Cuidadores informales de personas mayores dependientes: el cuidado de su estado emocional

2 Oct 2018

Mª Luisa Bustillo, Mar Gómez-Gutiérrez y Ana Isabel Guillén

Universidad Complutense de Madrid

En los últimos años se está produciendo un incremento del envejecimiento de la población española debido, entre otros factores, al aumento de la calidad de vida. Una de las repercusiones del envejecimiento de la población es el aumento de las personas mayores en situación de dependencia.

En nuestro país, la principal respuesta a las situaciones de dependencia procede del sistema de apoyo informal. Así, el 83% de la atención que reciben las personas mayores dependientes proviene de cuidadores informales (familiares más cercanos). El perfil más frecuente de cuidador informal es el de una mujer, con una edad media superior a 50 años, casada, que suele ser la hija o cónyuge de la persona que precisa de cuidados.

Aunque esta tarea de cuidar puede suponer emociones gratificantes, generalmente implica también una carga importante de tareas a diferentes niveles (como aseo personal del mayor dependiente, gestión de papeles, visitas a médicos, etc.).

Por ello los cuidadores informales son susceptibles de padecer síntomas o trastornos psicológicos derivados de la carga, como depresión, estrés, sobrecarga, ansiedad, culpa y/o dificultades en la autoestima. Además, diferentes estudios han mostrado que los cuidadores informales pueden presentar problemas de salud física y que el cuidado puede generar un impacto negativo en diferentes áreas como el trabajo y las relaciones sociales.

Por ello, desde los años 90, los profesionales de la salud mental vienen desarrollando diferentes intervenciones dirigidas específicamente a esta población y con el objetivo general de mejorar su estado emocional. Los diferentes tipos de intervenciones que se han diseñado en estos años pueden clasificarse en: a) intervenciones psicoeducativas, cuyo objetivo es ofrecer información al cuidador informal sobre algún aspecto del cuidado; b) intervenciones psicoterapéuticas, cuyo objetivo es ofrecer al cuidador informal estrategias psicológicas para aliviar los síntomas citados anteriormente (por ejemplo, se enseñan técnicas de relajación que permiten al cuidador manejar los niveles de ansiedad); c) intervenciones de respiro, que permiten al cuidador interrumpir temporalmente sus tareas como cuidador para descansar y posteriormente retomar la actividad; d) grupos de autoayuda, los cuales ofrecen al cuidador la posibilidad de encontrar -en un grupo de personas que también son cuidadores- estrategias que le permitan manejar las diferentes situaciones que puedan presentarse durante su tarea como cuidador; e) intervenciones multicomponente que combinan varias de las opciones citadas anteriormente.

Un análisis exhaustivo de las intervenciones que se han desarrollado en los últimos años a nivel internacional con cuidadores informales de personas mayores dependientes, pone de manifiesto que las intervenciones que mayoritariamente se aplican son las denominadas intervenciones psicoterapéuticas, las cuales se centran en mejorar el estado emocional de los cuidadores. Principalmente abordan la sintomatología depresiva, aunque estas intervenciones también abordan los niveles de estrés, la carga del cuidador y la ansiedad.

Los resultados de estas intervenciones son positivos puesto que demuestran que, tras recibir la intervención, disminuye el malestar que presentaban los cuidadores informales. Sin embargo, estas intervenciones, profundizan, en pocas ocasiones, sobre los beneficios que tienen para el cuidador a largo plazo.

El análisis de estas intervenciones también pone de manifiesto que, tanto las que se aplican a nivel individual como en grupo, ofrecen los resultados positivos citados anteriormente. Además, cabe destacar que, aunque la mayoría de intervenciones se realizan presencialmente, las intervenciones a distancia también obtienen buenos resultados. Ello resulta muy importante porque ofrece una solución a los cuidadores informales que, precisamente por la situación de cuidado, no pueden recibir ayuda de forma presencial.

Por todo ello, cabe concluir que contamos con intervenciones psicológicas para ayudar a los cuidadores informales a mejorar su estado emocional, y que además son eficaces. Sin embargo, es importante señalar que, a pesar de los avances que desde los años 90 se han llevado a cabo en esta área, los profesionales todavía han de continuar trabajando para alcanzar algunas metas. En concreto, parece necesario incorporar intervenciones que se centren en incrementar emociones positivas que los cuidadores puedan tener en la asistencia de la persona mayor dependiente, así como estudiar si los efectos positivos de las intervenciones se mantienen a largo plazo.

El artículo completo así como las referencias pueden encontrarse en la Revista Clínica y Salud :

Bustillo, M.L., Gómez-Gutiérrez, M., y Guillén, A.I. (2018). Los Cuidadores Informales de Personas Mayores Dependientes: una Revisión de las Intervenciones Psicológicas de los Últimos Diez Años. Clínica y Salud, 29 (2).

María Luisa Bustillo Pascual. Graduada en Psicología. Máster en Psicogerontología en la Universidad Complutense de Madrid.

Mar Gómez-Gutiérrez. Doctora en Psicología. Profesora Contratada Doctora Interina. Facultad de Psicología. Universidad Complutense de Madrid.

Ana Isabel Guillén. Doctora en Psicología. Profesora en la Facultad de Psicología. Universidad Complutense de Madrid.

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