A este respecto, los autores del informe establecen las posibles contribuciones del empleo juvenil en cada uno de los tipos de prevención (universal, selectiva e indicada) para prevenir la radicalización. En este sentido, instan a los Estados miembro a apoyar más firmemente medidas que contribuyan al empleo juvenil, puesto que esta medida “puede marcar la diferencia apoyando a los jóvenes, especialmente a los que están en riesgo de marginación y exclusión social, a hacer frente a sus problemas y capacitándolos para afrontar los desafíos de crecer en una sociedad moderna y compleja y pluralista”.
El informe cuenta con una guía práctica que proporciona orientación y recomendaciones a los trabajadores en el ámbito de la juventud sobre medidas para detectar los primeros signos de radicalización en los jóvenes, estrategias para aumentar el pensamiento crítico y acciones con diferentes sectores para prevenir la radicalización violenta. Asimismo, incluye una serie de recomendaciones para los responsables de la formulación de políticas públicas, tanto a nivel nacional como europeo.
El documento solicita a las autoridades públicas de los diferentes países a que presten atención a los desafíos que plantea la radicalización juvenil y a que establezcan medidas eficaces para frenar su impacto, favoreciendo la cooperación intersectorial entre el ámbito laboral, de seguridad, de justicia, el sector social y el sistema de educativo.
El documento puede consultarse en el siguiente enlace:
The contribution of youth work to preventing marginalisation and violent radicalisation
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