El pasado 22 de septiembre, el Departamento de Sostenibilidad de la Diputación Foral de Gipuzkoa celebró la jornada “Gipuzkoa Zaindu. Sostenibilidad emocional y ambiental”, un encuentro pionero donde se abordó el impacto del cambio climático sobre la salud física, mental y emocional de la población, y se estableció la necesidad de transformar la ecoansiedad en compromiso positivo.
Esta importante jornada, enmarcada en los Diálogos Gipuzkoa Zaindu, bajo el lema «Sostener Gipuzkoa», pretendía erigirse como un espacio de reflexión colectiva, donde ofrecer herramientas que permitan transformar la preocupación y el malestar psicológico y emocional en compromiso y acción positiva.
Para tal fin, contó con la presencia de diversos expertos y expertas en psicología, medicina, alimentación, infancia, comunidades rurales y arte, entre ellos/as, Mª Dolores Gómez Castillo, en calidad de coordinadora del Grupo de Trabajo de Psicología Ambiental del Consejo General de la Psicología de España (COP), quien participó como ponente, brindando claves profesionales para afrontar los nuevos retos psicológicos y emocionales que plantea la emergencia climática, así como para acompañar procesos de duelo ecológico.

Durante el acto, el diputado de Sostenibilidad, José Ignacio Asensio, puso de relieve la trascendencia de que el Pacto Climático sea un pacto por la salud y el bienestar de la ciudadanía. A este respecto, afirmó, «el cambio climático no es solo una crisis ambiental, es también una crisis de salud. Se trata de un desafío humano, social y cultural. Menos contaminación significa menos enfermedades respiratorias. Ciudades más verdes significan menos muertes por calor. Por eso necesitamos un pacto climático que sea, al mismo tiempo, un pacto por la salud»
En este sentido, a lo largo del encuentro, los diferentes expertos y expertas abordaron temas de especial interés, tales como, el impacto de las altas temperaturas en la salud pública; el desarrollo de la ecoansiedad, el miedo a un futuro incierto y el duelo ecológico como realidades que afectan cada vez a más personas, especialmente a niños/as y adolescentes; la gestión del miedo climático y el papel de la ecoansiedad como motor de cambio, canalizándola hacia la acción constructiva; la importancia de los espacios verdes y el contacto con la naturaleza como herramientas para mitigar la ecoansiedad infanto-juvenil; la innovación en sistemas alimentarios sostenibles como medidas clave para promover entornos más saludables; así como la capacidad del arte para actuar «como un puente entre emociones y acción», transformando la angustia climática en esperanza y compromiso.

La jornada concluyó con un mensaje contundente: cuidar del planeta es también cuidar de la salud física y psicológica de las personas.