Beneficios de las terapias psicológicas para abordar la depresión infanto-juvenil-Día Europeo contra la Depresión
08 Oct 2024

Como cada año, el pasado 6 de octubre, se celebró el Día Europeo contra la Depresión, una fecha establecida desde el año 2004 a propuesta de la Asociación Europea para la Depresión (European Depression Association, EDA), con el objetivo de concienciar sobre este problema de salud mental que afecta a millones de personas en Europa y en todo el mundo, así como de la necesidad de promover los recursos necesarios para poder hacer frente a la importante carga asistencial que supone la depresión dentro de los sistemas públicos de sanidad europeos.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que el 3,8% de la población experimenta este trastorno de salud mental común, incluido el 5% de los adultos (4% entre los hombres y el 6% entre las mujeres) y el 5,7% de los adultos mayores de 60 años. A escala mundial, aproximadamente 280 millones de personas sufren depresión. Asimismo, advierte de que en todo el mundo, más del 10% de las embarazadas y de las mujeres que acaban de dar a luz experimentan depresión.

Aunque hay tratamientos conocidos y eficaces contra los trastornos mentales, más del 75% de las personas afectadas en los países de ingreso bajo y mediano no reciben tratamiento alguno. Algunos de los principales obstáculos que impiden recibir una atención eficaz son la falta de inversión en atención a la salud mental y de proveedores de atención de salud capacitados, así como la estigmatización asociada a los trastornos mentales.

Depresión

Fuente: freepik. Foto: freepik. Fecha: 07/10/24

En este año 2024, bajo el lema Young persons with Restless Moods (Jóvenes con estados de ánimo cambiantes), la EDA pone el foco en esta población de edad, que, según la OMS “presenta trastornos de estado de ánimo con frecuencia”, siendo los principales la ansiedad y la depresión. A este respecto, los trastornos de ansiedad (que pueden presentarse como ataques de pánico o preocupaciones excesivas) son los más frecuentes entre los 10 y los 19 años (un 3,6% de los/as adolescentes de 10 a 14 años y un 4,6% de los de 15 a 19 años presentan un trastorno de ansiedad). Asimismo, el 1,1% de los/as adolescentes de 10 a 14 años y el 2,8% entre los 15 y los 19 años tiene depresión.

Según indica la Organización Mundial de la Salud, ambos problemas de salud mental presentan algunos síntomas iguales, como son cambios rápidos e inesperados en el estado de ánimo, y su desarrollo puede impactar de forma importante en el rendimiento académico.

Partiendo del hecho que la depresión infanto-juvenil es un problema común de salud mental en este grupo de edad que requiere atención urgente -dado que afecta a su desarrollo físico y mental-, y que la intervención psicológica se considera una de las principales opciones de tratamiento para niños/as y adolescentes con depresión, investigadores chinos han llevado a cabo un estudio publicado en el World Journal of Psychiatry, a través del cual se analiza el estado actual de la investigación sobre intervenciones psicológicas para la depresión en niños, niñas y adolescentes.

Según la OMS, el 1,1% de los/as adolescentes de 10 a 14 años y el 2,8% entre los 15 y los 19, presentan depresión

Tal y como advierten los investigadores, en los últimos años, la incidencia de la depresión ha ido aumentando a edades cada vez más tempranas. En este sentido, la infancia y la adolescencia constituyen “períodos críticos en el crecimiento y desarrollo del individuo, que marcan el desarrollo del carácter a largo plazo, el establecimiento y la comprensión de las relaciones interpersonales, la rápida adquisición de conocimientos y habilidades, y la transición a la educación superior y al trabajo”.

Como el desarrollo físico y mental infanto-juvenil aún no es maduro, los niños, niñas y adolescentes que presentan depresión “actúan fácilmente por impulso, lo que a menudo se manifiesta como una tendencia violenta externalizada y autolesiones internalizadas e incluso suicidio”. Asimismo, diversas investigaciones señalan que la depresión en la infancia y la adolescencia está fuertemente asociada con los resultados de salud mental en la edad adulta, incluso a lo largo de la vida.

De acuerdo con los autores del presente estudio, la medicación antidepresiva puede controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida en un período corto, pero su uso suele ir acompañado de algunos efectos secundarios, como insomnio, pérdida de control del estado de ánimo y disforia. La psicoterapia se utiliza a menudo como tratamiento de primera línea o adyuvante para muchos problemas de salud mental. Muchos estudios evidencian que la terapia cognitivo-conductual (TCC) y la terapia interpersonal (TIP) son las mejores psicoterapias para la depresión en niños y adolescentes, si bien “ambas terapias requieren un alto nivel de cualificación profesional y requieren más tiempo que la mera prescripción farmacológica”.

Teniendo en cuenta que, en la actualidad, el número de publicaciones sobre intervenciones psicológicas para la depresión en niños/as y adolescentes está aumentando rápidamente, han llevado a cabo esta revisión para visualizar las tendencias en publicaciones y citas, las redes de investigación colaborativa (países, instituciones y autores) y ofrecer una visión general del estado actual de la investigación sobre intervenciones psicológicas infanto-juveniles y sus puntos clave.

A continuación, recogemos las principales conclusiones del estudio:

Las TCC de tercera ola

La terapia cognitivo-conductual se considera la intervención psicológica de primera línea para niños/as y adolescentes con depresión, y consiste en ayudarles a aprender a identificar las relaciones entre la cognición, el comportamiento y el estado de ánimo, y romper el ciclo de la depresión, al cambiar pensamientos distorsionados o conductas de evitación.

En los últimos años, el enfoque de la TCC de tercera ola se ha vuelto popular, y se han encontrado resultados prometedores para su aplicación en jóvenes con depresión. A diferencia de la TCC tradicional específica para un problema, la llamada TCC de tercera ola es más flexible y centrada en los procesos psicológicos de cambio, que son “funcionalmente importantes para los resultados a largo plazo en un trastorno psicológico”. De este modo, en lugar de centrarse específicamente en cambiar la forma o la frecuencia de las emociones o pensamientos negativos, aboga para que las personas mejoren la capacidad de conciencia metacognitiva de los procesos psicológicos, lo que significa adoptar una actitud de aceptación para evaluar objetivamente sus emociones o pensamientos.

Los métodos de TCC de tercera ola, como la terapia cognitiva basada en la atención plena, la terapia dialéctica-conductual y la terapia de aceptación y compromiso, pueden ayudar a los y las adolescentes deprimidos/as a mejorar su conciencia metacognitiva, lo que a su vez mejora sus síntomas depresivos. Esos enfoques representan un cambio de paradigma en la ciencia de la intervención, llamada ‘terapia basada en procesos’, que ofrece un enfoque alternativo para comprender y tratar los problemas psicológicos, más comprometido con la adecuación de los métodos de tratamiento a las necesidades de las personas.

La terapia psicológica y social a corto plazo

Los autores han encontrado una sólida base de evidencia para la terapia psicológica y social en el tratamiento de la depresión en adultos y, para su aplicación en niños/as y adolescentes, lo que, a su juicio, sugiere que “una versión breve de un tratamiento psicológico que utilice componentes terapéuticos clave podría ser tan eficaz como el original”. El principio de funcionamiento de la terapia psicológica y social a corto plazo supone que las respuestas emocionales y conductuales de las personas se basan en su experiencia temprana de relaciones, y el terapeuta puede ayudar a los niños, las niñas y los/as adolescentes a abandonar los patrones de conexión emocional en los que se basa la depresión persistente, explorando estas relaciones y desarrollando una percepción y conciencia emocionales.

En este sentido, afirman, “si podemos identificar a los y las adolescentes que probablemente responderán mal antes del tratamiento y diseñar métodos de intervención personalizados para ellos, podríamos ser más eficaces en la mejora de la relación coste-eficacia de las intervenciones psicológicas”.

La aplicación del Sistema de Análisis Cognitivo Conductual de Psicoterapia (CBASP)

La revisión indica que este es el único método de psicoterapia desarrollado específicamente para el trastorno depresivo persistente, definido aquí como “un trastorno mental grave que puede aparecer en la infancia y la adolescencia, acompañado de mayores dificultades interpersonales, menor calidad de vida y mayor frecuencia de intentos de suicidio y hospitalización, a menudo utilizando la psicoterapia como tratamiento principal”.

La depresión de base, la ansiedad, la toma de medicamentos previos y las experiencias traumáticas durante la infancia podrían moderar la eficacia del CBASP, lo que también sugiere “que las decisiones de tratamiento más apropiadas deberían tener en cuenta las características individuales”.

El rol de la familia en Psicoterapia

La participación de los/as cuidadores/familiares de menores en la Psicoterapia podría aumentar su eficacia, ya que pueden ayudarles a abordar las dificultades que suelen encontrar, y su comprensión y apoyo son beneficiosos para la recuperación de la depresión. Las circunstancias y la forma en que se involucran efectivamente en la Psicoterapia son cruciales cuando participan los/as cuidadores/familiares. Existen diferentes formas en las que pueden participar en el tratamiento, con resultados heterogéneos para cada una de ellas: realizar sesiones con los/as niños/adolescentes y reunirse después o por separado con el/as cuidador/familia; participar de forma conjunta en las sesiones; o diferente proporción, frecuencia y calidad de participación del cuidador/familia.

La terapia familiar también es una forma importante de intervención psicológica y social que puede aliviar las influencias familiares negativas en niños/as y adolescentes deprimidos/as, al fortalecer las interacciones armoniosas entre los miembros de la familia. Las relaciones positivas entre los/as cuidadores/as familiares y los/as adolescentes tienen un efecto de apoyo a largo plazo en el desarrollo físico y mental de los y las menores.

Los tratamientos modulares

Este tipo de tratamientos pueden interpretarse como programas de intervención psicológica multicomponente. Según el presente estudio, el enfoque de terapia modular para niños/as supera la atención habitual y los tratamientos basados ​​en la evidencia estándar en múltiples medidas de resultados clínicos. Los tratamientos modulares parecen ser más efectivos, ya que pueden centrarse más en los/as niños/as y adolescentes con depresión.

La selección de los componentes de los tratamientos modulares requiere una toma de decisiones por parte del/de la terapeuta teniendo para ello en cuenta una serie compleja de variables, que incluyen: la experiencia y la pericia del/la terapeuta; el entorno terapéutico; el enfoque conceptual de la terapia; las características y preferencias de los/as adolescentes y sus padres; y los problemas prioritarios que se deben abordar.

Intervenciones online

Aunque se ha validado la eficacia de numerosas intervenciones psicológicas, una proporción sustancial de niños/as y adolescentes con depresión no reciben intervenciones psicológicas profesionales adecuadas. Hasta el 80% de ellos/as no reciben tratamiento psicológico formal debido a la falta de accesibilidad a Psicoterapia, a la renuencia de los/as pacientes a buscar ayuda cara a cara como resultado del estigma percibido de la salud mental o a una preferencia por la autoayuda.

A este respecto, la TCC online podría ser una alternativa prometedora. Las intervenciones de salud digital, así como las intervenciones psicológicas basadas en Internet y dispositivos móviles, podrían superar muchas limitaciones del modelo de atención sanitaria tradicional y, por lo tanto, hacer que los tratamientos sean accesibles para los/as niños/as y adolescentes, gracias a estas ventajas, que incluyen una prometedora relación coste-eficacia, privacidad y seguridad garantizadas, junto con un alto grado de flexibilidad y autonomía.

El programa de intervención transdiagnóstica basado en la desregulación emocional

La desregulación emocional es la incapacidad de responder y manejar las emociones de manera flexible. Dada la importancia general de la desregulación emocional en las terapias psicológicas, se considera que ésta es un mediador transdiagnóstico que conduce a un cambio terapéutico positivo. El Protocolo Unificado para el Tratamiento Transdiagnóstico de los Trastornos Emocionales, una intervención cognitivo-conductual basada en regulación emocional para personas con trastornos emocionales, apunta explícitamente a mejorar las estrategias de regulación emocional para reducir el malestar psicológico y mejorar el bienestar general.

Riesgo de demencia en la vejez

De acuerdo con esta revisión, estudios recientes han encontrado que una baja capacidad cognitiva en la adolescencia y las experiencias adversas durante la infancia, se relacionan con el riesgo de demencia en la vida posterior. La depresión que ocurre en la niñez y la adolescencia, a menudo se acompaña de diversos grados de deterioro cognitivo en la atención, la memoria y el funcionamiento ejecutivo y problemas académicos. Los autores consideran que “las estrategias de intervención dirigidas a los factores de riesgo en la vida temprana podrían reducir la incidencia de la demencia o retrasar sustancialmente su aparición”.

Predictores de la eficacia de la intervención psicológica

El estudio destaca que una mejor comprensión de los predictores del resultado del tratamiento puede orientar la selección de enfoques de tratamiento individualizados o adecuar el tratamiento a las necesidades. Así, la elección de intervenciones psicológicas debería considerar las características individuales de los/as niños/as y adolescentes con depresión, atendiendo a los posibles factores que pueden influir. Para los autores, esto “podría estar relacionado con el hecho de que las terapias para niños/as y adolescentes son, principalmente, versiones adaptadas a su edad, de terapias diseñadas originalmente para adultos”. Asimismo, otra posibilidad es que, “a diferencia de las personas adultas, el potencial de los/as jóvenes para recuperarse de la depresión está limitado por las características de los padres y la familia, con pocas oportunidades de modificación”.

Aunque la evidencia señala que las intervenciones psicológicas son eficaces para reducir los niveles de depresión, algunos estudios han encontrado que los síntomas de algunos pacientes pueden no mejorar después de recibir intervenciones psicológicas, llegando incluso a surgir situaciones adversas. Estos eventos adversos pueden ser físicos, cognitivos y/o de salud mental, sociales y/o académicos (p. ej. intentos de suicidio, ingresos hospitalarios relacionados con la salud mental, etc.).

Para los autores de este estudio, los eventos adversos de las intervenciones psicológicas “son causados, ​​principalmente, por un compromiso ineficaz, una práctica ineficaz y eventos accidentales”. Evaluar e informar de estas consecuencias en los estudios de psicoterapia es crucial para mejorar la investigación y la calidad del servicio.

A modo de conclusión el estudio señala que las intervenciones psicológicas centradas en los procesos psicológicos, breves, basadas en Internet, multicomponentes, basada en la regulación de las emociones, con la participación de la familia y personalizadas, están más en línea con las necesidades de la sociedad considerando la relación coste-efectividad y la adherencia al tratamiento, y son más beneficiosas para los/as jóvenes. En palabras de sus autores, “la psicoterapia breve, eficaz, que ahorra tiempo y es de bajo coste sería una psicoterapia prometedora”.

Por lo tanto, manifiestan, estos factores “podrían considerarse en futuras intervenciones psicológicas para niños y adolescentes, dependiendo del diseño del estudio y los factores de viabilidad”.

Fuente: Wang, N., Kong, J. Q., Bai, N., Zhang, H. Y., & Yin, M. (2024). Psychological interventions for depression in children and adolescents: A bibliometric analysis. World Journal of Psychiatry14(3), 467

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