El papel de la neuropsicología en caso de conmoción cerebral, según la APA
21 May 2015
Cuando una persona ha sufrido una conmoción cerebral, debería demorar su incorporación a sus hábitos normales de vida. Así lo afirma la APA (American Psychological Association-Asociación Americana de Psicología) en un artículo publicado el pasado mes de marzo en su página Web. Tal y como señala la Asociación, es importante contar con un conocimiento adecuado sobre las conmociones cerebrales para así poder evitar daños posteriores y consecuencias potencialmente devastadoras. Para tal fin, ha elaborado este artículo, a través del cual pretende dar a conocer de forma global en qué consiste este tipo de lesión, haciendo hincapié en el importante papel que juega la Neuropsicología, tanto en su evaluación como en su tratamiento. La conmoción cerebral es una forma leve de lesión cerebral traumática. Cuando la cabeza recibe un golpe, el cerebro se sacude dentro del cráneo, colisionando a menudo con la parte delantera y posterior del cráneo. Este rápido movimiento de aceleración y desaceleración producido en el momento del impacto, puede dañar las conexiones cerebrales y alterar la función cognitiva normal. | |||
Una creencia sobreextendida es la aparición de pérdida de conciencia en todos los casos de conmoción cerebral. Sin embargo, esto no siempre es así: la mayoría de las conmociones cerebrales no cursan con pérdida de conocimiento y, de hecho, en los casos más leves, la persona puede no darse cuenta siquiera de que ha sufrido una conmoción. Por ende, algunos de los síntomas pueden no ser evidentes en un primer momento, sino que pueden surgir en el transcurso de las horas o en días posteriores. Los síntomas físicos más comunes suelen ser dolor de cabeza, náuseas, mareos, fatiga, sensibilidad al ruido y la luz, etc. Las conmociones cerebrales más graves pueden ir acompañadas de vómitos. Las funciones cognitivas también pueden verse comprometidas, produciéndose, en algunos casos, trastornos atencionales, enlentecimiento del pensamiento, problemas de memoria a corto plazo, etc. Igualmente, pueden darse síntomas psicológicos, tales como irritabilidad, alteraciones del estado de ánimo (por ej., depresión), etc. La APA resalta la necesidad de buscar atención médica, tanto en casos en los que la sintomatología es grave – pérdida de la conciencia, vómitos -, como en aquellos que revisten de menor gravedad, de cara a descartar complicaciones posteriores. En cuanto al tiempo de recuperación, la mayoría de los pacientes suele reincorporarse a su vida normal entre una semana y diez días. Pero, ¿qué hacer en caso de que los síntomas continúen? En este punto, el artículo indica textualmente cuando los problemas persisten, un neuropsicólogo puede ayudar. De acuerdo con la APA, la neuropsicología clínica es una especialidad que emplea los principios de evaluación e intervención, basándose en el estudio científico del comportamiento humano y su relación con el funcionamiento normal y anormal del SNC; a este respecto, explica, el neuropsicólogo clínico es un psicólogo que cuenta con una amplia experiencia y conocimientos sobre el modo en que el comportamiento y las habilidades se relacionan con las estructuras y los sistemas cerebrales, y cuyas principales funciones, ante un caso de conmoción cerebral, son las siguientes:
Para finalizar, la APA subraya en su artículo la importancia del descanso físico y mental durante el proceso de intervención, de cara a un óptimo restablecimiento, mencionando para ello algunas investigaciones cuyos resultados ponen de relieve cómo la falta de descanso y la incorporación temprana a los hábitos diarios normales pueden jugar en contra de la recuperación, prolongándola y empeorando sus síntomas. Fuente: APA |