Se incrementa el consumo de nuevas benzodiacepinas en Europa, según un nuevo informe de la EMCDDA
13 Sep 2021
En los últimos años, se ha registrado un incremento en el número y la disponibilidad de nuevas benzodiazepinas en el mercado de medicamentos en Europa. Las nuevas benzodiazepinas se han establecido como un grupo de nuevas sustancias psicoactivas, cuyos efectos psicológicos y conductuales parecen ser similares a los efectos conocidos de las benzodiazepinas autorizadas como medicamentos. Esta es una de las conclusiones que recoge un nuevo informe publicado por el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (EMCDDA-European Monitoring Centre for Drugs and Drug Addiction) bajo el título New benzodiazepines in Europe (Nuevas benzodiacepinas en Europa), a través del cual se ofrece una revisión técnica del cuerpo actual de conocimientos en torno a las nuevas benzodiazepinas que son monitoreadas por el EMCDDA. El objetivo de este informe es fortalecer el conocimiento de la situación de las nuevas benzodiacepinas en Europa y ayudar a las partes interesadas a prepararse y responder a las amenazas sociales y de salud pública generadas por dichas sustancias. |
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Tal y como señala la EMCDDA, desde mediados de la década del 2000, las nuevas benzodiazepinas que no están controladas por el sistema internacional de fiscalización de drogas, se han vendido como sustitutos «legales» de las benzodiazepinas controladas en Europa. Un pequeño número de estas nuevas benzodiazepinas, como el fenazepam y el etizolam, son medicamentos anteriormente clasificados como nuevas sustancias psicoactivas que recientemente han sido autorizados en algunos países. En Europa, el Sistema de Alerta Temprana de la Unión Europea del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (OEDT) supervisa las nuevas benzodiazepinas como nuevas sustancias psicoactivas (NSP). Los datos disponibles revelan un aumento en los últimos años en el número y la disponibilidad de estas nuevas benzodiazepinas en el mercado de medicamentos en Europa y, cada vez más, en Canadá y Estados Unidos. Según advierte el informe, el desarrollo de estas sustancias en el mercado está provocando preocupaciones sobre la salud tanto individual como pública. En este sentido, considera especialmente preocupante el uso creciente de nuevas benzodiazepinas para fabricar envases tipo blíster falsificados de medicamentos de benzodiacepinas comúnmente recetados, como diazepam (Valium) y alprazolam (Xanax), y la participación de grupos criminales en la producción de tales tabletas. En algunos casos, las tabletas tipo blíster falsificadas se asemejan a productos legales, lo que dificulta que los consumidores detecten las falsificaciones. Estos medicamentos falsos están involucrados en varios casos notificados de efectos adversos serios, como intoxicaciones graves. De acuerdo con la EMCDDA, el aumento de la disponibilidad de nuevas benzodiacepinas en Europa podría estar relacionado con restricciones en el suministro legal de medicamentos benzodiacepínicos autorizados y la introducción de límites de prescripción para prevenir o reducir daños entre los pacientes, como la dependencia. Asimismo, la pandemia actual de la COVID-19 podría afectar a los cambios en los patrones de uso de benzodiazepinas en la sociedad, incluyendo un posible aumento en las prescripciones para tratar el insomnio y la ansiedad relacionada con la pandemia. Existen numerosos informes sobre muertes asociadas a las benzodiazepinas, en la mayoría de los cuales, el resultado letal se atribuye a la toxicidad de mezclar múltiples fármacos y muy a menudo están involucrados el alcohol y los opioides/opiáceos. Con respecto a las consecuencias del uso y consumo de benzodiacepinas, su uso prolongado puede provocar deterioro cognitivo, viéndose afectadas áreas como la capacidad visoespacial, la velocidad de procesamiento, la memoria, la concentración y el aprendizaje verbal. Si bien no se dispone de tales datos para las nuevas benzodiazepinas, parece probable que algunos de estos compuestos puedan deteriorar las funciones cognitivas cuando se usan a largo plazo. De igual modo, se puede suponer que los efectos psicológicos y conductuales de las nuevas benzodiazepinas son similares a los efectos conocidos de las benzodiazepinas autorizadas como medicamentos. Los efectos «positivos» y terapéuticamente útiles incluyen ansiólisis, efectos amnésicos, sedantes, anticonvulsivos/relajantes musculares y antidepresivos leves. Por otro lado, especialmente entre los pacientes de edad avanzada, la relajación muscular y el deterioro psicomotor pueden conducir a un mayor riesgo de caídas y deterioro del funcionamiento cognitivo, y existe alguna evidencia de que el uso prolongado de benzodiazepinas se asocia con un mayor riesgo de desarrollar demencia. Otras reacciones a la ingesta de benzodiacepinas, aunque son inusuales, incluyen desinhibición, excitación, convulsiones, comportamiento agresivo y psicosis/alucinaciones tóxicas agitadas. Existe también el conocido potencial de abuso y desarrollo de dependencia que puede provocar síntomas de abstinencia graves e incluso potencialmente mortales. Los riesgos sociales relacionados con el consumo prolongado de benzodiacepinas en general incluyen, entre otros, falta de motivación, letargo, depresión y dependencia. Estos síntomas pueden afectar negativamente a la educación, el desarrollo profesional, las relaciones familiares u otras relaciones personales y sociales de una persona, y pueden resultar en marginación social. El uso de benzodiazepinas para cometer delitos facilitados por las drogas podría causar graves problemas de salud pública e individual, así como graves daños sociales. En esta línea, la EMCDDA alerta de que los medicamentos sedantes-hipnóticos como las benzodiazepinas, junto con el etanol, son uno de los grupos de sustancias más comúnmente utilizados para cometer delitos facilitados por drogas, concretamente, agresiones sexuales. A modo de ejemplo, la preocupación en torno al uso de flunitrazepam (Rohypnol) para cometer delitos de agresión sexual ha sido un factor clave en su retirada del mercado europeo, al valorarse que el riesgo supera el beneficio terapéutico de esta medicación. A este respecto, entre 2019 y la primera mitad de 2020, el OEDT ha recibido un número limitado pero preocupante de informes que ponen de relieve el uso de nuevas benzodiazepinas como agentes incapacitantes en casos de violación y agresión sexual. Las sustancias mencionadas en estos informes son la clozapina, el clonazolam, el diclazepam, el flubromazolam y/o flualprazolam, todas ellas controladas como nuevas sustancias psicoactivas por el OEDT. En lo referente a los grupos de usuarios de nuevas benzodiazepinas, basándose en sus efectos y sus similitudes con las benzodiazepinas con prescripción médica, el informe supone que las personas que experimentan dependencia de las benzodiazepinas utilizan las nuevas benzodiazepinas para ayudar con el insomnio y reducir el estrés (‘automedicación’), en entornos de policonsumo de drogas para contrarrestar los efectos de los estimulantes o alucinógenos, para potenciar y prolongar el «subidón» de otras drogas (generalmente opioides) y/o para aliviar los efectos de abstinencia causados por otras drogas que producen dependencia. Los datos indican que las personas consumidoras de opiáceos utilizan con frecuencia las benzodiazepinas, incluidos los consumidores de opiáceos de alto riesgo, entre los que su uso indebido puede contribuir a aumentar la morbilidad y la mortalidad. En algunos casos, las nuevas benzodiazepinas se han convertido en una alternativa de coste relativamente bajo a las benzodiazepinas prescritas disponibles en el mercado ilegal. Para ver el documento completo pincha el siguiente enlace: European Monitoring Centre for Drugs and Drug Addiction (2021). New benzodiazepines in Europe-a review. Publications Office of the European Union, Luxembourg. |