DESAJUSTES CONDUCTUALES EN LOS PROCESOS ANSIÓGENOS: MIEDOS, FOBIAS, PÁNICO Y RITUALES

16 Ago 2006

Dentro de los XXII Cursos de Verano de la Universidad de Cantabria, en su sede central de Laredo, durante la semana del 24 al 27 del pasado mes de julio, se ha celebrado el monográfico sobre trastornos de ansiedad «Miedos, fobias, pánico y rituales: los desajustes conductuales de los procesos ansiógenos».

El nombre del curso está basado en la obra «Fears, phobias and rituals» (Marks, 1987) y se ha añadido el concepto de pánico, para redondear el título y para enfatizar la importante investigación que sobre el mismo se viene realizando en los últimos años (Klein, 1989, 1996; McNally, 1994, 1996).

A lo largo del monográfico se ha expuesto la amplitud del fenómeno de la ansiedad, sus trastornos y el abordaje terapéutico desde el campo de la Psicología clínica, tanto en la esfera infanto-juvenil, como en la de adultos. Con motivo de la celebración de este curso, Emilio Gracía Losa, director del mismo, ha elaborado para los lectores de Infocop Online un artículo sobre el contenidos.

Emilio García Losa

Universidad de Cantabria

Síntomas fóbicos y obsesivos-compulsivos (OC) vs. trastornos

 

A menudo aparecen los síntomas fóbicos y obsesivos-compulsivos (OC) como problemas menores en muchos trastornos. Pueden aparecer como parte de un trastorno depresivo, creciendo y disminuyendo al mismo tiempo que los síntomas depresivos más prominentes. Pueden ser una característica de un trastorno de ansiedad generalizada, de personalidad anormal y de esquizofrenia.

En tales condiciones, el tratamiento debe dirigirse preferentemente al problema principal sobre el cual, los síntomas fóbicos u OC se desarrollan; aunque en ocasiones, estos últimos pueden ser aliviados mediante tratamiento conductual, a pesar de la persistencia del problema primario.

No es siempre fácil separar el síntoma del trastorno. Lo que nos preocupa, más concretamente, son los problemas en los que los signos fóbicos y OC predominan, y no son un mero acompañamiento menor de otra condición principal. Cuando los problemas fóbicos y OC predominan en el cuadro clínico y provocan minusvalía, se les denomina entonces trastornos fóbicos u obsesivo-complusivo (OC). Estos trastornos presentan muchas formas, abarcando desde una fobia aislada, obsesión o ritual en una persona -por otra parte normal-, hasta problemas diversos y extensos, en el contexto de otros trastornos psiquiátricos.

Clasificación de los trastornos de ansiedad

Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de la APA (DSM-IV) y la Clasificación Internacional de las Enfermedades (CIE-10), los trastornos de ansiedad se clasifican como:

1. Trastorno de Ansiedad de Separación (TAS)

– Ansiedad relacionada con la separación de figuras a las que el individuo (niño/adolescente) está ligado afectivamente.

– De inicio anterior a las 18 años.

2. Trastorno de Pánico sin Agorafobia ( TPSA)

– Ataques de pánico inesperados, recurrentes, con preocupación quejas respecto a nuevos ataques o a sus implicaciones; cambios de conducta asociados.

3. Trastorno de Pánico con Agorafobia (TPCA)

– Además de lo síntomas del TPSA existe agorafobia, es decir, ansiedad elevada asociada a situaciones donde el escape puede resultad difícil o embarazoso caso de ocurrir un ataque de pánico (por ej. lugares concurridos de gente, atascos, etc.).

4. Agorafobia sin Historia de Trastorno de Pánico (ASTP)

– Existe agorafobia sin pánico.

– Aquí, si bien se trata del mismo tipo de situaciones (agorafóbicas) que en TPCA, el escape puede resultad difícil o embarazoso caso de que se produzcan síntomas semejantes a los que acontecen durante el ataque de pánico. (por ej. menos síntomas y/o en menor grado)

5. Fobia Específica

– Miedo señalado por un objeto o situación particular. Se distinguen los siguientes tipos de fobia específica: animal (fobias a perros, serpientes…), ambiental – natural: (agua, alturas, tormentas, etc.), sangre-inyección-daño (SID), situacional: ascensores, volar en avión, etc.

6. Fobia Social (Trastorno de Ansiedad Social)

– Miedo a la vergüenza, humillación, quedar en ridículo, etc. en situaciones sociales que implican ejecución y/o evaluación. Dándose dos tipos: Generalizada (afecta a muchas situaciones sociales diferentes) y No generalizada o circunscrita ( se circunscribe a limitada situaciones).

7. Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG)

– Periodo mínimo de seis meses de ansiedad y preocupación excesivos acompañados de varios síntomas somáticos.

8. Trastorno Obsesivo-Compulsivo

– Presencia de obsesiones y/o compulsiones.

9. Trastorno de Estrés Postraumático (TEP)

– Los síntomas de ansiedad ocurren después de un suceso traumático severo.

– Existe reexperimentación del acontecimiento, elevada activación y evitación de los estímulos asociados al suceso.

– Los síntomas duran más de un mes.

10. Trastorno de Estrés Agudo (TEA)

– Igual que el TEP pero la duración del cuadro clínico es menor de un mes.

11. Trastorno de Ansiedad debido a una Condición Médica General

– Producido por el efecto directo de factores fisiológicos debidos a una condición médica general (por ejemplo ansiedad debida al hipertiroidismo).

12. Trastorno de Ansiedad Inducido por Sustancias

– Producido por el efecto directo de alguna sustancia ( drogas, medicación, cafeína…)

13. Trastorno de Ajuste con Ansiedad

– La ansiedad se produce como respuesta a algún estresor.

– No cumple los criterios para ninguno de los trastornos de ansiedad indicados arriba (pueden aparecer síntomas de nerviosismo, preocupación, miedos de separación de niños, etc.

14. Trastorno de Ajuste con Estado de Animo Mixto de Ansiedad y Depresión

– Igual que el trastorno anterior, pero aquí predomina un cuadro mixto de ansiedad y depresión.

15. Trastorno Mixto Ansioso-Depresivo (provisional)

– Estado de ánimo disfórico recurrente acompañado de una combinación de síntomas de ansiedad y depresión.

Los trastornos de ansiedad y su abordaje terapéutico

En el trastorno de ansiedad de separación (TAS), con un 4% de prevalencia en población infantil y adolescente, es importante la detección precoz, ya que se ha podido comprobar su relación con la fobia escolar y su patología posterior de adulto, y en concreto con agorafobia.

Vulnerabilidad psicológica, separación paterna, ocurrencia de estresores o supercontrol paternos, son causas desencadenantes. Su corrección se lleva a cabo con ejercicios progresivos de tipo imaginativo, con la ayuda de «héroes» identificativos para el niño, que le hacen avanzar hacia una autonomía cada vez mayor. La intervención familiar es a su vez necesaria.

Pánico y agorafobia, separados o juntos, con un 3% de prevalencia, son otras de las entidades más incapacitantes y severas para los pacientes. El fenómeno de los hiperventiladores crónicos, el condicionamiento pavloviano a las sensaciones corporales y las interpretaciones de signo catastrofista, sostienen su asentamiento (Ley, 1987; Seligman, 1988; Clark, 1986). Psicoeducación al paciente sobre la génesis de este trastorno, inducción voluntaria a la hiperventilación, relajación, restructuración cognitiva, y exposición a las situaciones agorafóbicas, son los recursos terapéuticos actuales.

Fobia social, circunscrita o generalizada, asentada sobre una base de personalidad evitativa (fóbica); incapacitante para el desarrollo de las situaciones sociales con los otros, alcanza una prevalencia del 13%. Introversión, elevado rasgo de ansiedad, baja autoestima, represión familiar temprana y falta de habilidades sociales subyacen en este trastorno. Exposición en imaginación e in vivo, técnicas de modelado, manejo de contingencias, técnicas de asertividad y habilidades sociales (HH.SS.), junto con corrección de ideas irracionales (TER), aseguran el avance del sujeto con fobia social.

Fobias monosintomáticas o simples – a volar, a la sangre, al dentista, dorafobia, a animales, etc. – responden, al principio de la exposición, de manera implosiva (inundación en fantasía), con inundación (exposición real masiva) o con autoexposición (exposición real). El uso de manuales, textos y documentación que proporcione al paciente con neurosis una información a fondo sobre su problemática particular y de la manera de exponerse, deviene en muchos casos en mejoría, al punto de que algunos pacientes, deciden seguir el tratamiento por sí mismos (Gould, 1995).

Obsesiones, ideas intrusivas de diverso signo, rituales compulsivos, de comprobación, de limpieza, etc., responden a la exposición con prevención de respuesta; así se anula el vínculo entre los contenidos cognitivos obsesivos del paciente y la necesidad de actuar ritualista y compulsivamente, para reducir la ansiedad.

Por último, el trastorno por estrés agudo y el postraumático, por desgracia tan común en nuestros días, requiere la intervención pronta sobre el primero, para evitar la aparición del segundo. Desrealización, despersonalización, amnesia, flash-backs y ansiedad intensa, acompañan a los mismos. Exposición a las situaciones causantes del trauma, recuperación de lagunas mnésicas e integración compresiva de los acontecimientos y sus elementos materiales o humanos, componen el paquete terapéutico.

En definitiva, hoy se puede decir sin muchas posibilidades de equivocarnos, que el avance vertiginoso de la ciencia psicológica en tantos ámbitos, han posibilitado la solución, cada vez más precisa, a la problemática del componente psicológico en el factor humano. Sin duda, el futuro próximo deparará una depuración en el componente de las técnicas y de mayor comprensión del objeto de nuestro trabajo: el ser humano.

Para ver bibliografía del artículo pinchar aquí.

Sobre el autor:

Emilio García Losa es Psicólogo Clínico y Profesor Asociado de la Facultad de Educación de la Universidad de Cantabria. García Losa ha sido el director del curso monográfico «Miedos, fobias, pánico y rituales: los desajustes conductuales de los procesos ansiógenos», celebrado dentro del marco de los Cursos de Verano de dicha universidad.

 

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