de los profesionales que trabajan cotidianamente con este colectivo, y se ha prestado especial importancia al conocimiento de las experiencias vitales de las mujeres, ya que esta investigación parte del reconocimiento de la importancia y la validez de su propia experiencia, al considerarlas, más que como objetos de la investigación, como sujetos activos de la misma.

A continuación, recogemos algunas de las conclusiones del estudio:

  • Cualquier mujer puede vivir una situación de violencia en algún momento de su vida. Los autores estiman que siete de cada 10 mujeres en el mundo sufrirán violencia física o sexual en algún momento de su vida.

  • Una de cada tres europeas ha sufrido violencia física o sexual procedente de cualquier persona, mientras que el 43% han vivido violencia psicológica dentro de la pareja.

  • La violencia contra las mujeres no solo comprende la ejercida en el seno de la pareja o expareja, sino también la que se produce en el ámbito familiar, así como la violencia sexual.

  • La gravedad del fenómeno de la violencia en las mujeres con enfermedad mental corre pareja, de forma paradójica, a su invisibilidad social, que se plasma tanto en la escasez de estudios como en su exclusión de la agenda política a todos los niveles.

  • Hay una serie de factores sociales y estructurales (el estigma de la enfermedad mental, la menor credibilidad que se concede a su relato, la habitual ausencia de empleo y recursos económicos, etc.), así como factores personales (la falta de recursos propios para defenderse, la carencia de autonomía y la dependencia de otras personas, una menor autoestima, etc.), que incrementan la vulnerabilidad frente a la violencia de las mujeres con enfermedad mental.

  • Existe una elevada vinculación entre la violencia y la enfermedad mental grave: el 26% de las mujeres con enfermedad mental grave ha sufrido violencia sexual en la infancia y una de cada tres la ha sufrido en la pareja. Por tanto, la guía considera esencialmente importante explorar la existencia de un posible abuso sexual en la infancia y en la pareja. Asimismo, los datos revelan que el hecho de haber sufrido agresiones sexuales puede incidir en que se manifieste una enfermedad mental. Un historial de agresiones durante la infancia puede incrementar el riesgo de violencia en la edad adulta. Ante esto, los autores señalan la trascendencia de conocer estos casos para prestar un mayor apoyo a estas mujeres, principalmente psicológico.

  • Los trastornos de la personalidad y las adicciones, así como los trastornos más graves, son las enfermedades que presentan un mayor riesgo frente a la violencia.

  • Ser víctima de violencia acarrea graves consecuencias para las mujeres, máxime si se tiene una enfermedad mental.

  • La asistencia psicológica especializada resulta imprescindible para ayudar a las mujeres a superar los casos de violencia vividos en la edad adulta o en el pasado. Además, a razón de los datos, este tipo de asistencia es el que prefieren las propias víctimas.

  • Recibir una atención psicológica adecuada que aborde la violencia vivida desde un enfoque de género puede incidir favorablemente en la propia enfermedad mental.

  • Es necesario visibilizar más la problemática de la violencia contra las mujeres con enfermedad mental y abordarla sistemáticamente con ellas.

  • Los profesionales necesitan más formación e información sobre violencia en la pareja, violencia intrafamiliar y violencia sexual, así como un mayor conocimiento de los recursos públicos existentes para mujeres que sufren o han sufrido violencia –que actualmente es escaso-.

  • Los casos de violencia en la pareja, intrafamiliar y sexual son atendidos por los servicios de igualdad o bien por los servicios sociales, dependiendo de las diferentes instituciones.Existen recursos de acogida, servicios de atención jurídica y psicológica, y recursos de inserción socio-laboral.

  • Los servicios públicos de atención psicológica para mujeres que han sufrido violencia no tienen personal preparado para atender a mujeres con enfermedad mental grave.

El documento finaliza con una serie de recomendaciones fundamentadas en los resultados del estudio, dirigidas tanto a las asociaciones y profesionales del ámbito de la salud, como a las mujeres con enfermedad mental.

La guía se puede obtener desde la página de FEDEAFES o bien directamente a través del siguiente enlace: 

Herramienta para la sensibilización, detección y prevención de la violencia contra las mujeres con enfermedad mental

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