En el régimen general, los trastornos mentales son la segunda causa que más días de baja genera, con un 17,86%, por detrás de los trastornos musculoesqueléticos que suponen el 47,9%. También entre el colectivo de autónomos, las patologías musculoesqueléticas constituyen la primera causa de ausencia al trabajo, con el 53,5% de los días totales de baja, seguidos de los trastornos mentales, que se sitúan como la segunda causa de absentismo laboral, llegando al 11,1% de los días en 2024.
Estos son algunos de los datos recogidos por Mutua Navarra en su Barómetro de absentismo 2024, un informe donde se analiza la tendencia en los últimos cinco años, de casos de absentismo por contingencias comunes y profesionales, contando para ello, con datos referentes a la población protegida por Mutua Navarra (afiliados medios). En el caso de las contingencias profesionales se cuenta con 120.934 personas y en las contingencias comunes con 70.652, lo que representaría «una cifra significativa sobre la población afiliada a Seguridad Social en Navarra».

A continuación, recogemos las principales conclusiones del informe:
- En 2024 se mantiene la tendencia creciente de absentismo por contingencia común, si bien la incidencia durante el pasado año únicamente se incrementó un 3,37%, pasando de 467,25 bajas por cada mil personas trabajadoras en 2019 (antes de la pandemia), a 519,5 bajas iniciadas en 2023 y a 537,45 bajas por cada mil personas en 2024.
- La incidencia de las bajas de corta duración (menos de 15 días) ha aumentado un 3,95% (17,30% si se compara con datos previos a la pandemia), mientras que las bajas de más de 15 días se han incrementado un 1,53% respecto a 2023 (8,26% respecto a 2019).
- Destaca el importante incremento en la prevalencia, pasando de 38,27 bajas vivas por cada mil personas trabajadoras en 2023 a 43,27 bajas vivas en 2024, que suponen un aumento del 13,06% (un 30,79% más si se compara con el año 2019).
- El informe pone de relieve el aumento en la duración de las bajas, pasando de 25,97 días de media en 2019, a 26,93 días en 2023 y a 30,28 en 2024. De forma específica, en el caso de las bajas de más de 15 días, este dato se agrava, ya que ha pasado de 102,37 días de media en 2023 a 118,67 en 2024. Y si se observan los datos previos a la pandemia, el incremento es del 25,77% (94,36 días de media en 2024). Las de baja duración representan en 2024 el 76,75% y suponen el 8,94% de los días de ausencia.
- Por el contrario, el 2,31% de las incapacidades temporales sobrepasan el año de duración, y representan el 42,17% de los días de baja finalizados. Implica un importante incremento con respecto a 2023, cuando las bajas de más de 12 meses fueron sólo el 1,78%, llegando al 31,47% de los días.
Se observan diferencias significativas en el índice de incidencia de absentismo en función del tamaño de la empresa
- En cuanto a las jornadas perdidas por cada persona trabajadora protegida, se observa que, en 2024, cada persona faltó al trabajo 16,77 días, frente a los 15,68 del 2023 (un 6,95% de incremento). Si se compara con 2019, el incremento es del 31,95% (12,71 días de ausencia por cada persona trabajadora).
- A pesar del aumento del absentismo, Mutua Navarra resalta el hecho de que el 67% de las personas trabajadoras no han tenido ninguna baja médica en 2024, de modo que «el problema de las ausencias al trabajo está focalizado en una de cada tres personas».
- Se observa una diferencia significativa en el índice de incidencia de absentismo entre las empresas pequeñas (menos de 10 personas), con un índice de 221,40, las medianas empresas (entre 10 y 59 personas), con 595,83, y las que superan los 50 trabajadores, donde prácticamente se triplica (744,64). Con relación a las jornadas perdidas por trabajador/a, en las primeras, cada persona se ausentó 13,74 días, frente a los 17,3 días en las medianas y los 18,58 días en las empresas de mayor tamaño.
- Los sectores que más incidencia de absentismo presentan son el industrial (771,90 bajas por cada mil personas, registrando también 19,03 jornadas perdidas por persona), seguido del sector servicios (458,13 bajas y 15,80 jornadas perdidas), el de la construcción (386, y 15,11 jornadas perdidas) y el sector de la agricultura, con 245,67 bajas y 15,95 días perdidos.
- Con respecto al absentismo por regímenes de Seguridad Social, Mutua Navarra pone el foco en la diferencia entre el colectivo de trabajadores autónomos (con una incidencia de 166,87), comparado con el régimen general, cuya incidencia es de 649,60, casi 500 puntos más. La incidencia en autónomos ha aumentado un 6,8% respecto al año anterior y un 14% respecto a 2019, mientras que en el caso del régimen general, se ha incrementado un 4,3% frente a 2019 y un 15,6% en comparación con las bajas emitidas antes de la pandemia.
- Cada persona autónoma ha estado de baja médica 13,57 días en 2024, 12,88 días en 2023 (+5,4%) y 9,62 días en 2019 (+41,1%). En el Régimen General, cada persona trabajadora se ha ausentado una media de 17,75 días en 2024, registrándose 16,47 días en 2023 (+7,7%) y 13,62 días en 2019 (+30,3%).
- La duración de bajas de las personas autónomas es mucho más alta, con una media de 83,46 días en 2024 (un 19,5% más respecto al 2023 y un 29,3% en relación con 2019), mientras que en el Régimen General, la duración media ha sido de 26,09 días en 2024, de 23,94 días en 2023 (+9%) y de 23,11 días en 2019 (+12,9%).
-En el Régimen General el 79,35% de las bajas han tenido una duración menor a 15 días, en comparación de las de RETA que han supuesto un 43,80%. En el lado opuesto, las bajas superiores al año de duración en el Régimen de Autónomos son el 8,02% y en el Régimen General tan solo el 1,87%. El informe destaca cómo, en el caso de los autónomos, se ha producido «un incremento sensible respecto al año anterior, cuando sólo el 6% superaron el año», un aumento «todavía mayor si lo comparamos con los datos previos a la pandemia, cuando sólo el 4,91% llegaron a los 12 meses de duración».
Los problemas de salud mental son la segunda causa que más días de baja genera
- Teniendo en cuenta el diagnóstico, en el Régimen General, la primera causa que más días de baja genera son los trastornos musculoesqueléticos, siendo el 47,9% tanto en 2024 como en 2023. Les siguen en segundo lugar los trastornos mentales con un 17,86% (15,6% en 2023). Entre los/as autónomos/as, las patologías musculoesqueléticas son también la primera causa de absentismo laboral, llegando al 53,5% de los días totales de baja en 2024 (50,3% en 2023 y 47,9% en 2019) y los trastornos mentales constituyen la segunda, alcanzando el 11,1% de los días en 2024 (8,4% en 2023).
- La edad y el sexo son factores determinantes en el absentismo. La mayor incidencia se registra entre los 20-30 años (750,26 casos por cada 1.000 personas trabajadoras) y es casi un 40% más que la media, seguido del intervalo entre los 30 y los 40 años, con 650,32 casos. En el extremo opuesto, las personas de más de 60 años son las que menos recurren a las bajas médicas (301,09 de incidencia), cuando lo han hecho, han faltado 31,12 días media, una cifra de jornadas perdidas que se reduce a medida que lo hace la edad del trabajador o trabajadora.
- Por sexo, se observa que las mujeres presentan una incidencia ligeramente superior a la media (581,94 vs 537,45), y los hombres registran 508,50 casos por cada 1.000 personas trabajadoras. Cada mujer ha faltado al trabajo una media 18,72 días, en comparación con los hombres, cuya media es de 15,50 días.
- Sobre las jornadas perdidas por cada persona trabajadora, los problemas de salud mental pasaron de 2,25 días en 2023 a 2,80 en 2024 (+24,5%). Y si nos remontamos al periodo prepandemia ese dato aún es más preocupante, pues en 2019 sólo fueron 1,54 días (+81,4%). Las patologías musculoesqueléticas también tuvieron un incremento en 2024, pasando de 7,59 días a 8,25 días por persona (+8,75%). El dato de 2019 es de 5,66 días, lo que supone un incremento del 45,75%.
- Los autores del informe ponen el foto aquí en el hecho de que, «casualmente, son patologías donde las listas de espera no están reduciéndose». Así, mientras que en Traumatología, 13.545 personas esperan una primera visita con una demora media de 131 días, en Salud Mental hay 1.287 personas esperando 45 días de media una consulta especializada, en enero de 2025. Esto, evidentemente, impacta en la población trabajadora.
- Según advierte el informe, la enfermedad derivada de trastornos mentales es una de las familias diagnósticas que más está creciendo en número de bajas. Si ya desde antes de la pandemia la tendencia era creciente, desde 2020, el crecimiento ha sido importante. La incidencia en 2024 se sitúa en 29,81 casos por mil habitantes frente a 26,51 del 2023 (+12,4%) y a los 20,69 casos por mil personas en 2019 (+44,1%).
- La mayor incidencia de este tipo de bajas se da especialmente en población trabajadora joven, reduciéndose esta incidencia a mayor edad: 36,13 casos por cada mil personas entre los 20 y los 30 años; 34,86 casos entre los 30 y los 40, seguido del rango de 30 a 40 años con una incidencia de 34,86 casos por cada mil personas trabajadoras. A mayor edad, más se reduce la incidencia (17,03 casos en los mayores de 60 años).
- La duración media de cada baja de salud mental y las jornadas perdidas por esta causa, han aumentado de forma importante, pasando, en el primer caso, de una de media de 76,52 días en 2023 a 88,24 días en 2024 y registrando 2,8 días al año faltados al trabajo en 2024 por motivo de salud mental (un 24,6% más que en 2023 y un 81,4% respecto a 2019).
- La incidencia de este tipo de bajas es mayor en mujeres (40,70 casos frente a 22,72 de los hombres): «prácticamente, por cada hombre que presenta un problema de salud mental, nos encontramos a dos mujeres afectadas». La incidencia en las mujeres ha aumentado un 9,3% y un 50,8%, en relación con 2023 y con 2019, respectivamente, mientras que, en los hombres, se registra un incremento de un 13,2% en comparación con 2023 y un 36,9% respecto a 2019. Para Mutua Navarra, estos datos indican que «la pandemia supuso un agravante en este tipo de patología».
- En función de la edad, las mujeres de 20 a 30 años registran la incidencia más alta (49,02 casos por cada 1.000 mujeres vs 27,42 casos por cada 1.000 hombres a esa misma edad). Asimismo, se observa que las bajas por problemas de salud mental en mujeres y hombres mayores de 60 años tienen una duración de unos 200 y de 141 días, respectivamente. A esta edad, ellas registran 4,49 días perdidos en 2024 por problemas de salud mental, siendo la cifra más elevada para los hombres de entre 50 y 60 años, con 2,14 días perdidos por persona.
- Con relación a las duraciones de las bajas, en 2024, las emitidas a las mujeres han tenido una duración media de 93,54 días (+19,6% respecto al año anterior) y las de los hombres, 81,49 días (74,68 días en 2019 lo que representa un aumento del 9,1%).
- De acuerdo con los datos, cada mujer trabajadora ha faltado a su trabajo 4,06 días en 2024 con motivo de problemas de salud mental (cada hombre ha faltado 1,98 días por esta misma causa). Se registra un aumento en las jornadas perdidas por este motivo del 24,4% en los hombres y del 21,3% en las mujeres en 2024, duplicándose en el caso de las mujeres con respecto a 2019 (97,9%) y siendo del 63,1% en los hombres.
Tal y como afirma Mutua Navarra, reducir el absentismo es uno de los mayores retos a los que se enfrentan tanto las empresas como el resto de los agentes implicados (personas trabajadoras, mutuas, servicios públicos de salud, INSS y administraciones públicas). Más allá del importante impacto económico que tiene para las empresas y para la propia Seguridad Social (solo en 2024, el coste del pago de las incapacidades temporales ascendió a aproximadamente 16.000 millones de euros, triplicando la cifra de 2015), el absentismo supone un importante coste social de personas que se ausentan diariamente de su puesto de trabajo y también un riesgo alto para la competitividad y la productividad de las empresas.
El informe advierte de que la tendencia es que el número de bajas laborales siga creciendo y cada vez duren más, por lo que considera prioritario que las empresas pongan en marcha planes de salud para frenar el impacto que pueden tener las ausencias sobre su productividad. Entre las posibles causas de este incremento, enumera las consecuencias de la pandemia en la salud mental, las listas de espera o los nuevos valores de las personas que se están incorporando al mercado laboral.
No obstante, recuerda que «los datos también revelan una realidad importante: el absentismo no está distribuido de manera uniforme entre la población trabajadora». En este sentido, dos de cada tres empleados/as no han faltado ni un solo día a su puesto de trabajo en 2024. Asimismo, en el caso de Mutua Navarra, el 80% de los días de baja del año pasado se concentraron en solo un 6,3% de las personas trabajadoras. Este dato debe llevar a las empresas a replantear sus estrategias de gestión del absentismo.
Para ello, considera clave el desarrollo de estrategias enfocadas en aquellas personas que sí acuden a trabajar. Fortalecer la cultura organizacional, la mejora de las condiciones de trabajo y la promoción del bienestar mental y físico del personal laboral «puede ser más eficaz a largo plazo que enfocarse sólo en la gestión de las ausencias». En la misma línea, señala que las empresas pueden abordar el absentismo «desde una perspectiva más integral, apostando por el fomento de un liderazgo efectivo, la capacitación de los mandos intermedios, la motivación del personal y la creación de entornos laborales saludables».
En lo referente a los datos del número de bajas, el informe advierte del importante impacto de las listas de espera de la sanidad pública sobre la duración de problemas como los de salud mental o las patologías musculoesqueléticas. Según señala, esto se refleja en el incremento del número de bajas que superan el año de duración. Como consecuencia, «cada vez más personas llegan a alcanzar los 12 meses de incapacidad temporal, lo que hace que las bajas se alarguen, ya que el INSS está tardando en resolver estos expedientes casi 17-18 meses del proceso». Este retraso, «prolonga innecesariamente muchas incapacidades temporales, generando un efecto negativo tanto para las personas trabajadoras como para las empresas y el propio sistema de prestaciones».
Ante esto, el informe recomienda poner en marcha políticas de colaboración entre los servicios públicos de salud y las mutuas para que, poniendo al paciente en el centro, todos los recursos sanitarios del sistema estén dirigidos a conseguir la recuperación del paciente y también a reducir las listas de espera, de cuyo resultado se beneficiará el conjunto de la población.
De acuerdo con el informe, la reducción de los accidentes laborales debe seguir siendo una prioridad, tanto para las empresas como para las autoridades, «ya que su impacto no solo se traduce en costes económicos y organizativos, sino también en consecuencias humanas irreparables».
Los datos apuntan a una mayor vulnerabilidad entre determinados colectivos que presentan mayor riesgo de sufrir accidentes laborales, en especial, los/as trabajadores/as jóvenes con poca experiencia en el puesto (contratados de forma eventual) y las personas de origen extranjero. Esto evidencia la trascendencia de que «las empresas, los servicios de prevención y las autoridades laborales pongan en marcha planes específicos en los que la formación y la sensibilización en materia de prevención de riesgos sean prioritarios».
Para que estas estrategias sean efectivas, considera esencial avanzar hacia una integración real de la prevención dentro de la actividad ordinaria de las empresas, siendo crucial implicar activamente a toda la plantilla (desde la dirección hasta los operarios de base), con un papel especialmente relevante para los mandos intermedios, «quienes deben ejercer como referentes en la aplicación de las medidas preventivas».
Un aspecto realmente preocupante recogido por Mutua Navarra y que ha comenzado a tomar relevancia en la siniestralidad laboral es la incidencia del consumo de alcohol y drogas en el entorno de trabajo, llegando a ser estas sustancias, en algunos casos, el desencadenante directo de accidentes laborales, lo que subraya la urgencia de abordar este problema de manera estructurada.
Es necesario seguir promoviendo la sensibilización entre las personas trabajadoras y, al mismo tiempo, dotar a las empresas de herramientas adecuadas para gestionar este tipo de situaciones de manera preventiva y efectiva, diseñando, por ejemplo, estrategias de intervención y acompañamiento que permitan abordar esta problemática desde un enfoque tanto preventivo como rehabilitador.
Se puede acceder al informe desde la página web de Mutua Navarra o bien directamente aquí: